Un lado diferente

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-Por qué te asusta? - Con una mano tome su barbilla para que me mirara.

-Porque no quiero que entren en mi vida y luego arruinar las cosas. - Aquella respuesta me sorprendió y me acerque para dejar un beso en sus labios. Frente a mi estaba una Vanesa vulnerable, una Vanesa que nadie había visto jamás.

-Por qué piensas que arruinaras las cosas? - Ella suspiro y corrió la cara de nuevo para no mirarme.
-Soy un asco de persona, soy egoísta, grosera, arrogante, soy una mujeriega y...
-No eres nada de eso... Bueno un poco, pero mírate, mírate ahora mismo, eres tierna con mi hija, tierna conmigo, eres atenta, eres respetuosa, eres una mujer única Vanesa.
-No lo soy, no sabes lo que dices.- De repente estaba enojada y se levantó caminando hacia la ventana.-No sé porque aun sigues aquí cuando puedes estar con una persona que te valore más que yo, con alguien que no esté tan dañada como yo.- Me acerque y envolví mis brazos alrededor de ella por detrás, su cuerpo se tensó pero no se alejó.

-No quiero estar con nadie más.

Susurré y recosté mi cabeza en su espalda. -Quiero conocerte, quiero que te abras a mí y confíes en que no te haré daño, quiero estar junto a ti Vanesa.

-Yo también quiero estar contigo, pero no sé cómo hacer esto. No quiero lastimarte, ni a ti ni a Sofí. Soy un desastre.
-Debemos empezar por aclarar que no eres un desastre. No te pido que te abras ahora, todo a su tiempo, haremos las cosas con calma. Y me alegra que también querías estar conmigo. - Hable tímidamente y ella se dio la vuelta tomando mis mejillas entre sus manos.

-Lo quiero desde que te vi, nada me gustaría más que salir y presentarte como mi novia a todo el mundo, pero es demasiado pronto, aún nos queda camino por recorrer, quiero conocerte y que tú me conozcas a mí. No quiero que tengas la imagen que todos tienen de mí, quiero que tu veas lo que nadie más puede ver de mí. - Sus ojos estaban clavados en los míos y podía ver sinceridad en ellos, puse mis manos encima de las suyas y las apreté emocionada.
-Por qué?... Mi voz salió en un susurro y ella se acercó a mí al punto que sus labios rozaban los míos.
-Porque veo en tus ojos bondad, humildad y sinceridad, porque cada vez que te veo mi corazón quiere salirse de mi pecho, porque eres a la única mujer que he visto con ojos diferentes, te vi con ojos de amor  y no con ojos de lujuria.- No aguante más y la besé, cerré los ojos y la bese, al principio fue un beso necesitado y apurado, pero luego se tornó lento y delicado y sentí morir ahí mismo. Ella bajo sus manos a mi cintura y me apretó contra ella mientras mis manos quedaban en su pecho. El beso no era profundo, era más bien tímido, ella movía sus labios contra los míos con una lentitud que era casi torturante. Después de unos segundos el aire se hizo escaso y nos separamos de a poco.

-Podría acostumbrarme a esto. - Habló contra mis labios y volvió a besarme, se separó segundos después y dejo pequeños y rápidos besos, dejándome con ganas de más. -Tengo hambre. - Solté una carcajada y la mire.
-Qué forma tan sutil de acabar con un momento romántico.- Me dio otro beso y de repente me abrazo. Me sorprendí al principio, pero luego devolví el abrazo. Nos quedamos unos segundos hasta que ella hablo de nuevo.
-Debes tener algo de paciencia conmigo.- La apreté dando a entender que le tendría toda la paciencia del mundo.
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-Más te vale que sea importante maldito idiota.

Estábamos en la cocina y mire a Vanesa quien hablaba enojada por teléfono.

-Es domingo, ¿te das cuenta de eso? No pienso ir a la empresa un domingo ¿Qué? en verdad eres estúpido no es así? ¡Que los de publicidad se encarguen de eso!


Ella gritó y me encogí en mi silla, la escuche suspirar y me miro.

-Llama a los de publicidad y que ellos lo organicen, para eso trabajan en eso, así que no me vengas con tus mierdas. - Y sin más término la llamada y se sentó frente a mí - A esto me refiero, pierdo el control y no puedo pensar. - Ella se levantó y antes de que saliera la tome del brazo sonriéndole.

-Está bien, sigo aquí, estoy contigo.- La vi tomar aire y tomar mi mano para luego dejar un beso en la parte superior de esta.
-Iré al balcón. - Entendí que necesitaba tiempo para recomponerse y fui a su habitación para mirar a Sofí.

Apenas llegue la vi mirar a su alrededor algo desorientada y cuando estaba a punto de llorar me acerque y la tome en mis brazos. -Ven acá mi amor, ya estoy aquí tranquila. - Estuve un rato con ella y la curiosidad se hizo presente. Tome la única foto que había y la detalle.

En ella, aparecía un hombre con traje elegante, una mujer bien vestida y en medio de ambos estaba ella, era una foto familiar por lo que el hombre tenía una mano en el hombro de la empresaria. No era una foto muy antigua pero tampoco era muy reciente, la empresaria parecía de unos 19 años y vestía casualmente, pantalón negro ajustado y con rotos a la altura de sus muslos, zapatillas deportivas y un saco que le quedaba algo grande, el otro brazo del hombre estaba en la cintura de la mujer quien tenía una sonrisa enorme y tenia su brazo en el otro hombro de la empresaria quien sonreía también. La familia perfecta. Pensé dejando la foto en su lugar y cargué a Sofí para salir y buscar a Vanesa.

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