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Un médico se le acercó para preguntarle si era él quien había venido con el señor Edogawa, cuando dijo que sí, este le dirigió a una habitación. Allí, se encontró con su cuerpo inmóvil e inconsciente.

Es tan grande el dolor que siente, es como si su corazón se triturara en mil pedacitos cuando el médico le da la noticia.

Es un coma.

Con su labor completa, este se retira de la habitación privada, ahora dejando a Poe solo con Ranpo frente suyo. En la blanca cama, yace calmo y nulo de su usual carisma.

Es demasiado para él llamar a su nombre y que este no le de respuesta.

Poe acerca su mano a su rostro, con sumo cuidado, analiza cada una de sus facciones de siempre y a esas se le suman aquellas que los recientes meses trajeron consigo.

Su cabello brillante, sus cejas ahora más pobladas, los puntos negros en los costados de su nariz... No había ninguno que Edgar considere que sea un defecto.

El ruido blanco lo envuelve, sus párpados pequeños suplican por una siesta. Así, Poe se retira el gorro que le dieron en el quirófano, al igual que la bata, para ascender del asiento al lado de la cama en el que estaba sentado y darle a su frente un corto beso.

Los minutos que le siguen, el hombre se recostó en el pecho de su querido hasta que el sueño lo consumiera.

(...)

Fukuzawa no se retiró de la unidad de cuidado intensivo neonatal. Comprende por qué Poe no querría ver a Kichirō sin Ranpo consciente, tal como se preocupaba por el bebé aquí solitario.

No está permitido mantener contacto físico con los bebés prematuros, por lo menos, no hasta que sus estados sean estables.

Así que, sin más que hacer, el presidente dedica una buena parte de la hora absorto en la pequeña criatura.

Cuando recibe el mensaje de Yosano que Ranpo ya está en una habitación, su celular timbra. Lo que resulta en alarmar a una de las enfermeras encargadas de supervisar.

Ella le pide que se retire debido a que aún no son horas de visitas. Le molesta, si es sincero, pero no le queda de otra que ir a por Ranpo en vez.

Yosano conversa con Poe cuando llega, la primera con sombría en su mirar y el otro con el aspecto esperado de quien tiene a dos personas en condiciones riesgozas.

- ¿Yosano-sensei, cómo pudo no advertirnos del peligro de este embarazo?

Ella cruza miradas con el recién llegado antes de suspirar - ¿Y aruinarles las felicidad? ¡Yo puedo despertar a Ranpo-san, sólo tienes que acceder!

La banca sale disparada cuando se levanta inesperadamente, insutil como su rabia interna lo consume, Poe escupe lo primero que ronda su mente - ¿¡Y qué hay de Kibi, eh?! ¡No sé si se da cuenta que el único en riesgo no es Ranpo!

Cuando la banca colapsa contra el suelo, Edgar tiene una revelación. De hecho, varias.

Primero, está desquitando su frustración con alguien que siempre ha buscado lo mejor para Ranpo.

Segundo, por más que pelee aquí, las cosas no se solucionarán, sino que hay alta probabilidad de que estén empeorando.

Tercero, Ranpo no querría que esta noche fuera así. Casi puede escuchar sus quejidos y reproches.

Su brazo en el aire por su altanería se congelaría para posteriormente bajarlo lentamente.

Poe pasa su mano por su rostro, quizás así se caería la cara de muerto que lleva.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora