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Ya iba a ser pasadas la dos de la madrugada y aún no terminaba de resolver este caso. Nunca antes se había esmerado tanto en una misión, ahora que tiene la devoción, soluciones no llegan a él y está en un callejón sin salida.

Lo único que sabe es que resolver esto lo está volviendo loco. Entre su imparable estrés, tirones a su camiseta lo sacan de sus pensamientos.

- Papi.

Lo que faltaba.

Dazai no responde a la tierna voz que llama a su supuesto nombre. Pero no...

Aún no.

Aún no es padre.

- Papi -repite esta misma una vez más, más agresivamente hala de sus prendas - Tengo hambre.

Son las dos de la mañana.

Eso mismo repite su boca, ya inconsciente de balbucear el primer pensamiento que cruce por su mente.

-Son las dos de la mañana, por dios. ¿Es que no tienes sueño?

Por fin Dazai gira su cuerpo y da frente a la pequeña niña que con sus pequeñas y pálidas manos recurre a su padre.

- Ve con tu otro papá, por dios-Dazai da un puñetazo a su escritorio y la hace a un lado.

No es hasta que la criatura dice lo siguiente que Osamu siente un pinchazo por todo su cuerpo.

- Pero si papá está muerto...

- ¿Qué?

-Papá murió, el mismo día que Onee-chan.

El hombre deja caer la pluma que cargaba en mano y tambalea al intentar pararse, su hija da pasos hacia atrás espantada por el aspecto de su padre.

- ¿Papi..?

- Yo no los maté...Pero fui yo quien los descuidó..

Dazai toma a la niña en brazos y esta empieza a lagrimear del miedo. Ambos temblaban al tacto, pero no por las mismas razones.

- ¡Ese es el caso que intento resolver...quién los mató!

Llena de miedo, la niña se retorcía entre sus brazos en un intento de librarse de su padre.

- ¡Bájame papá!

-¡Tengo que vengar a Chuuya, a mi niña..!

-¡Papá!

- ¡Cállate, por dios! - grita una y otra vez Dazai, mientras que la infante repetidamente suplica que le libere de su doliente agarre.

Es porque está en su límite que Dazai suelta el torso de la niña para cambiar a su cuello, y con sus ásperas palmas cubiertas por vendas y demás herida, Dazai aprieta con tal de que los agonizantes chillidos de la niña perezcan.

Su voz es tan similar a la de su hermana...

La misma que él no va a volver a escuchar siendo que la fuerza impuesta, en efecto, sí cesó el llanto.

El color de su rostro rápidamente se desvanecía a la par con su pulso. Con certeza, había terminado con la vida de esta.

Dazai respira aceleradamente, inhala, exhala, una y otra vez hasta que ve claro la figura inmóvil en el suelo.

- Chibi...Mis chibikkos...

Primero descuidó a Chuuya y a su primogénita, y luego a sangre fría y con sus propios huesos estranguló la vida de su restante hija.

Él es un...

Asesino...

Un jodido monstruo...

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora