Entrevistas

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15 minutos después, estaba en la cocina preparando algo ligero para comer, salí y fui a la sala para encender la televisión.

Pasaba de canal en canal buscando algo interesante para ver. Seguí pasando hasta que me detuve en un canal de noticias donde aparecía una foto mía junto a una descripción que me hizo apretar los puños en señal de molestia.

"La joven y extrovertida empresaria Vanesa Ferrer sigue dando de que hablar. Esta vez, se le ha visto frecuentando clubs de strippers. ¿Que pensara el magnate y padre de la joven Ricardo Ferrer de eso?"

Estaba jodida, mi privacidad se me estaba saliendo de las manos y no es que me importara lo que hablara un montón de idiotas. Lo que me importaba y me preocupaba era la opinión de Ricardo, ya que de mi dependía la imagen de la empresa y todo lo demás. Suspire y apague el televisor lanzando lejos el control remoto y observando mi celular, contando en voz alta.


-Tres... Dos... Uno. Ahí lo tienen.

Mi celular empezó a sonar y vi que era Ricardo.

Ahora si estaba jodida.

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Una semana habían pasado y hoy me levantaba temprano para arreglarme y dirigirme a la empresa. Esa noche, después de un largo y aburrido sermón por parte de Ricardo que había durado como dos horas, me había tirado en mi cama enterrando la cara en la almohada y queriendo matar a Alexa. Pero con una simple llamada la noticia había sido eliminada y sus creadores habían sido advertidos acerca de la información que pudieran
decir de mí. Ricardo tenía el poder de hacer eso y mucho más, pero me conforme solo con la advertencia acerca de sus contenidos.

Minutos después entraba a Industrias Ferrer con mi porte elegante y serio, recibiendo algunos saludos por parte de los empleados, los cuales por supuesto, ignoraba. Cuando llegue al último piso, donde se encontraba mi oficina, pase sin mirar a nadie y entre.

Mi secretaria entro y de reojo pude ver la cara de molestia y sonreí internamente.

-Que tenemos para hoy?

Pregunté sin mirarla y encendí mi computador. La escuche suspirar pesadamente antes de que se sentara en mi escritorio con las piernas cruzadas.

-Desde cuando te acuestas con prostitutas?

Suspiré y cogí unos papeles para revisarlos y tratar de ignorarla.

-Vamos, ¡dime algo!

Ella insistió y cerré los ojos para luego abrirlos y seguir concentrada en los documentos.

-Tres cosas - Hable sin mirarla y continúe -Primero, bájate del escritorio, segundo, sal de mi oficina y tercero, lárgate de mi empresa - La mire y ella parecía sorprendida.

-Pero tu... No puedes hacer eso, pensé que teníamos algo.
Reí sin gracia y me levante.

-Tu y yo no tenemos nada, que hubiéramos tenido sexo una vez no quiere decir que seamos algo. Así que por favor sal de aquí.

-No... No puedes hacer eso, yo te quiero. - Sarah parecía querer llorar y yo rodé los ojos. La tome del brazo y la arrastre a la puerta, cerrando esta en su cara.

Me devolví y me senté en mi escritorio de nuevo cogiendo el teléfono para marcar.

-Bela, arregla los papeles de Sarah y asegúrate de que salga del edifico cuanto antes.
-Si señora algo más?
-No, hazlo rápido, y no quiero problemas.

-Si señora... Oh señora una cosa.
-Qué pasa?

-A qué hora son las entrevistas para la nueva secretaria?

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