Quédate

Preguntas de rutina

-Extraño a los niños

-Lo se amor, yo también los extraño, pero mañana ya estarán con nosotras.
-Eso espero, un día más y creo que enloqueceré.

Rieron.

-Que quieres comer?
-Que comes tú?
-Mmm un poco de fruta
-Mmm quiero lo mismo.
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Cuando terminaron de comer, Alexa y Bela llegaron y se sentaron para comer también.

-Tenemos que volver a Suiza.

Alexa rompió el silencio y todas la miraron.

-Cuando?
-Mañana a primera hora. Recibí una llamada de la empresa y tenemos que volver.

Bela la miraba con cara de "Enserio?" y Alexa le pidió disculpas con la mirada.

-Supongo que nos veremos luego. -Bela se levantó molesta y Alexa suspiro. -No sabía?
-No, iré a hablar con ella.

Vanesa asintió y la vio ir detrás de Bela.

-Es no se ve bien.

Michelle hablo preocupada y Vanesa se encogió de hombros.

X: Disculpa, ¿eres Vanesa Ferrer?

Las dos se dieron la vuelta y se fijaron en un hombre joven con un celular y una libreta en su mano.

-Sí, ¿se te ofrece algo?

La empresaria respondió a la defensiva y el hombre sonrió mientras buscaba algo en su celular.

-Solo quiero hacerte algunas preguntas, estudio periodismo y estoy interesado en hacer mis prácticas contigo.

Vanesa miro al tipo con desconfianza.

-Qué tipo de preguntas?
-Oh solo, preguntas simples, como de rutina.

La empresaria paso una mano por su pelo y asintió.

-Está bien.
-Perfecto. Entonces, primero, un gusto conocerte, realmente te admiro, tu trabajo es genial y perdón que lo diga, pero eres más guapa en persona. -Vanesa lo miro seria y él se puso nervioso. -Un gusto conocerte también.

Miro a Michelle y ella sonrió cálidamente.

El hombre busco nervioso en su libreta y encendió la grabadora de voz de su celular acercándolo a la empresaria.

-Puedo grabar?

-Sino como sustentas que hablaste con una de las mujeres mas importantes del mundo.

Michelle sonrió.

-Bien, a qué edad empezaste a interesarte por los negocios?
-A los 18.

Respondió cortante y esperó la próxima pregunta.

-Que ha sido lo más duro que has tenido que afrontar en los negocios?
-Yo no lo llamaría duro, lo llamaría fastidioso y es trabajar con personas incompetentes.

Michelle entrelazó su mano y dejo un apretón, de cierta manera no le gustaba su actitud grosera. Era solo un chico inocente haciendo preguntas de rutina.

-Eh, piensas algún día heredar las demás empresas?
-Amigo, ya las herede todas, ahora es mi imperio, y me encargare de hacerlo crecer aún más.

Habló con arrogancia y el chico asintió sin dejar de lado los nervios.

-Eh... Tengo entendido que tus empresas son socias mayoritarias de los orfanatos que maneja tu madre, la señora Duncan, ¿en qué punto está eso?

La empresaria sonrió un poco y miro al chico.

-Una parte de las acciones que entran a la empresa va dirigido a cada sede, obviamente las compañías Peyton aportan una parte y mi madre aporta también.
-Es una obra muy honesta y linda debo decir.
-Lo es, y no pretendemos vender la imagen de personas caritativas para llamar la atención, lo hacemos de corazón, cada niño que vive allí es parte de un gran proyecto, tratamos de ayudar en lo que podemos.

Michelle sonrió orgullosa y dejo una rápida caricia en la mejilla de Vanesa. Sabía cuán importante era el orfanato, y sabia también lo duro que le resultaba a veces hablar de ello, pero ahora mismo parecía desenvolverse con comodidad.

-Obviamente es importante porque ustedes decidieron adoptar un niño que proviene de tan maravilloso proyecto, ¿no es así?

Michelle borro su sonrisa y le preocupo la reacción de la empresaria, pero suspiro de alivio al ver la tímida sonrisa y sus ojos brillar.

-Así es, gracias a eso ahora tengo uno de mis más grandes tesoros.

Hablo con orgullo y emoción, acto que por supuesto derritió a Michelle de amor.

-Cambiando de tema, puedes hablarme un poco acerca de la cadena hotelera, es un proyecto que se ve exitoso no es verdad?
-No solo se ve exitoso sino que lo será, pienso llevar mi apellido a lo más alto y que la gente sepa quién soy, también quiero con esto aumentar los ingresos de la empresa y de cierta manera ofrecer a las personas un servicio diferente.
-Wow, brillante.

El chico habló admirado y Michelle sonrió, cualquiera estaría admirado de una persona tan inteligente y capaz en los negocios.

-Una última pregunta. -Vanesa suspiro y asintió. -Todo el mundo habla de ti como una persona prepotente y grosera, que piensas de eso?

-Y tú? ¿Tú qué piensas?

La empresaria respondió de inmediato y fijo su penetrante mirada en el joven quien se mantuvo estático bajo los preciosos ojos que lo miraban fijamente.

-Pienso que eres una excelente empresaria y un gran ser humano.

Michelle lo miró sorprendida y Vanesa asintió.

-Es todo?
-Oh si, muchas gracias, no sabes cuán importante es esto, de verdad gracias.
-De nada.

La empresaria respondió con educación y sonrió.

-Puedo...puedo tomarles una foto? Digo, es que se ven muy bien juntas.

Vanesa río y paso una mano por la cintura de Michelle.

-Eso crees? - Habló divertida y miro a Michelle.
-Sí, se ven perfectas.

Vanesa lo miro y este buscó su cámara entre su maletín.

-Bien.

Tomo una foto y sonrió orgulloso por el resultado.

-De nuevo muchas gracias por tu tiempo, y siento molestar.
-Descuida, éxitos.

El chico se despidió y Michelle abrazo repentinamente a la empresaria.

-Te amo.

Vanesa la miro confundida, pero sonrió abrazándola.

-También te amo hermosa.

Su momento se vio interrumpido cuando una enojada Bela se acercaba mientras que Alexa venía con cara de perro regañado detrás de ella.

-Nos vamos?

Vanesa pregunto levantándose y Alexa asintió derrotada caminado a la salida. Suspiro y fue tras ella mientras Michelle y Bela las seguían.

-Todo bien?

Vanesa preguntó preocupada y Alexa negó.

-Discutimos y bueno, ya sabrás el resto, está enojada y no quiere viajar.
-Siento escuchar eso hermana.
-No pienso quedarme y cumplir sus caprichos, tengo que volver a Suiza y se acabó, si ella quiere quedarse, perfecto, yo si me voy.

Se subió a la camioneta y cerro de un portazo.

-Hey, la puerta no tiene la culpa.

Vanesa bromeó y se ganó la mirada fría de su prima. Rodó los ojos y espero a las dos mujeres para subirse e irse.

Todo el camino fue en silencio. Alexa iba con los ojos cerrados mientras su cabeza estaba recostada en la ventana, Bela miraba el paisaje con los brazos cruzados y Michelle había quedado en medio de ambas, la afortunada fue Vanesa quien iba adelante en el asiento de copiloto.