Extra #7

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— Estaba pensando dejarlo de este largo... Estaba pensando en capas, pero creo que mis rizos lo harían verse...

Sonoko corta sus palabras cuando se da cuenta que Dazai la está ignorando por completo. En vez, tiene el teléfono pegado en la oreja como si llamara a alguien. Al sonar el buzón de mensajes, arroja el dispositivo y gira a su hija — ¿Perdón, princesa, qué me decías?

— Nada importante, pa', encontré una carta de suicidio con la firma de Satoko, terminaba con "Jódete pa', por no escuchar a Sonoko."

Dazai frunce el ceño al no encontrarle gracia al chiste. Por las escaleras baja Chuuya atando su cabello, él está vestido listo para salir para el trabajo. Al ver a su marido, le arroja dagas con la mirada. Dazai chasquea la lengua y se levanta.

— Maldita sea, ya entendí. No volveré a creerle cuando me diga a donde va. Todas las motos están allí, así que relájate, por favor.

Chuuya bufa y pasa de largo. Dazai devuelve la mirada a Sonoko, quien juega con sus dedos— Mira lo que causas, Sonoko.

— ¿Qué culpa tengo yo que esa estúpida se escape?

— ¡Me podrías decir donde está!

— ¡Que no sé, joder! — Le grita y se para con fuerza en sus talones. Ella trota hacia Chuuya, quien ya le miraba mal.

— Cuida la boca.

— ¡Pero mira como me trata!

— He dicho que la cuides, señorita — Chuuya pone un dedo en la boca de la niña, la cual se ha acercado actuando malgeniada — ¿Ahora, qué pasa?

— ¿Podrías escucharme? Hay algo que me quiero hacer en el cabello...

Chuuya se ha distraído viendo la hora en el reloj y menea la cabeza — Disculpa, cariño, lo que sea que sea lo hablamos cuando llegue más tarde. ¿Sí? Anee-san ya me está esperando.

Chuuya se da una vuelta y toma su sombrero del estante en la pared, se gira a su hija y posa —¿Cómo me veo?

— Cómo mi papá.

—¡Wow!— Chuuya abre los ojos y parpadea con sarcasmo — ¿Por qué será?

Sonoko intenta disimular su risa, pero Chuuya toma una de sus mejillas y le besa — Nos vemos. Escríbeme cuando encuentren a Satoko.

Y de vuelta a Satoko.

Sonoko gruñe y agacha la mirada. Jura que iba a destrozar la puerta tras la partida de Chuuya no fuese por la mano de su padre, Dazai, quien le presiona en el hombro. — Vamos pues, ya sé  donde está.

Sonoko lo mira con desánimo y lo aparta, esta patea los demás zapatos en el recibidor y camina para la sala — Ve tú, pa'. Yo iré a dormir.

— ¿Tienes sueño? Apenas son las siete.— Dazai duda en hacerlo, pero aún así da un paso en su dirección. Al ver como ella no para, se detiene.

— Déjame en paz.

Sonoko trepa las escaleras y corre a su habitación, no sin tirar la puerta como si no hubiera un mañana.

Dazai queda viendo en seco. Al final, sólo cubre sus ojos y exhala — Oh vaya.

Da la vuelta y ve sus zapatos en el recibidor — Sí, la otra. Toca ir a buscarla...

(...)

Gira sus caderas al són de la música con sus labios cantando con dulzura. Van las luces  reflejando sobre su cabello. Y canta, ve como alrededor suyo hay ojos clavados en ella, sea por admiración o por envidia.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora