♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡

25

En su computadora ya tenía veintitres pestañas abiertas, unas donde aconsejaban, otras relataban sus experiencias, o son foros enteros de gente lamentando decisiones y declarando como haber tenido hijos fue la peor decisión de su vida.

Edgar llevaba días indagando con miedo, intentaba ocultar su temor, pero ahora era imposible.

Estaba feliz, mucho, pero eso no eliminaba las inseguridades y miedo que le acompañan desde pequeño. Y si, se prometió mostrarse lo más valiente para Ranpo, él era quien cargaba con 'kibi' a tiempo completo.
Así que sería patético que Poe fuese un cobarde ahora, siendo él quien solo tiene que acompañar a su pareja en esta travesía.

Edgar cocinaba, hacía el aseo, guiaba la rutina de cuidado para su bebé y trabajaba tiempo completo, más las novelas que no quiere dejar de escribir para su querido. No le molestaba eso tampoco, pero—

—wahhh, ¡que miedo da todo esto!

Tenía cosas a su favor, pero demasiadas en su contra a la vez;
Estaba fajado en dinero gracias a su trabajo en Guild, así que ahora mismo podría tener quintillizos y todos ellos de todas formas tendrían una vida plácida.

Dos, él y Ranpo se aman y también a la criatura en camino, ya viven juntos hace unos meses. ¿Todo relativamente bien, no?

Pero cabe resaltar;
Uno, Poe se convirtió en huérfano a muy corta edad, en su familia adoptiva fue abusado así que no tiene idea como es una buena familia. Ranpo sí la tuvo, pero los métodos de crianza que le contraprodujeron y Fukuzawa, quien resolvió ese trauma, costó mucho convertir a Ranpo en el adulto que es hoy en día.

Ranpo es Ranpo...

Dos, ninguno de ellos tiene familia. No hay hermanos, primos, tías, abuelas, que les guíen en esta complicada experiencia. Y quienes consideran sus familiares, ninguno de ellos ha tenido una pareja embarazada—

Pensó en alguien, pero a menos que quisiera que la búsqueda de la página resumiera, no puede tocar ese tema.

Tres, ambos trabajan tiempo completo y no es una labor que se pueda dejar de un día al otro. Aún está midiendo como organizarían sus horarios cuando el bebé llegue, pero ya tiene claro que será giro de ciento ochenta grados.

El punto es que, Poe está cagado del miedo, y ansioso, más que nada.

Quiere ser un buen padre para su hijo o hija, no quiere repetir los mismos errores cometidos hacia él. Si tan solo encontrara una guía buena, y no los lamentos de gente en el internet, todo sería más fácil...

Golpeó su cabeza contra la madera del escritorio y sacó un gruñido de agotamiento. No creyó que hubiera sonado tanto hasta que por la puerta entró con preocupación su pareja.

—¿Todo bien?—le preguntó mientras lo examinaba de pies a cabeza y saber que era lo que causó el ruido.

Poe, algo nervioso por el montón de evidencia sobre lo que está pasando, a pesar de que la pantalla no se viera desde la entrada, cerró la computadora de un tiro.

—¿Yo? Nada —respondió frío, intentando mantener la cordura y no dejar sonar el temor que incluso con su largo flequillo era difícil ocultar.

Ranpo torció la boca, sabiendo que claramente escondía algo. Y ni sus poderes le daban indicio de que sucedía, sólo suspiró y se recostó en el marco de la puerta—Está bien, pero ¿Podríamos salir ahora a correr? El pronóstico del tiempo dice que lloverá y no quiero que nos detenga la lluvia.

Edgar había mantenido la mirada y sus manos en puños(de la ansiedad). No se atreve a ser sincero con Ranpo sobre sus miedos.

Si ahora mismo muestra dudas, él—