- Feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños a mí, feliz cumpleaños maldito Chuuyaa~ Feliz cumpleaños a mí...Kouyou no hacía más que verle desde el marco de la puerta. Chuuya se encuentra esparcido sobre el suelo frente al retrete del salón de eventos. En el corto tiempo que las arcadas se detuvieron, maldijo su existencia con una encantadora canción para si mismo.
Ya que no hay nada más lindo que pasar tu cumpleaños vomitando cada vez que una brisa pega.
- Chuuya cariño, sé que el jéngibre mejoró tu voz, pero eso no significa que debas andar hable y hable. Tienes que sanar.
El mencionado bufa y le rueda los ojos
-¿Y quién sana este malestar tan hijo de perra que tengo?
Reclama mientras recurre a pedir el apoyo de Kouyou para ponerse de pie, esta le colabora - Ese malestar se llama embarazo, y hay dos formas de curarlo, abortando o dejando que se vaya por si solo en nueve meses.
Aparte de la mala cara, no ofrece reacción alguna. La mujer lo corre de forma que queda frente al gran espejo arriba del lavabo y le enseña su reflejo.
- Pero no te fijes en eso ahora, Chuuya, concéntrate en lo guapo que te ves hoy.
No se puede negar que es un conjunto digno de Chuuya Nakahara, quien a pesar de tener tres, casi cuatro meses aún se ve más apetecible que fresas con nutella. Sería una metáfora rara si no fuera que aquel manjár es de la misma paleta de colores que la referida.
Chuuya viste una camisa de tela satín color rojo vino, pero su material lo vuelve resplandeciente, resaltando sus ojos azules. Las mangas se ensanchan a lo largo del brazo hasta sus manos y su dorso queda completamente descubierto al ser una prenda espalda escotada.
Los patrones de pecas y lunares cubren toda su longitud y hace que se vea aún más atractivo. Debajo, lleva un pantalón de cuero completamente negro, los únicos rastros de otra tonalidad están en la zona de las rodillas en las que hay un par de rotos. Al ser una tela tan elástica, la prenda define de manera favorable su figura.
Su cabello va suelto, así que al llegar escasamente debajo de los hombros, no cubre nada de su lomo desnudo.
En los pies, zapatos altos. ¿La razón?Bueno....Él quiere salir en las fotos.
Por separado, Ozaki fue capaz de notar algo muy particular en su vestimenta. Chuuya ligeramente sonríe ante su aspecto por primera vez en un tiempo.
- Por cierto ¿Que hay de tu gargantilla?
Hoy es un día que espera que sea mejor. Otro año de su vida, una oportunidad para reiniciarse de mejor manera.
¿La única forma de avanzar es dejando pequeñas cosas malas, no?
¿No?
(...)
- Yo me besaría conmigo mismo...Vaya- Susurra el pelirrojo para si mismo. Está solo en el baño del salón, solo había venido a acomodar su cabello, debido a que había olvidado soltarlo.
Si ha de ser honesto, se siente jodidamente bien. Como si estuviera en un nuevo capítulo, restaurado, sin trazo de su oscuro pasado.
Bueno, excepto uno.
En su cuello lleva la marca de posesion. La maldita gargantilla negra. Había sido un regalo de Dazai.
Lo peor es que se ve hartamente bien con ella, pero su proviniencia lo perturba hasta el día de hoy. Con ella, hace años el castaño lo había declarado como "su perro".
Maldito bastardo...
Era la única posesión suya relacionada a Dazai que no había tenido el coraje de quemar.
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♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡
FanfictionEn el mejor momento de su relación, ni Edgar o Ranpo lo hubiera anticipado. ¡Esperan un bebé! [Este fic está bajo edición bastante lenta, pero sólo son correcciones de typos y errores de novato. No altera en absoluto la trama] Ranpoe, Soukoku, Shin...