Falta poco

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-La segunda vez que lo hice fue, días después de habernos conocido, el día en que salí huyendo de tu casa apenas preguntaste por qué no me refería a mis padres como "Papá o Mamá", de alguna manera trajiste a mi memoria varios recuerdos de mi infancia.
-No lo sabía.
-Lo sé, no te preocupes, perdí el control, llegue a casa y me bebí todo el bar del despacho, fume como nunca y bueno....
-Fue por eso que al día siguiente estabas extraña.

Asentí y cerré los ojos un momento.

-Por qué lo haces?
-No lo sé.

Nos quedamos en silencio y sentí la necesidad de hablar y desahogarme.

-Me ayuda a olvidarme de la mierda que me quema por dentro.
-Existen maneras menos... Peligrosas para hacerlo.
-Cómo qué? ¿Un estúpido psicólogo que finge estar interesado en mi vida cuando en realidad le importa una mierda?

Suspire.

-Que más quieres saber?
-Me gustaría saber todo de ti Vanesa, conocerte más a fondo, descubrir todo de ti, lo que quieres, lo que odias, que te gusta, que no te gusta, absolutamente todo, no quiero sentir que despierto todos los días junto a una desconocida.

Trague saliva y aparte la mirada. Michelle me tomo de la barbilla y me obligo a mirarla.

-Quiero que hables conmigo en lugar de ocultarte detrás de un polvo tóxico Vanesa, quiero que confíes en mí, que te abras a mí, que entiendas que no estoy aquí para juzgarte, estoy aquí para apoyarte y ayudarte a salir de tu oscuridad, pero siento que no avanzo contigo, te cierras y me apartas.

-Eres en quien más confió en el mundo Michelle, eres la única que conoce mis demonios, mi pasado, mi verdad.

La miré directo a los ojos y vi cómo se llenaban de lágrimas.

-Me tienes en tus manos, y si quieres conocerme a fondo no me voy a negar, porque sé que no me dañarás, confío en ti ciegamente, sería capaz de meter mis manos en el fuego por ti.

Puse una mano en su mejilla y acaricié.

-Sé que estoy jodida, lo sé. Sé que no soy la mujer más educada o noble de mundo, tengo problemas de bipolaridad lo sé, soy una puta egoísta, arrogante, grosera y miles de mierdas más. No puedo prometer cambiar y ser perfecta para ti, seria mentirte, y odio las mentiras.

Respire profundo y trague el nudo en mi garganta.

-La primera vez que te vi sentí tanta rabia y celos de saber que Alexa tenía la oportunidad de hablarte, admirarte, verte, me sentí tan impotente cuando entraste por esa puerta y fijaste tu atención en ella. Me sentía fatal porque estaba acostumbrada a tener la atención de todas las mujeres del país, a verlas babear por mí, a tenerlas a mis pies y llegaste tú y... Me ignoraste y... Yo no... Tú estabas encantada con Alexa y yo...

Hablé torpemente y sentí sus labios chocar contra los míos haciéndome callar.

-Yo estaba nerviosa y bueno, cuando vi que eras tú fue... Wow, inesperado, eras realmente intimidante.
-No es cierto.

Hable incrédula y ella paso sus manos por mi cuello.

-Qué no? Vanesa te has visto en un espejo acaso? ¿Te has visto en televisión? Tu eres tan imponente y seria.

Negué arrugando la nariz y la miré.

-Tal vez lo sea. Un poco, y aún sigo siendo intimidante?
-No sabes cuánto, y seria también.
-Solo eso?

Hable con doble sentido y ella me miro con deseo brillando en sus ojos.

-Atractiva e imponente, hermosa y salvaje, arrogante y tierna. Eres una mezcla de muchas cosas.

Se encogió de hombros y sonreí de lado

-Y tú eres una pequeña combinación entre preciosa y sexy, noble y posesiva, delicada y valiente, amorosa y comprensiva, eres la mejor mamá de mundo, y por sobre todo, eres la novia más perfecta de todas.

Hablé mirando cada parte de su rostro y vi una mancha rojita aparecer en sus mejillas.

-Me encanta hacerte sonrojar, te ves adorable.
-Basta.

Se escondió en mi cuello y la abrace fuerte.

-Te amo mucho hermosa. Y te prometo hacerte la mujer más feliz del mundo, te prometo amarte hasta el final de mis días.
-Estas preparando tus votos matrimoniales desde ahora?

Solté una carcajada fuerte y nos separamos un poco.

-Claro que no. - Recordé el anillo en mi chaqueta y la miré. -Hablando de eso. -Busque el anillo y lo saque poniéndolo en mi mano. -Si me permites, creo que esto lo deberías tener tú.

Ella miro el anillo y luego a mí.

-Yo...
-Sé que no estas segura de quererlo de vuelta y lo entiendo, pero, quiero que lo tengas, no es necesario que lo lleves en tu dedo, puedo comprarte una cadenita y lo pones ahí, así lo llevaras siempre a todo lugar, que te parece?

Ella me miraba con.... No sé. Amor, ternura, comprensión y no sé qué más.

-Me parece que eres la mujer más increíble del mundo.
-Eso quiere decir....
-Que acepto ser tu prometida, de nuevo, que te amo más que a nada y que me quedaré junto a ti hasta el final de mis días.

Mi corazón se iba a salir de mi pecho, lo sentía latir con fuerza y entendí el significado de este momento, estábamos prometiéndonos un futuro, un futuro que sin duda estaría lleno de mucho amor.

-Puedes ser más perfecta acaso?

La tome de la cintura y la levante, ella río y cerré los ojos mientras le daba una vuelta, la deje en el suelo y tome su rostro entre mis manos.

-Te amo.... Mucho.
-También te amo.... Mucho.

Sonreímos y nos fundimos en un beso profundo, lento y tímido. Prometiendo en él dejar el pasado atrás y esperar por un hermoso futuro.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora