♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡

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Este era un nuevo café, más elegante, obviamente. Sin embargo, cuando recibió la llamada de la pelirroja, no lo pensó dos veces antes de tomar sus cosas y tomar el tren.

Primero fue a la casa de Nakahara y ahora al salir juguetea con sus dedos ansiosamente.

— ¿Aún no has pedido? — Pregunta Yosano una vez se acerca a Kouyou, quien gira su rostro y se topa con la anterior.

— Buenos días — esta saluda con su mano soportando su cabeza — Buenos días.

La mujer no dio por hecho como su voz es tan relajante como siempre, como no hay rastro alguno de voz ronca por la temprana mañana y ni una marca de cansancio en su rostro.

Su corazón late.

— ¿Fuiste a donde Chuuya-kun? —  Kouyou pregunta y sus mano izquierda arregla un mechón detrás de su oreja.

— Vengo de allá — dice mientras se sienta, desde el borde de sus ojos capta a un mesero ya dirigiéndose a ellas — El cabello suelto te queda bien.

Kouyou sonríe, para nada lo hizo a propósito.

— Gracias — replica — Ya se como alistarme las próximas veces.

Yosano levanta las cejas y deja que sus palmas caigan sobre el mantel de la mesa — ¿Entonces habrá próximas veces?

— ¿No es este ya nuestro segundo encuentro? ¿Por qué pensarías que no habría próximas?

La doctor se detuvo para secar sudór de su frente, pues el calor sube a su cabeza.

— Sí — Suspiró — Tienes razón.

El mesero de antes llegó a la mesa en silencio y pregunta por sus órdenes.

Cuando este se fue, Kouyou aprovechó para dar fin a sus dudas. No hace mal preguntar, se trata de alguien que estima demasiado.

— Entonces...— Empieza y capta la atención ajena, esta dejando de jugar con sus manos ahora — ¿Puedo saber de qué va ese proyecto?

Al hablar, los ojos de Yosano resplandecieron y ella sonrío.

— ¡Claro! Verás..

(...)

Chuuya vio partir a Yosano mientras Dazai seguía sentado en la sala. Cuando regresó tenía una expresión sombría, pero a pesar de ello, Dazai se veía totalmente calmado.

— ¡Oi! Quita esa cara ¿No has caído en cuenta que acabo de hacer un contrato en el que permito que nuestro bebé sea rata de laboratorio?

Su expresión cambió, pero no por la razón que Chuuya esperaba.

— Dijiste "nuestro"...— murmuró haciendo contacto visual con el mayor. Sin embargo, este lo descartó automáticamente lanzando lo primero a su alcance — Sí, lo dije ¿Y qué?

— Estás siendo considerado, eso es...— Comentó — ¿No sabes lo extraño que es ver esto en ti, Chibi?

El pelirrojo no se inmutó, pero sí se acercó al sillón donde estaba el menor diciendo — Siempre soy considerado.

— Claro que no, me tratas muy cruel...

Con la suavidad de una pluma, tomó asiento a su lado y lo observó, su ceño ahora fruncido — ¿Ah sí? Fui considerado contándote sobre el embarazo, yo estaba listo para hacerlo solo.

Este es un trozo de información que desconocía. Sí comprende que la razón por la que esa vez fue llamado de urgencias a la Port Mafia no era más que una excusa para que Chuuya pudiera darle la noticia.