Viaje al pasado

186 7 2
                                    

-Se han hecho algunas estadísticas para calcular el nivel económico de la empresa en estos últimos seis meses y el resultado no es favorable señores.

Tony compartió a los presentes en la Junta de mierda de casi dos horas, donde estaban los encargados del manejo del dinero y la distribución del mismo.

-Con todo respeto señora, creo que se han hecho malas inversiones.
-No me digas.-Hablé seria y con un toque de ironía. -Que se supone que significa eso exactamente?
-Mire, seré muy sincero señora. Mientras en otras compañías invierten su dinero en negocios exteriores, nosotros lo invertimos aquí mismo y en hoteles, usted cree que eso es rentable?
-Tenemos negocios en el exterior también.

-Así es, los hoteles están repartidos en países como España, Suiza, Japón y Emiratos Árabes, eso me parece rentable.

Carlo, mi vicepresidente defendió la situación y lleve mis dedos para masajear mi frente totalmente estresada.

-El hotel en Suiza está totalmente en la ruina, es innecesario tenerlo, se está gastando dinero tontamente, si lo cerráramos, utilizaríamos ese dinero para invertirlo mejor.

Toda la sala quedó en silencio y con la mirada puesta sobre mí. Mi mente en este momento estaba en la luna, mi preocupación seguía latente y no por el problema de dinero, sino por mi bebé. ¿Que si estaba siendo exagerada? No lo sabía, solo sabía que había un miedo dentro de mí por el hecho de haber podido contribuir a hacerle daño a mi ángel y ese miedo me iba a matar.

-Otras posibilidades?

Hable suavemente y Tony suspiro.

-Señora, la opción más segura es cerrar el hotel en Suiza, con la estadía de la señorita Peyton allá, las ganancias fueron buenas, ahora no, a las personas ya no les interesa asistir.
-Tengamos en cuenta también que la señorita Alexa realizaba fiestas allí cada fin de semana, así que bueno, la diferencia es notable.

Carlo habló y sonreí suavemente.

-Bueno, si el hotel allí ya no sirve para nada tenemos que cerrar no?
-Es lo mejor señora, se está invirtiendo dinero vanamente.
-Bien, entonces háganlo.

-Como usted diga señora.
-Algo más que deba saber?
-Oh sí, hay algo más señora.
-Bien, continuemos entonces.

Quería tener mi mente ocupada para no darle espacio al miedo de instalarse más en mí.
----------------
La junta término a eso de las 12:30pm. Se tocaron temas de contratación de empleados, ganancias del hotel en Emiratos Árabes, y la reunión programada con Isaac para mañana, el despido de algunos empleados incompetentes y la construcción casi finalizada del hotel en Chicago.

-Señora, su prometida está en la línea 2.
-Gracias Tay.

Entre arrastrando los pies y me tire en la silla, desapunte mi chaleco y cogí el teléfono.

-Hola.
-Hola cariño, ocupada?
-Mm, acabo de salir de una junta, por qué?
-Almorzamos juntas?

Cerré los ojos y vi la hoja de mis reuniones, la próxima seria hasta las 3, podría adelantarla y evitar el almuerzo.

-No amor, tengo otra reunión importante ahora mismo y voy a demorar.
-Oh, entiendo. Entonces nos vemos en la noche.
-Ok, Kevin ira por los niños verdad?
-Si...

Me odie de inmediato por hacerla sentir mal y suspire.

-Te veo en la noche, si vas a salir dile a Bela o a tu madre que te acompañe ¿vale? No quiero que estés sola en la calle.
-Está bien no te preocupes. Te veo luego, te amo.
-Yo te amo más mi vida.

Deje el teléfono a un lado y me levante para servir un trago.

-Permiso señora, voy a salir a almorzar, necesita algo?
-Puedes pedir mi almuerzo por favor?
-Eh, claro que desea?
-No lo sé, umm, Sushi estaría bien.
-Ya mismo lo pido señora.
-Ok.

Me senté en la silla y la gire haciendo que quedara viendo por el ventanal, suspire y cerré los ojos empezando a pensar sobre mi vida.

Habían pasado tres años desde aquel día en que por fin pude superar la etapa oscura de mi vida. Tres años llenos de alegría y paz interior.

En esos tres años habían pasado muchas cosas. Alexa y Bela habían vuelto de Suiza después de un largo año, mis padres celebraron 25 años de matrimonio y joder, la fiesta fue toda una maravilla.

Con Michelle y los niños habíamos tenido unas vacaciones excepcionales. Había dejado la empresa en manos de Carlo (quien resultó ser casi de la familia y un gran amigo), y habíamos viajado a diferentes países.

Por petición de Sofí fuimos a Tailandia, ya que, según ella, allí había delfines y bueno, ella quería ver delfines, nada que hacer. De ahí habíamos volado a Francia, era invierno y pudimos sentir el frío más a fondo, Damian quería aprender a esquiar así que fuimos a esquiar.
Tomamos chocolate calentito y nos hospedamos en una cabaña en medio de la montaña, fue hermoso.

Del frío del invierno en Francia, pasamos al calor insoportable de medio oriente, Emiratos árabes para ser más exactos. Montamos en camellos, paseamos en hermosos y lujosos autos y conocimos el famoso Burj Khalifa (Edificio más alto del mundo). Fueron creo yo, los mejores seis meses de mi vida, y la de mis hijos también.

Volvimos a Estados Unidos y a los dos meses de nuevo estábamos viajando. Esta vez a un destino que me sorprendió al principio, pero que disfrute al 100%. Colombia.

Sin duda fue una experiencia inolvidable. Esta vez Alexa y Bela se unieron y la cosa fue mucho mejor. Estuvimos varios días en Cartagena, Santa Marta y un lugar muy especial y hermoso, Quindío, la tierra del café, y bueno, no soy muy amante del café, pero debo aceptar que tienen el café más delicioso del mundo, me atreví a probarlo y vaya, fue maravilloso.

Volvimos de nuevo a casa y las cosas no podían ir mejor. Luego llegó la noticia del embarazo y bueno, aquí estamos.

Había tenido altas y bajas a lo largo de los tres años. Altas, la empresa seguía en la cima y las vacaciones fueron relajantes. Bajas, Damian crecía y maduraba con los días, estaba llegando a la etapa adolescente y bueno, estaba segura que las cosas se iban a poner algo tensas con él.

Y ya veía esos cambios, a diario experimentaba su rechazo hacia nosotras, porque no era solo conmigo, Michelle también estaba sufriendo por ello. Nuestra relación madre-hijo se estaba deteriorando de a poco.

Había notado en ciertas ocasiones que a Damian le daba pena o fastidio que lo lleváramos al colegio, no soportaba que le dijera su apodo favorito de niño y rara vez jugaba conmigo como antes. No nos había faltado el respeto y no había sido rebelde, digamos que supimos educarlo y balancear el ser niño mimado y el ser niño respetuoso.

Con Michelle nos encargamos de enseñarle todo, buenos modales, ser responsable, no solo en lo académico, él tenía que tender su cama, limpiar el desorden que Esben hacía, si rompía algo tenía que recogerlo, si inundaba su baño tenía que limpiarlo también. Lo educamos bien, creo yo, pero un padre nunca está listo para afrontar la etapa más complicada de la vida, la adolescencia, y bueno, ahora nos tocaba a nosotras.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora