Odiosa y odiada

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Días después
Nueva York

Michelle
-¡Amor! -Vanesa gritó desde el baño y Sofí salto en la cama alegre.
-¡Dime! -Le respondí mientras terminaba de cambiar a Sofí.

-Te amo!

Fruncí el ceño y luego solté una carcajada, Vanesa llegaba a ser una idiota por ratos.

-Yo también te amo!

Le respondí sonriendo y a los dos segundos la vi salir del baño envuelta en una toalla mientras sonreía.

-Hola.
-Oh cariño por favor.

Hable riendo y ella hizo un puchero.

-Está bien, ya me calmo.
-Maa.

Vanesa sonrió como solo ella sabe hacerlo cuando se trata de sus hijos y la mire con ternura.

-Que pasa mi pequeño nugget? Quieres venir con mami?
Mi hija asintió y salió medio desnuda en busca de los brazos de su madre. Entrecerré los ojos y negué haciéndome la enojada.

-Me voy, me han reemplazado.

Hice un gesto dramático y salí de la habitación escuchando las risas de esas dos. Fui a la habitación de Damian y lo encontré mirando televisión con su adorable pijama.

-Buenos días tesoro.
-Buenos días ma.

Habló bostezando y me senté junto a él, una pequeña bola de pelos salió de debajo de las cobijas y entrecerré los ojos.

-Hijo habíamos quedado en que Esben iba a dormir en el suelo.
-Tenia frío. -Se encogió de hombros y cargo al pequeño perro de raza Golden Retriever.

Vanesa se lo había regalado de cumpleaños junto con una pijama del personaje de Monster University, una adorable pijama azul, y eso no era todo, Vanesa había comprado la misma pijama para ella, y ahora los dos tendrían la misma pijama y andarían por el departamento vestidos iguales. Ya quería ver eso. Y además le regalo un kit con todo tipo de cosas y materiales para dibujar.

-Quieres que traiga tu desayuno?

Negó rápidamente y se levantó.

-Mami me duele la cabeza.

Se quejó un poco y puse una mano en su cabeza con cuidado.

-Te sientes mal?
-Tengo frío.

Me preocupe y busque algo con que abrigarlo. Podría ser solo un resfriado o gripe, no tenía que hacer un drama, sin embargo, iba a estar pendiente.

-Vamos a desayunar y te doy algo para el dolor vale?

Asintió y cargo con cuidado al perro, cuando llegamos Vanesa tomaba un vaso de agua con Sofí medio desnuda en sus brazos.

-Buenos días campeón.
-Buenos días ma.

Respondió sin ánimos y Vanesa borro su sonrisa.

-Creo que está enfermo.

Me paso a Sofí y se inclinó para ver a Damian.

-Que tienes hijo? ¿Te duele algo? ¿Quieres ir con el doctor?

Habló preocupada y Damian negó abrazándola y escondiéndose en su cuello.

Le dijo algo en el oído y Vanesa asintió.

-Si te sigue doliendo le dices a mami Michelle que me llame de acuerdo?

Le habló bajito y él asintió. Me miro y me sonrió.

-Almorzamos juntas?

Asintió y dejó un casto beso en mis labios.

-Te amo, cuídate.

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