Mi suegra

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Narrador X
Los dos volvieron al Penthouse y cuando llegaron arriba se encontraron con Michelle y Emma, Damian le paso el perro Vanesa y corrió a saludar a su abuela.

La empresaria se acercó a la sala y dejo al perro vagando por ahí.

-Buenos días suegra, que sorpresa y que gusto verte.
-Vanesa buenos días, me alegra volver a verte también.
La madre de Michelle habló cálidamente y Vanesa sonrió. Era una gran mujer, pensó la empresaria, sin duda lo era.

-Estás en tu casa, y si me disculpas, voy a arreglarme. Permiso.

La empresaria sonrió y miro a Michelle un momento para luego apartar la mirada y caminar a la habitación.

Michelle abrió la boca indignada por la falta de atención y su madre se aclaró la garganta.

-Creo que tenemos mucho que hablar tu y yo.

Michelle asintió y se sentaron en la sala, Damian encendió la televisión y puso una película.

-Cuando volvieron?
-Hace una semana casi.
-Me alegra mucho verlas juntas de nuevo. Sé que no debió ser fácil dejarla.
-No fue fácil pero fue la mejor decisión, mi prioridad eran los niños.
-Entiendo perfectamente, pero como paso? Quiero saberlo todo.

Michelle sonrió y le contó la historia mientras iba recordando cada detalle.

-Y me dio esto.

Mostró su mano y Emma llevo las manos cubriendo su boca ante la sorpresa.

-Dios mío hija, ¿te vas a casar?

Michelle asintió emocionada y abrazo a su madre.

-Solo que ahora no, tal vez en unos años. Vanesa me lo dio en señal de una promesa, digamos que quería que me vieran como algo más que su "conquista" o "su novia", ella quería que el mundo me conociera como la futura señora Ferrer y bueno, obviamente también lo hace porque me ama y quiere pasar el resto de su vida conmigo.

-Eso es hermoso hija, estoy tan feliz por ti.
-Gracias mamá.
-Es precioso.

Señalo el anillo y lo admiro.

-Sí, y bueno, tenía pensado regalarle uno a Vanesa, para de alguna manera cerrar la promesa.
-Es una idea maravillosa.

Siguieron conversando hasta que la empresaria llegó.

-Bueno, como veo la situación, creo que tendremos que desayunar afuera.

Michelle asintió y se levantó para quedar frente a su prometida.

-No me has saludado aún.
-Buen día.

Vanesa respondió simple y algo dentro de Michelle se estrujó.

-Yo... Iré por Sofí.

La empresaria asintió y camino hasta sofá al lado de su suegra.

-Me alegra de corazón verlas juntas de nuevo.

-Gracias.
-También te quería felicitar por el paso tan importante que han dado.
-La amo sabe? Y no sé qué haría si la volviera a perder.

La empresaria hablo mirando el pasillo por donde se había ido Michelle y sonrió con nostalgia.

-A veces siento que no la merezco.

Emma suspiro y puso una mano en la espalda de Vanesa.

-Nunca nadie es suficiente para la otra persona. Pero mira el lado positivo, ya se separaron una vez, ¿y cómo crees que les fue?

-Como la mierda. -Vanesa respondió riendo y Emma sonrió.
-Y supongo que no quieren volver a repetir eso.
-Si por mi fuera me casaría con ella hoy mismo y nos iríamos lejos de todo este caos.

-Las dos no están preparadas y lo sabes.
-A que te refieres?
-Mira, imagina que se casan en un mes por ejemplo, los primeros meses va a ser todo color de rosa y perfecto, pero luego? que crees que pase cuando alguna se canse de ver a la otra, o se dejen llevar por la monotonía? eso suele ser un gran problema en las relaciones.

La empresaria cerro los ojos y puso sus manos en su cara.

-A eso le temo, le temo a que un día el amor se acabe, le temo a entrar en la monotonía y le temo como la mierda a que ella no sienta lo mismo que siente ahora.
-Quieres un consejo?
-Dámelos todos si puedes.

Las dos rieron y Emma habló.

-Conócela y deja que ella te conozca, tengan citas, salgan a divertirse, exploren su amor, hablen por horas de todo y nada, regálale cosas, se detallista, recuérdale todos los días lo hermosa que es y dile el porque te enamoraste de ella. Peleen, discutan, enójate con ella, deja que ella se enoje contigo, lloren, perdónala y abrázala fuerte, deja que llore en tu pecho mientras le susurras al oído un lo siento. Llora con ella y luego bésala con la mayor ternura del mundo, sonrían y limpien sus lágrimas, dile cuanto la amas y la necesitas en tu vida. Cuídala, mímala, amala y por sobre todo, respétala. Son jóvenes, disfruten su juventud y lo mas importante, no dejen que la llama del amor se apague.

La empresaria la miraba con emotividad y sintió algo tibio bajar por su mejilla. Limpio rápido la lágrima y sonrió tímidamente.

-Lo siento, es solo que... Wow, fue intenso.

Sonrió con disculpas y Emma la miro con ternura.

-Eres adorable.

La empresaria se sonrojó y agacho la mirada escuchando la risa de su suegra.

-Abuuuu!
Sofí grito y corrió hasta su abuela quien la cargo alegre.
Vanesa se levantó y se paró frente al ventanal observando la vista y tragando el nudo en su garganta.

-Estas bien?

Michelle llegó a su lado y Vanesa asintió sin mirarla.

-No quiero perderte nunca.

Seguía sin mirarla y Michelle suspiro triste.

-Yo tampoco.

Vanesa cerró los ojos y se dio la vuelta para buscar los brazos de Michelle.

-Lo siento nena, lo siento por todo.

Michelle abrumada por la mezcla de sentimientos devolvió el abrazo y lloró en silencio.

-Dime que me amas Vanesa.
-Te amo. Solo a ti.

El momento era emotivo y lleno de nostalgia. Había promesas silenciosas llenas de incertidumbre y miedo, pero también había un amor sincero y hermoso, un amor que a pesar del tiempo seguiría intacto, un amor que lo superaría todo.

-Aún quieres ir de compras?

Michelle rompió el silencio y escucho la pequeña risa de Vanesa.

-Claro que quiero, pero primero vamos a desayunar.

Se separaron un poco y se vieron a los ojos, vieron que estaban brillantes y llenos de amor, y vieron también un futuro prometedor en ellos. Se acercaron y se fundieron en un beso tierno, lleno de amor y dulzura, se besaron con profundidad y lentitud, y se permitieron explorar la boca de la otra como si fuera la primera vez. Se separaron y juntaron sus frentes, Vanesa sonrió de una manera tan tierna que Michelle no pudo evitar abrazarla y apretarla contra su cuerpo.

-Te amo... Te amo.

Vanesa sonrió y dejo un último beso en su nariz para luego entrelazar sus manos y enfrentar las miradas curiosas de su hijo y su suegra.

-Nos vamos?

Emma acaricio la cabeza de Damian y asintió. 

QuédateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora