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- Solo di la palabra y yo te consigo lo que desees, querido.

— Alcohol.

— Ranpo — Llama Poe ya en un tono distino — Tú ni siquiera tomas, tampoco antes de que te embarazaras.

Con fuerza en sus nudillos, este para y hala al mayor para que regresen al auto - ¿Ves? No es todo lo que yo desee.

— Ranpo — repite, esta vez más serio — Debemos ir, sino...

— No estaremos seguros que Kichirou está sano. Gah, Eddy, me tienes hasta las canillas con eso.

Poe tiró del brazo de vuelta hacia la entrada que se abre por sensor, el peso ajeno en su contra, los dos se balancean hacia el lado de Ranpo y por poco caen.

Sin embargo, cuando el pelinegro se endereza, ve la expresión enfadad de Allan. Baja sus hombros al ser tomado por sorpresa.

—¡Ya, Ranpo sólo es un pinchazo! No lo harás más nunca ¿Sí? Pero hoy, debes ir a ese consultorio y dejarte sacar sangre, sino será Kibi allí.

Este se queda en silencio por mínimo un minuto, con su labio inferior temblando. Ranpo extiende su mano y la entrelaza con la contraria para luego estrujarse cerca suyo y empezar a caminar hacia la entrada.

Poe inclina su cabeza con tal de analizar su expresión, pero este siendo tan orgulloso como de costumbre, aparta su rostro.

Así van de mano hasta la sala de espera. El sonido del reloj de la sala de espera lo fastidia de inicio a fin, por lo que cuando llaman a su nombre, Ranpo siente la más grande felicidad que tendrá en el día.

La doctora que les atiende hoy es la misma de la vez anterior, con una gran sonrisa, recibió a la pareja en su consultorio, estos se ubicaron en las sillas frente a un escritorio.

La sesión inicia tranquilamente — De acuerdo, Edogawa-san ¿Cómo se ha sentido estas... Siete semanas?

— Agotado.

La mujer mira no tan sorprendida, pero aún así, suspira. De esta forma, de un gabinete saca una libreta y un bolígrafo que usa para apuntar algo rápidamente.

— Está bien, hagamos esto, yo enunciaré sucesos y usted me dice si se identifica con ellos ¿Sí?— Propone Mizoguchi. Ranpo asiente y se irgue en su asiento.

— ¿Dolor en el abdomen?

—Sí.

—¿Congestión nasal?

— Sí.

— ¿Dolores de espalda?

—Siempre.

— ¿Hinchazón?

—Demasiada para mi gusto.

— ¿En los pies?

— En los pezones también.

— ¿Cómo si fueran los de una mujer?

Ranpo apunta precisamente hacia ella y asiente emocionado —¡Exacto!

La doctora baja la libreta mostrando sus notas que Poe no perdió segundo alguno para husmear desde lejos.

Esta se levanta y le hace gesto con el brazo para que le acompañe a la camilla.

Mizoguchi encendió la maquinaria necesaria para lo restante de la sesión antes de pedirle a su paciente que se retirara la camisa, Ranpo hizo como se le indicaba.

Con el gel en su cuerpo, la mujer pudo mostrar en pantalla la emisión del feto. La pareja admira la imagen mientras que Mizoguchi les explica más a detalle la formación del niño. Sin embargo, destacó una inusualidad.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora