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En un consultorio, el silencio aturde por varias horas, debido a que quien la habita es una mujer dedicada y disciplinada sobre su trabajo (vaya farza).

Excepto el sonido del botón de su lapicero. Una, dos, tres horas y el mismo ruido que va en sinfonía con el pisoteo repetitivo del tacón de su zapato.

Tic

Clack

Tic

Clack

Tic

¡Crack!

Después de medio día de continua banda sonora, la punta de la pluma se quiebra y ella sale de su trance de ansiedad.

La tinta se regó por todo el informe que llevaba escribiendo sobre  basado en la evolución de su sujeto de investigación.

— Carajo...—Masculla y husmea por su alrededor en busca de algo con qué limpiarse sus manos pintadas de azul. Con un meñique medianamente limpio, busca en su bolsa y extrae un pañuelo.

Se podría decir que se está convirtiendo en un pitufo. La tinta se secó y ya no había más por hacer así que se retiró y sumergió su extremidad otra vez en su bolso.

Allí toma su celular y descarta varias notificaciones que no son de su interés. Bueno, excepto una.

(3) Llamadas perdidas de Kou-kun - 13:46

Y es que quizás esta vida es construida de forma que las cosas encajan a la perfección con tal de formar más drama.

Otra vez.

— Carajo...— Es como si supiera que lleva procrastinando toda la jornada pensando en ella. Ya la última vez intentó aclarar sus inconformidades, pero el mundo confabula con tal de que ella esté envuelta en líos.

Sería grosero no devolver la llamada.

Timbra...Timbra... Un pitido que le aturde y que le da un pinchazo en la parte baja de su espalda suena.

— ¡Yosu-kun! Qué bueno que devolviste la llamada... Extraño tu voz.

Yosano espabila con el ritmo del tono emocionado de la mujer al otro lado de la línea. Sacude toda vergüenza y replica.

— Kou-kun, lo mismo digo ¿Cómo va todo?

— Estoy de vuelta a Yokohama, creíamos que la ausencia de Chuuya haría que tardaramos más, pero no fue así, incluso pude ir de compras un día — Comenta ella —...Tengo un detalle especialmente para ti.

Un corazón omite un latido — ¿¡Eh?!

— Sí, por eso quiero que nos veamos ¿Hoy podrías? Te mando la dirección al colgar.

Un detalle, un lugar de encuentro nuevo...¿No es eso...muy...?

La doctora mira a su escritorio sabiendo más que bien que tiene cosas por hacer culpa de su pertinente vagancia de hoy.

Suspira y mira la hora. Realmente nadie en la agencia la necesita últimamente y el presidente está distraido en su oficina...

Condenada sea.

— Está bien ¿Dentro de media hora te parece?

(...)

Un par de meseros le abren en la entrada del restaurante, cortinas blancas y asientos lujosos por doquier que hacen que sus ojos se nublen de asombro.

Con su actitud perpleja, dio paso a que una sombra alta se deslizara hasta detrás de ella y rodeara su cuello con una fina tira.

Yosano se sobresalta y con el pensar de estar siendo atacada, toma la mano desconocida. Aún así, el brazo de este impone una fuerza opositoria y como si la doctora no hubiese ejercido más esfuerzo que el que habría hecho para levantar un papel, es inmovilizada al grado de ser tendida sobre el extraño.

♡𝚅𝚎𝚛 𝚝𝚞 𝚂𝚘𝚗𝚛𝚒𝚜𝚊♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora