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Fue después de haber subido al auto que cayeron en cuenta que van sin rumbo, Kouyou le bajó el volúmen a la radio y se estacionó.

— ¿Algo que quieras hacer, Chuuya-kun?

El hombre apartó la mirada de la ventana y le fulminó con la mirada.

— Cierto, estás mudo — Recordó la pelirroja y suspiró — Entonces...

— La doctora me entregó los resultados escritos ¿Que tal si los leemos, Chuuya?

Ambas mujeres se le quedaron en espera a su respuesta. Luego de unos minutos, Chuuya torció la boca, pero asintió, indicando que lo hicieran.

— Déjame grabar, por favor.

Exclamó emocionada Kouyou, inesperado de ella, ya que desde un inicio jamás se mostró muy aficionada con el bebé.

Bueno, ahora, los bebés.

Chuuya aprobó y se corrió hasta el asiento central de atrás, de manera que queda entre Kouyou, sentada en el lado derecho de conductor y Yosano en la izquierda de copiloto.

La ejecutiva sacó su teléfono y lo situó en el tablero, grabando.

El ambiente es raro, por no decir que incómodo. Las dos mayores actúan sospechosamente unidas, Kouyou está que salta de alegría por un bebé que despreciaba hace una hora y otro del que ni siquiera sabía de su existencia.

Como cereza en el pastel, Chuuya mudo. ¿Si eso no es inusual, entonces qué es?

La doctora abrió el sobre y sacó su contenido, un par de hojas. El menor mantiene su mirada alejada.

¿Se supone que debe anhelar algún sexo? ¿Debe estar pensado en nombres?

¿Siquiera debería estar aquí?

Realmente no, está drenado mentalmente y desearía estar en su cama durmiendo. Pero aquí está. Antes de que divague más, rompe su burbúja y le presta atención a lo que Yosano dice.

— En general, todo está bien...— Esta lee más abajo y canturrea.

—Embarazo gemelar monocigoto...
Felicidades Chuuya, tienes dos niñas muy sanas — Dice con una cálida sonrisa — Monocigoto significa que serán idénticas.

El único hombre mira a un punto fijo, no sabe cómo reaccionar, qué cara poner, qué decir...

Sólo quiere un descanso.

— ¡Chuuya! Esto es bueno, ningún hombre — Kouyou exclama emocionada — Sin fin de veces te he dicho como los hombres son todos idiotas.

Tanto Chuuya como Yosano le fulminan con la mirada.

— Kou-kun, Chuuya es hombre...

— Sí, pero yo lo crié a él y él es diferente, la única excepción — masculla en respuesta. Mientras, el pelirrojo recuesta su cabeza sobre el borde del asiento de copiloto y recupera el papel.

El auto permaneció en silencio, Chuuya hundió su rostro en el documento. Cualquiera pensaría que está inmerso en el, pero pronto un pequeño sollozo fue audible y a través del papel fue visible como este se humedecía.

Era más que evidente que eran lágrimas.

— Chuuya-kun...— Susurró Kouyou con pesar en sus ojos, tomó su manó y la apretó. Por su parte, la otra mujer prefirió quedarse callada en un intento de ser discreta.

El joven hipó, causando que estrellara sus labios cerrados y contuvo una risa. Ozaki también se vio a punto de reirse.

— Necesito que saques toda tu angustia ahora — comentó — No puedes estar triste para elegir la ropa para tu fiesta.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora