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Edgar mantiene los ojos cerrados cuando encuentran la respectiva cuna de Kichirō. Primero ayuda a Ranpo a ponerse de pie con tal de dejarlo a la altura necesaria y luego reacciona.

Ranpo suelta un chillido de sorpresa, lo cual tensa al mayor y lo impulsa a presionar su agarre en la cintura ajena.

Luego lo ve.

Su cabello lo había vuelto a recoger en un moño desordenado, lo cual hizo su intercambio aún más impactante. Ojos grises se cruzan con verdes, podría jurar que su corazón hace revuelo.

Procede a sus manitas, su piel tierna y fina, sus mejillas coloradas y sus párpados rasgados.

Es imposible no querer tomar a su novio en brazos. No obstante, no alcanza a hacerlo por el resople de los labios ajenos.

Ranpo se sintió igual de tocado con la escena, al menos eso creía Poe.

- ¡Este niño no ha salido del hospital y ya me está buscando rivalidad, Eddy! - Ranpo le da un codazo con el brazo antes herido en el choque, pero ahora sano por el uso de la habilidad de Yosano. - ¡Sacó eso de ti!

Edgar levanta las cejas estupefacto, además de confundido, tras un instante, es capaz de expresar su incomprensión.

- ¿Ranpo, de qué rayos hablas?

Este se gira en el agarre que el otro tiene sobre él y hace un puchero - Yo había deducido que se parecería a ti...

Por el aspecto genuino en Ranpo, más el tiempo que le tomó espulgar entre recuerdos de estos últimos meses, suelta una carcajada, incluso haciendo voltear un par de cabezas a la distancia.

- Edgar.

-¿Es eso lo que dices cuando ves a tu primógenito por primera vez?

- Sí, completamente- Ranpo pone sus palmas sobre el material transparente de la cuna que los separa del niño

- Kichirō, primera lección de tu padre, nadie vuelve mis deducciones incorrectas. Lo dejaré pasar esta vez porque aún eras un feto.

El bebé por obvias razones no respondería, pero este acerca su rostro al material - ¿De acuerdo? Te estaré viendo...

Ranpo saca sus dedos índice y corazón y los apunta a frente sus ojos y luego a los de Kichirō.

Su tinta verdoza es lo que maravilló a Poe definitivamente. Él con su mirada encima suyo ríe y lo abraza antes de besarle en la cabeza.

- Ranpo, Kibi ya te había probado erróneo hace tiempo, tú decías que sería niña.

- Edgar - Llama él - Cierra el pico.

Al encoger sus labios, desciende su mirada a Ranpo, quien realmente no ha vuelto a verle.

El silencio se prolonga entre los dos, se mantienen al tanto de cada pequeño movimiento de su bebé. Él no es calmo, pero tampoco hiperactivo, solo es su modo de mirar de aquí a allá constante lo que lo peculiariza. El niño pestañea bastante y en un plazo de tiempo se queda viendo a sus padres a los ojos.

Lo suficiente para que Ranpo dejara un suspiro y pegara su mejilla al material transparente.

- Lo quiero tomar en mis brazos.

Allan se guarda para sí mismo el "Yo también" que me amenazó con dejar sus labios un instante luego ese comentario. No serviría de nada, solo aumentaría la tristeza que por ahora han intentado reprimir.

Su hijo ha nacido. Y no pueden siquiera tocar su piel, acariciar los pequeños rizos que nacen en la parte superior de su cabeza, sostener sus manos diminutas... Es un grado distinto de tortura.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora