Perdón

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Los párpados me pesaban y la cabeza me daba vueltas. Intente abrir los ojos, pero me era imposible, me encontraba como en un coma y me empezaba a asustar. Respire agitadamente y luche por abrir los ojos.

Cuando finalmente los abrí me arrepentí, el dolor en mi cabeza aumento y mi cuerpo estaba paralizado. Espere unos minutos mirando al techo y me obligue a levantarme. Mis brazos temblaban y los sentía débiles.

Que mierda ha pasado? Siempre había bebido y fumado pero nunca me levantaba así, se siente como la peor puta resaca que he tenido. Bueno, por lo menos no estoy desnuda.

Di un masaje a mis ojos con las manos y acomode mi cabello. La habitación no era la mía, no estaba ni en mi Penthouse ni en la mansión.... La mansión... Damian.

El cumpleaños... No no no. No puede ser.

Me levante como un rayo y busque a tientas el interruptor de la luz. Cuando lo encontré me fijé en la cama.

-No no no, que no sea lo que estoy pensado.

Rogué en voz baja. Que he hecho? ¡Que mierda hice!

Olvide las vueltas que daba mi cabeza. Qué coño pasó? ¿Por qué no puedo recordar nada? Bueno, lo único que recuerdo fue haber estado en la cocina fumando y riendo y luego llego Alessia y se sentó en mi regazo y luego....

-La puta madre.

Llevé las manos a mi cara y cerré los ojos. Lo he jodido. Me acosté con Alessia.

Me acerqué con cuidado y tuve que tenerme de la pared para no perder el equilibrio. El cuerpo desnudo en la cama se movió y me golpee con la pared al ver el rostro relajado de Alessia quien dormía plácidamente.

-No no no. ¿Por qué? Jodida mierda. - Susurré arrepentida, pero sabía que de nada valía arrepentirse, la había cagado hasta el puto fondo.

Apagué la luz y salí con cuidado. Bajé lo más rápido que pude y las náuseas se hicieron presentes al ver la mierda de ambiente que había en la sala.

Abrí la puerta principal y sin importarme quien me viera vomite. Grandes cantidades de licor y no sé qué más cosas quemaron mi garganta y quedaron entre el jardín. La puta cabeza me iba a explotar y casi me caigo de cara por el mareo.

Me levante y acomode mi ropa, busque las llaves de la moto, cuando las encontré un flash me alumbró y me di la vuelta para encontrarme con un tipo bajito con una cámara en su mano.
Lo que me faltaba. Subí el cuello de la chaqueta y corrí a la moto, me subí y vi por el espejo como el tipo se subía a su auto y me seguía.

-¡Mierda y más mierda!

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Cuando llegue a la mansión había autos de la prensa estacionados. ¿Que hace la puta prensa aquí? Y justo hoy.

Entre tratando de no llamar la atención y estacione la moto.

-Todo bien señora?
-Redobla la seguridad, la prensa está afuera.

-Como ordene señora.

Como pude entre a la casa y el silencio me invadió.

Subí a mi habitación y aguante la respiración cuando vi a Michelle y los niños dormidos en la cama.
Apenas vi la hermosa imagen, escenas de horas atrás pasaron por mi cabeza y me hicieron cerrar los ojos.

Soy una completa estúpida gilipollas. No habían palabras para describir la estupidez que había cometido.
Michelle se iría de nuevo y esta vez para siempre. Lágrimas silenciosas bajaban por mis mejillas y aparte los puños ahogando el sollozo que amenazaba con salir.

La había engañado. Le había sido infiel cuando días atrás le había jurado no volver a hacerle daño. Rompí mi promesa y me había acostado con otra.
Cerré la puerta y di media vuelta entrando al despacho de mi padre.

Me senté y solté un sollozo fuerte. Llore de dolor, ira, rabia, frustración, tristeza, y decepción. ¿Cómo había podido ser tan idiota de acostarme con otra cuando le había dado un anillo de compromiso y le había prometido un futuro?

Llore como niña pequeña, llore más que cuando se fue por primera vez. Recordé y mi corazón se apretó, el dolor me envolvió al recordar y apreté los ojos.

Paso un momento y escuche el suspiro pesado de alguien.

Me encontré con la mirada preocupada de mi madre y la dura mirada de mi padre.

-3:30am.-Mi padre habló mirando su reloj y luego a mi.-Puedo saber dónde estabas?
-Lo siento.- Hable calmando mi respiración y limpie mis lágrimas.

-No quiero tus disculpas, te hice una pregunta Vanesa.

Habló serio y se cruzó de brazos.

-Yo... Me encontré con los chicos y Rasec organizó una fiesta en su casa.

-Ok. - Y sin más miro a Marcela y salió. Mire confundida la puerta esperando que volviera, pero eso no paso. Mi madre suspiro y me miro con decepción. Negó y se sentó frente a mí.

-Y bien, te escucho.

Negué y me tape la cara sintiendo el nudo en mi garganta y las lágrimas bajar de nuevo por mis mejillas.

-Perdón. -Susurré entre lágrimas y me levante quedando de rodillas frente a ella.-Mamá...

Ella miro al techo y luego puso sus manos en mi cabeza acariciando.

-Háblame.
-Engañe a Michelle.
-A que te refieres?
-Creo que me acoste con otra.

Las caricias pararon por un momento y cerré los ojos con miedo.

-Crees?

-Es que no recuerdo bien.

-Te drogaste?
Negué de inmediato y la mire.
-No, lo juro que no. -Ella aparto la mirada y tome su mano.-Me crees verdad?
-La verdad ya no sé qué pensar cuando se trata de ti hija.

Auch, eso dolió, pero lo merecía. Aparte la mirada y cerré los ojos.

-Yo...- Empecé pero me interrumpió.
-Ve a descansar, hablaremos más tarde, y por favor, ve a darte una ducha, hueles terrible.

Asentí derrotada y me levanté.

-Una cosa. -La mire y ella estiro su mano en mi dirección. -Las llaves -Suspire y se las entregue.-Te deje una crema para tus heridas en el baño de la habitación de invitados.
-Gracias.

Salí cuan cachorro regañado y me fui a la habitación de invitados. El dolor en mi cabeza no se comparaba con el dolor en mi pecho. La indiferencia de mi padre y la decepción de mi madre me mataron por completo.

Me desvestí sin cuidado y entre al baño. Dejé que mis lágrimas se confundieran con el agua de la ducha y puse mis manos en la pared con la cabeza gacha.

Si hubiera sido en otra ocasión, no estaría llorando, fue solo sexo, me diría la voz en mi cabeza. Pero ahora era diferente. No solo por mis padres, era por Michelle y los niños.

Ni siquiera me importaron mis hijos, ¿qué clase de amor es ese?

"Uno hipócrita" dice la voz en mi cabeza.

"O los quieres del todo o no los quieres".

Apreté los ojos y aleje esos pensamientos. Los amo a los tres, claro que los amo y solo espero que esta vez el amor sea más fuerte y este de mi lado para la mierda que tengo que afrontar.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora