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— ¡Ranpo-kun! Tenemos que salir ya si quieres que lleguemos a tiempo a la clase — gritó desde la sala un escritor que ataba los cordones de sus tenis.

Su pareja salía de la ducha cuando le escuchó — Eddy ¿No crees que es algo exagerado salir tres horas antes?

— ¡No! — se puso de pie — Tenemos que trotar en el parque un rato antes para que ya hayas calentado.

— Por dios, tres horas de pie lo único que me tendrás calentando es una camilla en el hospital.

Poe mofó asombrado, se cruzó de hombros y habló aún más fuerte para que Ranpo lo escuchara clarísimo.

—Si no sales ya, voy a ir por ti. Cabe mencionar, tengo los zapatos puestos.

El menor abrió sus ojos aterrorizado mientras se ponía una pantaloneta deportiva.

—¡No te atrevas!

El pelimorado carcajeó — deduce lo que estoy haciendo~ — añadió levantando la suela de su zapato por encima del piso, aún no tocándolo a pesar.

Ranpo pasó por el pasillo y hasta empujó a Poe contra la puerta, evitando que este acercara su pie a su adorado suelo hogareño.

— Con eso no se juega... — masculló el pelinegro, sus manos aferradas fuertemente al collar de la básica camiseta blanca del mayor.

— Ponte tus zapatos ¿Sí? — Ranpo le miró mal pero acató. Poe su parte, Allan seguía riendo internamente, no comprende a los japoneses y su insana obsesión con proteger sus pisos.

— Si tuvieramos un auto no tendríamos que salir desde tan temprano...

Poe enarcó una ceja y apoyó su mano sobre su cadera — ¿Querido, acaso debo recordarte que si no tengo ciudadanía japonesa, no puedo tener una licencia ni mucho menos comprar un auto?

Ranpo alzó su rostro, de forma que no miraba a sus agujetas y le ofreció una mirada como si la respuesta fuera más que obvia.

— ¿No estarás insinuando...tú?

El detective se puso de pie y abrió la puerta, dando a entender que esta conversación finaliza aquí.

(...)

Media hora de trote a penas, Ranpo insistió en que compraran algo de comer. Según él porque "Si no alimentamos a nuestro bebé seguido, va a nacer flácido y esquelético como su padre"

Poe intentó contradecir la declaración, pero el menor lo ignoró por completo y divagó a exigir todo producto que ofrecen los puestos de comida a su alrededor.

La conduerma terminó una vez Ranpo quedó satisfecho con su órden de tres pies de avena, un jugo de fresa y una oblea embadurnada de arequipe, leche condensada, mermelada de mora y queso. Este último postre siendo el que Poe incitaba a descartar, pero era por el que Ranpo más insistía, entonces perdió el año y aquí se encuentran.

Los dos sentados al lado de un puesto de pasteles y tortas frente al parque. Poe sonando sus zapatos inconforme.

— Vamos, pruébala Eddy, esto es una obra elaborada por los dioses — le invitó a Edogawa, mostrando con sus manos empegostadas la oblea. Edgar no es fanático de los dulces, pero tuvo una brillante idea para que su pareja comiese menos azúcar que lo que llevaría.

Se acercó a esta y abrió su boca ampliamente para dar un mordisco, alcanzó a tomar más de la mitad del círculo de masa que previamente tenía un mero mordisco.

Ranpo abrió sus labios sorprendido, pero no de buena forma, más del modo que verías a un maligno traidor — ¡Hey!

— Está muy rica, como tú dijiste.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora