♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡

11

—¿Qué le pudo haber sucedido a Dazai-san?—Cuestiona Kenji, tomando asiento en una de las mesas del café uzumaki. El resto de integrantes chequean la carta para así ordenar sus desayunos.

—Se veía aterrorizado. Jamás le había visto así.

Añade Naomi, quien se sienta a su lado. Apesar de ello, se sentía en su tono lo extrañada que estaba por la escena anterior del castaño.

—Yo de verdad creía que Dazai-san era ese tipo de persona que no pestañaría incluso con un tsunami en frente.

El comentario que Tanizaki añade hace que Yosano ponga su palma en la mesa mientras suelta su carta.

—¿No recuerdas que el hombre no tiene más que un sueño? Y ese mismo es morir.

Tanizaki pestañea —Por eso mismo, Yosano-sensei. Hubieras visto su cara, es como si por primera vez estuviera aterrado de la muerte.

La chica frunce el ceño y Ranpo se queda observándole de cerca.

—Bueno ¿Qué podría hacer que el gran genio Dazai Osamu, casi líder de la Port Mafia, uno del Doble Negro, mostrara el temor de un niño de cinco años al ver a sus padres cogiendo?

El chico queda en silencio, hasta que este mismo fue interrumpido por Kenji y su pequeña duda.

—Yosano-sensei, ¿cogiendo qué exactamente?

La doctora se rompe en risas, haciendo que Kenji se confunda más de lo que ya estaba.

—¿Sabes que sí es gracioso? La razón por la que Dazai actuó de esa forma es porque se trata de su compañerito pelirrojo— Le dice el detective.

Yosano le mira sorprendida, digiriendo la nueva información al igual que los hermanos. Mientras que Kenji... Buenk, no se tiene claro en qué parte de su mente está perdido.

—¿Habrá usado de corrupción y Dazai-san tiene que salvarle?—Cuestiona Tanizaki y Yosano niega con la cabeza.

—Imposible, ya ha pasado varias veces y jamás ha reaccionado así. Además, se llevó a Atsushi, no tiene sentido si fuera a buscarle— Habla segura de sí misma, a lo que soltó una carpeta que había estado a su costado todo este tiempo en la mesa para poder masajear su frente.

—¿Qué podría ser...?

—¿Y si Chuuya-san murió ya y por eso llamó a Atsushi, ya sabes...¿Apoyo emocional?

—Ay por favor, sus teorías me están dando más náuseas que el bebé dentro de mí, no crean que ese tipo pudo haber muerto tan fácil—Ranpo se queja, golpea su cabeza contra la mesa, haciendo llamar la atención de ambos Kenji y la mesera, Lucy.

—Bueno Ranpo-san. Usted nos lo podría decir.

—Nah, me siento muy malito cómo para usar mi habilidad ahora.

Y justo cómo decía un segundo anterior, un último golpe contra la mesa le trajo una sensación de repente y—

—¡Con permiso!

Se lanza a correr al baño, dónde le siguió Lucy para chequear por él y después regresar a la mesa de dónde provino.

—Fua... ¿Qué les sirvo el día de hoy?

Suspira la mesera sacando un lápiz para la gran órden que se le aproximaba.

—Un omelette para mí, porfavor.

—Lo mismo que mi oni-sama, porfis~.

—Panqueques, con miel, fresas, ah y espumita también porfis. Queso y tortilla, dos panes, un chocolate caliente y—

Sólo lo paró el pelirrojo a su lado.

—¿Kenji-kun, estás seguro que lograrás comer todo eso?

—¡Sip!

Lucy le da una mirada cansina al terminar de escribir todo eso y gira hacia la doctora.

—Sólo un sandwich para mí... Para él...— decía refiriéndose a Ranpo. Ella señala a un plato en el menú que la mesera a pesar de no ser muy íntima con él, más que lo que le cuenta su amigo, tiene por seguro que el pelinegro no se tragaría ni un sólo bocado de esa comida.

Le mira extrañada —Sé lo que piensas, pero lo lograré, yo lo sé.

Le da una mirada segura, al punto de ser tenebrosa, pero la pelirroja sólo escribe todo en el papel y se aleja de la mesa temerosa.

Ranpo regresa al instante  y no puede evitar arquear una ceja al notar la mirada de todos en él.

—¿Qué tanto me ven?

—Nada.

—Mm...

—Ranpo-san— Empieza la doctora sacando las carpetas que llevaba.

—Ahora que estás embarazado...

La chica intenta hablar cuando fue interrumpida por un gruñido de su parte.

—Poe-kun ya me tiene sobreprotegido ¿Con qué saldrás ahora?

Ella niega al instante —No es de eso, sí, pero no, se trata de tu dieta.

El ojiverde le mira de reojo con indignación —No tomo alcohol ni fumo, el bebé está bien.

Tanizaki interviene — Ranpo-san, un bebé no puede abastecerse con la misma cantidad de alimento para una sola persona, en especial un adulto.

—Es como si pusieras al bebé a comer de sólo tus sobras, pasa lo mismo con las vacas—Añadió Kenji.

—Mm...

—Además, hay comidas que están sobresaturadas de grasas y azúcares, le harían daño al bebé—Finaliza la doctora y le pasa las hojas.

—Estos son los sí y nos de la alimentación durante el embarazo—
Ranpo toma los papeles y los examina con detenimiento.

—Y para resumirte, tus amados dulces, papitas y cualquier chuchería, se va—
El chico le mira con traición y frunce el ceño.

—¡No hay manera!

—Ranpo-kun, calma... Hablé con Poe y estaba de acuerdo, dijo que podías comer helado dos veces por semana para eliminar riesgos de hipoglucemia temprana por su genética.

—Sigue siendo un asco.

El chico hace un puchero y recuesta su cabeza en la mesa.

—¿Hipoglucemia? Suena grave.

—Baja glucosa, que es la principal fuente de energía en el cuerpo. Sólo es grave si se trata tarde— Le explica Yosano.

—En la adolescencia Poe pasaba días sin comer tras haber dejado la casa de su padre adoptivo, así que sí, tuvo la enfermedad, fue tratado al entrar a Guild.

—Otra razón es que si sigues tragando chuches cómo siempre, no tardarás en tener diabetes gestacional.

—No se preocupe, Ranpo-san. Nosotros le ayudaremos a seguir su dieta—Kenji le dijo feliz, también le daba golpecitos en la cabeza.

—Entonces...

—Por el bebé— Suspiró el detective para voltear a ver una copa con un líquido blanco.

—Acá está su pedido.

•

El verdadero Edgar Allan Poe padeció ambos diabetes e hipoglucemia. Tanto así que hay probabilidad que en su muerte haya estado en coma diabético.

La hipoglucemia no es para nada linda(por experiencia) Así que se me cuidan, no anden sin comer.