Presente Pasado y ......

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Vanesa
Si pudiera explicar lo que sentía en este momento, créanme, lo haría, pero simplemente no puedo. Es una mezcla de sentimientos que no pensé que pudiera ser posible reunirlos.

Quería llorar, quería gritar, mierda, quería salir corriendo y gritarle al mundo lo que Michelle me había dicho. Quería reír, quería abrazarla y no soltarla jamás, quería hacer un montón de cosas a la vez, pero me conforme con quedarme ahí sentada mientras mi mano se movía inconscientemente sobre el vientre de Michelle.

-Estas embarazada.

Repetí como por sexta vez y ella asintió mientras limpiaba una traviesa lágrima que bajaba por su mejilla.

-Como paso?

-Recuerdas cuando empezamos el tratamiento? -Asentí y quité mi mano para tomar las suyas entre las mías. -Bueno, como sabrás el primer intento fue negativo, por lo general en estos casos los primeros intentos son fracasados.
-Pero tú ya estuviste embarazada.

Dije confundida y ella río un poco.

-Lo sé, pero recuerda que Andrew tuvo que ver. -Rodé los ojos. -Te vi decepcionada y triste ese día y quise volver a intentarlo, no te dije nada porque no quería darte falsas esperanzas, así que volví al doctor y utilizamos tu otro óvulo, porque sabía que querías más que nada que fuera tu hijo biológico, así que volvimos a intentar y funcionó.

Honestamente no entendía una mierda de lo que decía, lo que importaba era que estaba embarazada, el tratamiento había funcionado.

-Como lo supiste?
-Los síntomas son muy obvios, venía presentando mareos, vómitos casi todos los días, dolor de cabeza, cansancio, sueño, así que fui al hospital y me hice la prueba.

Asentí.

-Fuiste sola?
-Bela me acompañó.
-Qué bueno pero me hubiera gustado haber estado contigo en ese momento sabes?

Ella borró su sonrisa y se acercó a mí.

-Lo sé, pero puedes ir a los controles desde ahora.
-Puedo?
-Claro que puedes amor.

Respondió con ternura y dejó un beso en mis labios.

-Cuando vas a ir?
-Primero debemos buscar un medico de confianza, luego él nos dirá cuando debemos ir.
-Llamaré a mi madre, ella conoce médicos muy buenos y nos podría recomendar alguno.
-Amor, no quieres hacer algo especial para darles la noticia?
-Oh, claro, no lo había pensado, lo siento, tienes razón.

Hable torpe y me abrazo de repente. Creo que algo había cambiado en mi con la noticia, no sé, me sentía como más ligera, más relajada, más torpe y más... No se rara.

-Nos podemos ir ahora? Muero de hambre.

Se separó y se levantó.

-Claro claro, déjame acomodo algo por aquí y ya.

Michelle
Ver a Vanesa caminar de lado a lado era algo gracioso, sus movimientos eran torpes y algo apurados, había dejado caer algunos papeles y algunos lápices. La escuche maldecir mientras cerraba los cajones y maldijo el doble cuando se dio cuenta de que el computador tardaba en apagar.

-Amor...- La llame y no respondió. -Cielo. -Hable suavemente y ella me miro caminando hasta mí.
-Qué pasa? ¿Te sientes mal? Te pasa algo?
-Estoy bien, es solo que te veo inquieta y nerviosa y me pones nerviosa a mí también.
-Lo siento, ya podemos salir.

Cogió su maletín y su abrigo y entrelazó su mano con la mía.

-Taylor cancela las reuniones para hoy y no me pases llamadas de nadie, y te puedes ir más temprano.

Taylor la miro raro y me encogí de hombros sonriendo.

-Bonita tarde Taylor.
-Igualmente señora.
-Al fin!

Bela habló exasperada y Vanesa se sobresaltó.

-Dios mío me has asustado Bela.
-Que exagerada cuñis.
-Esta algo sensible, verdad amor?

Bela se burló y Vanesa asintió.

-Como sea, mueve ese trasero pálido que tenemos hambre.
-Oye! ¿Cómo sabes que su trasero es pálido?

Pregunte divertida y Bela se encogió de hombros.

-Estoy segura que es igual de pálido que su feo rostro.

Si hubiese sido en otra ocasión, Vanesa hubiera respondido a su broma, pero ahora simplemente había sonreído como idiota y me había mirado.

Definitivamente algo había cambiado en ella con la noticia.

Vanesa
Cuando terminamos de almorzar empezamos a conversar de cosas triviales, Bela parecía muy emocionada con la idea de ser tía y la emoción de Michelle era el doble de grande.

Me recosté en la silla cruzada de brazos y las vi interactuar. Sonreí a medias al ver la hermosa sonrisa de Michelle y el brillo de sus ojos cada que comentaba algo acerca del bebé.

Mi mente empezó a viajar por diversos escenarios del pasado y de los eventos ocurridos durante el transcurso de estos tres años.

Primero, Sofí con cinco años ya estaba en el Kínder, Damian con once años ya había pasado a sexto grado, Dios mío, ¿cómo es que crecen tan rápido? Ahora el departamento duraba vacío la mayor parte del tiempo, ellos estudiando, Michelle estudiando también su carrera de medicina, que por cierto ya casi estaba por finalizar, y yo trabajando en la empresa, los únicos que permanecían en casa eran Ana, y Esben. Sí, el pequeño Esben.... Aunque de pequeño ya no tenía nada.

Flashback

-Vanesa
-Dime amor.
-No crees que el perro esta algo grande?
-Ha crecido amor, que quieres que haga?

Me fije en el Golden que corría de un lado a otro jugando con su pelota de goma, y digamos que si, había crecido un poco, solo un poco.

-Crees que siga creciendo?
-Nee.

Hable tranquila y ella me miro incrédula. Obvio no iba a crecer mas.
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-Mira nada mas.

Escuche a Michelle murmurar molesta mientras salia del elevador y seguido de esto escuche un fuerte ladrido y me sobresalte.

- ¡VANESA!

Ups, alguien estaba muy enojada, pensé, y antes de dar el primer paso para entrar una bola de pelos enorme vino corriendo hasta mi y salto para que lo cargara. Abrí los ojos como platos y cuando sentí, ya lo tenia encima lamiendo mi cara sin pudor.

-No basta, Esben para. -Hable como pude y lo baje al suelo. -Dios mio, quien eres y que hiciste con mi pequeño Esben?

El perro ladró fuerte y me asuste. Así es, el pequeño Esben ahora estaba enorme y cada que ladraba asustaba a media cuadra.

- ¡VANESA FERRER! VEN AQUÍ AHORA MISMO!
-Ahora que has hecho amigo eh? Venga vamos.

Me preparé psicológicamente para ver el desastre de Esben y el sermón de Michelle.
Fin Flashback

Sonreí como estúpida al recordar y llamé la atención de las dos mujeres quienes me miraron.

-Qué pasa?
Michelle preguntó suavemente y entrelace mi mano con la suya.
-Nada amor, cosas del pasado.

Ella asintió y volvió su atención a Bela.

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora