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Desde su ojos, Ranpo tiene la cara más linda, incluso con marcas o las deformidades que el tiempo pueda traer. Incluso cuando él hace esta cara de disgusto.

— No puede ser. El niño Edogawa está aquí otra vez... —Comenta asombrado un hombre de aspecto viejo y pulcro. Su bigote del mismo color canoso de su cabello se levanta cuando abre la boca.

— Tiempo sin verlo, Watanabe-san — responde Ranpo, sus puños endurecidos y sus piernas rígidas.—Qué triste saber que aún ningún estudiante lo haya estrellado a la muerte.

Edgar escuchó el último diálogo y quedó perplejo viendo a su cabeza. Habían tenido la "suerte" de toparse con alguien que al parecer su pareja reconoce, más allá de una simple amistad, porque para decir semejante cosa...

En lo más profundo, Edgar se siente herido por saber que su lugar de rival ya es ocupado por alguien más.

— ¿Eres tú a quien examinaré dentro de media hora? Me dio la impresión de ver caos en mi horario.

Ranpo entrecierra los ojos y frunce el ceño — Sí. Pero ahora mismo esperaré hasta ese tiempo en paz.

El ojiverde hala a Poe por la muñeca y lo trae hasta un par de sillas. En aquel lugar, Ranpo se retuerce en su asiento con rostro de mal humor. Podría ser por el reciente encuentro como podría serlo por el examen, así como podría ser causado por las hormónas que tienen a las emociones del detective capturadas en una montaña rusa.

Edgar junta sus manos y se atreve a acercarse allí mismo.

—Ranpo-kun... —Susurra— ¿Quién es...?

—Un imbécil testarudo.

—Si te va a evaluar debes respetarlo, él podría...— El menor pusó su índice en sus labios y lo silenció —Yo sé que hago, Edgar.

(...)

Cuando Edogawa es llamado para presentar su examen, le sugieren traer a alguien más en el auto como acompañante. No hubo discusión alguna, Poe subió sin más (ya que si se mueren, se muere él junto a su familia)

Ranpo va confiado, mientras Allan quien presenció todas las clases de práctica aún tiene la sensación de corcoveo de cuando Ranpo apenas lograba mediar entre el embrague y el acelerador.

Llegó más allá de sus expectativas, pero aún así uno debe estar precavido.

Un golpe a la ventana del auto lo sacó de sus pensamientos.

— Edogawa — el hombre con aspecto a Papá Noel sube al auto —Primero haremos unos minutos de conducción autónoma, y ya después seré yo quien te dirija. Esta vez intenta no mandarme al hospital ¿De acuerdo?

Ranpo gruñó y vio a Edgar por el retrovisor del coche. El ojiverde se pone el cinturón de seguridad, aunque alguien le toma del brazo repentinamente.

- ¿Qué? - exclama el viejo - ¿Tú estás embarazado?

El menor abre la boca y actúa como si fuera lo más obvio del mundo.

- ¿Cuánto tiempo? - Pregunta y dirige su mirada a la protuberancia que al abrocharse es muy notoria - 4 meses, pensé de ti todo, viejo, pero jamás chismoso.

Watanabe refunfuña y acaricia su sien en derrota — Corrijo lo que dije antes, procura que este sea su cuarto y no su último mes. ¿Escuchó eso, hombre que asumo es el padre? No debió dejarlo hacer esto.

Edgar levanta la cabeza y se endereza, mordió su labio inferior y aparto la vista, no respondería nada.

— Debí haberte envenado la comida.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora