Matias Peyton

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Alto, musculoso, ojos azules, sonrisa perfecta, cabello castaño claro, y barba bien arreglada. Lo detalle rápidamente y era una viva imagen de Alexa pero versión masculina. Todo un galán.

-Hey que bueno verlas aquí.

Christopher nos saludó y llego hasta donde estábamos. La señora Duncan se acercó a saludar al hombre que supuse seria Matías y él sonrió enorme para luego abrazarla.

Se separaron del abrazo y él fijo su mirada en mí, intimidante.

-Y esta belleza quién es?

Se acercó y estiro su mano como un caballero, correspondí su saludo y él subió mi mano para luego dejar un suave beso en ella.

-Michelle, él es Matías, hermano de Alexa, Matías ella es Michelle novia de Vanesa.

El tipo movió sus cejas y soltó mi mano mirando a la señora Duncan.

-Tu hija con novia? - Se burló y me miro de nuevo.-No sabía que ahora las llamaba novias y las traía a su casa.
-Matt.
-Solo decía.- Se encogió de hombros y mire en dirección a la escalera donde Vanesa aparecía y a su lado venia Damian.-Y hablando de.....

Vanesa levantó su ceja muy a su estilo y nos miró a todos.

El ambiente se tornó pesado y el semblante de Vanesa no ayudaba para nada.

-Me da gusto volver a verte, pero no te permito que me hables así en mi casa sin conocerme siquiera.

Vanesa hablo seria y llego a mi lado.

-Te conozco demasiado, leo las revistas. ¿Cómo haces para conseguir tantas mujeres lindas?
-Matías deberías parar.

Natalia interrumpió y entrelace mi mano con la de Vanesa.

-Mamá, solo nos estamos conociendo, verdad primita?
Se burló y me miro.
-Seguro.- Vanesa respondió contante.-Quieres ir arriba?

Puso un brazo en mi cintura de manera posesiva y asentí. Sonrió un poco cansada y dejo un tierno beso en mi nariz.

-Mami...- Mire a Damian quien se notaba cansado también.
-Que pasa cielo?
-Tengo sueño.
-Vamos arriba entonces.

Me deje guiar por Vanesa y nos despedimos de los presentes.

-Vanesa. - Matías la llamo y Vanesa se tensó. Se dio la vuelta y lo miro. -Tienes una novia muy guapa, cuidado y te la roban.

Le guiño y Vanesa apretó la mandíbula.

-Y tú tienes una cara muy linda, cuidado y te la rompen.

Vanesa respondió a la defensiva y se dio la vuelta para seguir caminando.

Se detuvo un momento y me miro seria.

-No te quiero cerca de él, ¿entiendes?

-Creo que no estás en condiciones de exigir nada. Pero tranquila, no es mi tipo.

Me solté de su mano y entre a la habitación. No le pagaría con la misma moneda. Pero me enojaba el hecho de que ella pudiera hacer lo que quisiera con la mujer que quisiera y que yo no pudiera siquiera conversar con un tipo.

Pero bueno, tampoco es que me gusten los hombres. Pero no quita que me parezcan guapos y atractivos.
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Estaba recostada en la cama viendo como mis tres tesoros dormían plácidamente. 

Observe su ya conocido tatuaje del símbolo infinito en su muñeca y deje una ligera caricia en él. Suspire y mire el anillo, jugué un poco con él y suspire sintiendo el peso de los acontecimientos recientes.

Vanesa me había sido infiel, habia estado con otra mujer. Esto hizo que mi corazón se detuviera por una fracción de segundo y el aire me falto. Eso era una pequeña muestra que me decía que no la conocía del todo, vivía con una completa desconocida. Había aceptado una propuesta de matrimonio a futuro con una mujer que aún tenía problemas de inestabilidad y desorden con el alcohol y si le añadimos más, tenemos que también consume drogas, ella dijo que solo había sido marihuana, ¿y que si no fue así y consumió algo mas sin darse cuenta?

Pero la pregunta a todo eso era, ¿quiero esto para mi vida? ¿Quiero esto para mis hijos? ¿Ese es el ejemplo que van a seguir de su madre?

Vanesa es una mujer demasiado joven y yo igual, pero mi papel como madre me ha llevado a madurar rápidamente, no digo que Vanesa sea inmadura, es solo que su personalidad no encaja con ser madre de dos niños y estar atada a una relación siendo tan joven y teniendo tanto camino por recorrer. La amo, no digo que no, la amo de una manera enferma, se ha robado mi corazón y la amo con todo su equipaje, con sus muchos defectos y sus incontables virtudes. La amo tanto que me da miedo perderla por mis inseguridades. ¿Pero que más hago cuando a lo largo de su vida ha estado rodeada de hermosas mujeres y se fija en mí? Un ejemplo claro es Alessia.

¿Cuantas más mujeres tendré que ver desfilar por mis narices mientras se comen con la mirada a Vanesa? ¿Cuantas más mujeres vendrán en busca de una noche y sexo sin compromiso con ella? Y lo más importante, ¿cuánto será capaz de aguantar Vanesa?

Días atrás me había jurado no volver a lastimarme, física o emocionalmente, ¿cuánto durará esa promesa? Porque en realidad la rompió anoche besándose con esa mujer, ¿cuantas más promesas como esas tendré que escuchar?

Vanesa no era mala persona, pero iba a necesitar a alguien que tomara las riendas de su alocada vida y pusiera sus pies sobre la tierra nuevamente, y esa iba a ser yo, como novia, amiga y ahora, como prometida, y si en verdad éramos la una para la otra, nuestro amor lo superaría todo.

Pare de darle vuelta al anillo cuando sentí la mirada de alguien, moví mi cabeza y vi los ojos verdes de Vanesa mirarme fijamente. Estaban más claros de lo normal y lo único que arruinaba la hermosa imagen eran sus ojeras y los moretones que aún seguían recientes.

-Da miedo cuando haces eso.

Hablé sonriendo, pero a la vez nerviosa por su penetrante mirada.

-Lo siento. -Sonrió a medias y se levantó cuidando de no lastimar a los pequeños. -Que hora es?

-Las 4:30pm. -Asintió y paso las manos por su cara para tratar de despertarse y suspiro.- Estas bien?
-Me duele la cabeza un poco.
-Quieres que consiga una pasta para el dolor?
-No, descuida, ya se me pasara.

Nos quedamos en silencio un momento y se me hizo raro, sin decir nada ella entro al baño y suspire. La tensión y la incomodidad por los acontecimientos recientes se hacía presente y sentí como si hubiera un enorme muro separándonos. Supongo que cada una tenía muchas cosas en su cabeza ahora mismo.
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Narrador X
La empresaria lavo su cara y acomodo su cabello antes de salir de nuevo. 

-Siento que te estoy perdiendo a cada paso que doy.

Hablo sentándose a su lado y busco su mano para acariciar.

-Eres tu quien se aleja Vanesa.

Michelle respondió suavemente y entrelazó su mano con la de la empresaria.

-Yo...yo no soy muy buena expresándome.
-Deberías intentarlo antes de salir corriendo y refugiarte en otras cosas.

Vanesa sabía a qué se refería con "otras cosas" y puso su atención en sus manos juntas.

-Trato de entenderte Vanesa, pero no puedo, no cuando te cierras y te alejas.
-No sé cómo hacer esto Michelle, no sé qué hacer, que decir, siento que todo lo que hago me lleva a cometer error tras error y me jode porque siempre fui cuidadosa haciendo las cosas, siempre tenía el control de todo y ahora... Ahora todo se ha ido a la mierda. Mi privacidad, mi dignidad, todo. No sé qué hacer para ir por la vida sin estar metiendo la pata en todo momento.

Hablo frustrada y se levantó yendo hasta el ventanal de la habitación. Se cruzó de brazos al tiempo que tocaban la puerta.

-Adelante.

Michelle se acomodó en la cama y Ricardo entró.

-Hola.

Vanesa se dio la vuelta y lo miro.

-Hola.

Se podía sentir la tensión y Ricardo lo notó de inmediato

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora