Secreto

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Narrador X
Vanesa seguía pensado en los últimos acontecimientos hasta que la risa de varias mujeres la interrumpieron.
X:Bueno lindas, ya saben que hacer.- Alexa Peyton habló mientras ayudaba a levantar a su mejor amiga.-Te he traído compañía para que olvides la mierda que se te ha metido.- Ella hablo en su oído y la empujo hacia las dos mujeres que la esperaban con una sonrisa en sus caras.- Y que siga la fiesta! Las cinco mujeres entraron a la mansión de nuevo y se perdieron en lo que mejor sabían hacer... Alcohol y mujeres.

MIENTRAS TANTO EN MANHATTAN

-No te lo puedo creer
-Lo sé, yo aún no lo asimilo.
-Entonces el pequeño saltamontes dejo de llorar cuando la señora Ferrer hablo?
-Es extraño, pero sí, eso paso.- Michelle y Bela estaban sentadas en el departamento de la primera conversando de todo y nada mientras la pequeña dormía con su abuela.

-No lo sé, a mí no me cabe en la cabeza lo que me has dicho. Es decir, estamos hablando de Vanesa Ferrer... Esa mujer solo se quiere a sí misma, es egoísta, grosera, altanera, prepotente... No se Michelle no entiendo como resultó con tu bebé en sus brazos... Es solo... Solo mírala.
-Bela, yo te entiendo, y comparto tu opinión, pero que hacia si mi hija estaba insoportable y misteriosamente dejo de llorar justo cuando mi jefa habló? Por no mencionar que fue mi hija quien busco los brazos de ella.

Bela la miro con comprensión y suspiro. ¿Estaban hablando de la misma mujer? ¿Y desde cuando ellas dos tenían tanta confianza? Eran muchas las preguntas que su cabeza formulaba y hasta ahora eran pocas las respuestas que había encontrado.

-Tienes hambre? - Michelle interrumpió sus pensamientos y ella asintió. Su mejor amiga se fue a la cocina y ella sacó su celular para entretenerse. Mordió su labio inquieta y fue al navegador. Escribió el nombre de la persona y presiono en buscar. Lo cierto era que ella tenía algo que contar a su mejor amiga, pero aún no había tenido el valor para hacerlo. Apenas encontró lo que buscaba empezó a mirar detalladamente cada imagen y suspiro como una adolescente enamorada, porque claro que estaba enamorada. Enamorada de la mujer que en ese momento salía en una de las muchas fotos con una mujer sentada en su regazo mientras le besaba el cuello. La imagen le destrozó el corazón y sintió lágrimas en sus ojos, pero se mordió el labio y se tragó sus lágrimas. No era la primera vez que veía algo así, ella ya se había acostumbrado, pero no quitaba el hecho de que le doliera ver esas escenas.

Siguió bajando las imágenes y se centró en unaque llamo mucho su atención. Esta vez, aparecía en la imagen su jefa con unamujer sentada a su lado, casi encima de ella, mientras se comían la boca en loque parecía un apasionado beso. Abrió sus ojos y miro la foto una vez más, ¿esaera la misma mujer que había tenido en brazos a su sobrina? La tristeza fuereemplazada por rabia al ver las otras fotos, en ellas aparecía su jefa con unabotella de vodka en su mano mientras que en su otra mano tenia lo que parecíaser un cigarrillo, otra donde aparecía con otra mujer, pero a diferencia de lasdemás, esta mujer vestía de manera formal y parecía tener confianza con laempresaria ya que estaban abrazadas con un cigarro en la boca cada una. Noesperaba ver aquello, pero lo que realmente no esperó fue que Michelle llegarasin avisar y viera lo mismo que ella.

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