Una curva se presenta en los labios secos del hombre y este da golpes al espacio al lado suyo en el sofá.
— No hay necesidad de preguntar — inclina su cabeza hacia Dazai quien se retuerce en el piso.
— Esfúmate ¿Quieres? ¿No crees que ya has sido lo suficientemente molesto por hoy?
El detective rueda en el piso como una bola y se restriega hasta posar coqueto.
— Chibi, jamás te vas a deshacer de mí. Estaré acurrucado alrededor tuyo cuando te reposen en tu ataúd.
— En un ataúd es donde quiero estar por tu culpa — Le apuntó con el índice, solo reponiéndose cuando la doctora se situa a su lado y le toca el hombro.
Es por ello que Dazai no opta por más nada que levantarse a por una taza del café que Yosano ha preparado antes de que fuera echado.
Desde el rabillo de su ojo, el menor capta como Chuuya se remueve su camisa de pijama y permite que la doctora que le atiende use un metro en él. Cuando descifra que la maligna chica solo preparó suficiente para ella misma, se retracta y gira bastamente hacia donde ella está con una expresión juzgona.
Tardaron varios minutos en los que el único ruido era la conversación entre la pelimorado y Chuuya, una que otra palabra que resaltan, indica que es una reunión para el proyecto de Yosano.
Dazai no habría descubierto nada si no fuera por el grito proveniente del pelirrojo cuando el primero se dedicaba a servir la bebida energizante que él mismo se tuvo que preparar, de remate le quedó repugnante.
— ¡¿Cómo que porque son dos voy a subir de peso el triple?!
Antes de aquello, no había escuchado nada, por lo que no comprendió en absoluto de qué hablaba Chuuya.
Yosano parece responderle al mafioso con algo que le desagrada por lo visto, pues este frunce el ceño.
Echa azúcar una, dos, tres veces. Debe ir al trabajo para cuando Yosano termine su deber, pero él sigue en la camisilla en la que durmió, una mancha de saliva está tatuada en ella. Aparte de pantalones de dormir largos, está desaliñado por completo.
Café, café, se sirve otra taza más...
Pero la escupe.
— Yo no pedí tener dos mocosos ¿Por qué debería alcanzar tres veces el peso del habitual?
La doctora acaricia el hombro ajeno, aunque no ayude para nada.
— Si para el parto están desnutridas los tres sufrirán las consecuencias.
Nakahara descarta cualquier malestar, náuseas y hasta la última gota de paciencia que tenía hoy — ¡Pues, me niego!
El hombre se levanta y patea lo primero a su alcance; la mesa avidriada quedó en pedazos, estos esparciéndose por el suelo
— ¡Chuuya!
El grito no viene de la mujer. Ella gira la cabeza con ojos en grande y exhaltada, no está furiosa como se pensaría, en cambio, su aspecto grita preocupación.
Dazai quiere creer que lo que escuchó no es verdad.
Se volvería religioso y le suplicaría a su dios de que no fuera así.
El mundo no podría ser tan hijo de puta.
— Den la cita como terminada — dice Dazai y mira a los ojos a Chuuya — Tú y yo debemos hablar.
Los hombros del par decaen. Es allí que el pelirrojo recurre a una mirada que expone su miedo, fue hasta ahora que se percata que dijo algo que no debía.
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♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡
FanfictionEn el mejor momento de su relación, ni Edgar o Ranpo lo hubiera anticipado. ¡Esperan un bebé! [Este fic está bajo edición bastante lenta, pero sólo son correcciones de typos y errores de novato. No altera en absoluto la trama] Ranpoe, Soukoku, Shin...