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Finaliza ya el mes de marzo, los árboles de cerezo empiezan a resplandecer. Asímismo, se encuentra la pareja más feliz del año recorriendo uno de los tantos parques cubiertos de la preciosa flor de Sakura.

Semanas antes Poe había propuesto que el menor fuera más activo físicamente, no sólo era bueno para él mismo, pero a la vez para el bebé.

Lo único que Ranpo aceptó fue caminar el parque dos horas diarias.

Así que hoy estaban Edgar, con Karl en sus brazos y Ranpo recorriendo la zona.

Poe no lleva su ropa habitual, viste una sudadera roja y camiseta negra con el fin de no llenar de sudor
otra. Ranpo por su lado, sólo lleva unos shorts deportivos y una camiseta ancha blanca, la cual tomó del closet de Edgar, pues sus prendas de siempre ya no le quedaban del todo.

—Cariño, creo que deberíamos comprar ropa más grande, ya no quedan más camisetas en tu armario.

Poe levanta la mirada y le da un vistazo a Ranpo de pies a cabeza. A pesar que la playera fuera un par de tallas más grande, se podía notar el bulto en su vientre. Observando detrás, pudo ver cómo el short que vestía ya le queda apretado y mostraba un poco su trasero.

—Tienes razón, urges de unas compras—Dice él, quien se pone detrás suyo y siguió caminando de la misma forma.

El menor nota una tienda a la esquina. Así que le señaló y dieron paso al lugar.

La tienda era amplia y sus estantes llegaban más alto que la altura de Poe duplicada. Ranpo se fija en las llamativas luces que resplandecen en el techo con asombroso, cómo un niño pequeño. Eso hasta que una chica que trabaja en el lugar se acerca a ellos y les dirige a donde estaba lo que buscaban.

Allí, no hubo prenda que el azabache no haya puesto en los brazos del más alto. No fue hasta que Edgar le detuvo y le pidió que ya fueran a los vestieres.

—¿Me veo bien con esto?

—Incluso con la prenda más horrible tu seguirías viendote precioso...

—¿No me veo gordo?

—Hay un bebé en ti, así que-

—¡Entonces sí me veo gordo!

—Ser rellenito no tiene nada de malo.

—¿Esto?

—Te he dicho que escojas todo lo que te plazca.

—Eddy, pero debo saber si me veo genial o no.

—¡Pero que siempre lo haces!

—Nadie puede serlo todo el tiempo

—Tú sí.

—No.

—Que sí.

—Que no.

—Sí.

—No.

—Sí.

—¿Sí?

—Sí...

—¿De verdad?

—Sí.

Poe dirige sus manos a su cabeza, le marea tanto por segundo. Ranpo le observa con atenció  con cara de perrito llorón, a lo que se le abalanza.

—¿Entonces me veo sexy siempre..?

Edgar levanta la mirada con lentitud para que Ranpo se percate de su expresión estático.

El mayor suspira y lo atrae hacia él— Sí, querido...¿Cuántas veces me harás repetirlo?

—Hasta que Karl se convierta en humano y resulte dominando el planeta.

Con eso, la pareja ríe, el mapache se levanta a sus dos patas traseras y simula aplaudir.

Tal vez Ranpo tiene sus razones para sospechar...

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora