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Chuuya hala a Dazai de un tirón de su brazo y lo acerca a la camilla, este quedando a pocos centímetros del rostro del otro.

- Dazai - Llama Chuuya.

- Dazai - Él le hace eco.

- Ese es tu nombre - El pelirrojo envuelve sus brazos alrededor de la nuca ajena con el alivio de saber con certeza que él está aquí. Ya no se siente todo tan terrible.

Sin embargo, la mente de Dazai parece estar enfocada en algo distinto. Al principio pensó que se encontraría con Chuuya a medio parto, pero él está bien aquí y no se encuentra gritando como antes, así que se permite pensar en lo ocurrido en la recepción. Entonces suspira.

- Y al parecer también es el tuyo.

La sonrisa aliviada de Chuuya se borra y sus cejas se fruncen y aún así este no dice nada.

- ¿Cuándo cambiaste tu apellido? - Cuestiona Dazai - ¿Y por qué no me lo dijiste?

Chuuya se distancia de él y recuesta su espalda en la cama con sus brazos cruzados. La mirada del castaño, quien se apoya en la baranda de la camilla, le presiona por explicaciones.

- ¿No fui yo, okey?- Masculla, su lengua haciendo fuerza desde el interior de su mejilla - Fue Mori-san. Nakahara Chuuya no se podía casar legalmente porque si lo hacía lograrían ubicarme facilmente. Así que la identidad que fue casada es la de Kashimura Chuuya, la cambiaron a Dazai Chuuya.

Dazai sostiene las barandas con sus puños y pestañea lentamente. Luego levanta la cabeza asintiendo - Oh, sí, recuerdo cuando nos hicieron identificaciones falsas...Yo estaba allí, pero no pensé que la seguirías usando después de todo este tiempo.

-Bueno - Gruñe Chuuya, una repentina expresión de inconformidad y cansancio -...Ya sabes que...la sigo...usando.

Tal aspecto persiste y el castaño acerca sus manos a su rostro. Chuuya se revuelca en la fina bata médica que le dieron con dolor.
- ¿Hey, qué sucede? ¡¿Están viniendo?!

-¡No, idiota!- Exclama Chuuya, manoteando su agarre en él - Solo es una contracción- ¡agh!¿Revisa la hora y la duración de esto, sí?

Dazai va a sus bolsillos a por su teléfono, pero no lo encuentra. Los quejidos de Chuuya de fondo lo aturden y cada segundo que pasa lo hace correr más.

- ¡Dejé mi teléfono en la agencia!

- ¡En la mesa está el mío!- Chuuya le apunta con el dedo y Dazai corre a por él. En él encuentra unas notas con horas y segundos contandos, figura que debe hacer lo mismo ahora.

Pero Chuuya sigue gritando clavando sus uñas a la camilla. Tan idiota se siente, lo único que descifra que puede hacer para ayudar es ir junto suyo y tomar su mano.

-Llamaré a una enfermera- Dazai sugiere, siendo detenido por la negación del mayor. Chuuya jadea y empieza a recuperar el aire progresivamente.

- No, no...Así debe ser.. ¿Cuánto tiempo fue? Esta ya acabó.

- treinta y dos segundos - Hay una mirada confundida en su rostro - ¿Y por qué no llamar a una enfermera si te está doliendo?

- Así van las cosas, Osamu.- Suspira, pero tal respuesta no parece satisfacerle.- ¿Intérvalo entre esta y la última vez?

- Ocho minutos - Responde.

- Maldición - Gruñe Chuuya, quien va llevando una mano a su frente - Quiero que esto acabe ya.

Dazai queda en completo silencio por unos instantes hasta que una sonrisa pícara se dibuja en su rostro -¿Quieres decir que ya quieres tener a las niñas aquí?

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora