No puedo...

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Cuando llegamos a la casa de Rasec, el increíble ambiente de las ya conocidas fiestas, me llenó. Sonreí emocionada y estacioné la moto. Alessia bajo con cuidado y yo hice lo mismo.

-Eso no se ve muy bien.
Señalo mi cara golpeada y me encogí de hombros.
-Supongo que mañana tendré varios moretones. Nada que una crema y maquillaje no puedan arreglar.

Ella arrugo su nariz de manera tierna y negó.

-Crema si, maquillaje no, tienes un lindo rostro, no lo dañes.

Levante una ceja y me cruce de brazos mientras me recostaba en la moto.

-Vaya, me dejas sin palabras.

Ella soltó una carcajada y se acercó poniendo una mano en mi pecho. El aire se me atasco en la garganta y suspire pesadamente.

La miré fijamente y recordé nuestros momentos juntas. Recordé su manera de ser conmigo y la ternura que demostraba cuando se trataba de mí.

Yo la quería obvio que lo hacía, y aún la quiero, pero no puedo, amo a Michelle, la amo de una manera impresionante, es el amor de mi vida y la mujer con quien quiero pasar el resto de mi vida.

Entonces, ¿por qué mierda no puedo dejar de preguntarme que se sentiría probar los labios de Alessia de nuevo? ¿Que se sentiría tocar su cuerpo y tenerla desnuda en una cama? Mierda estoy confundida.

-Qué piensas?- Sacudí la cabeza y la mire.
-Nada.
Ella bajo la mirada a mis labios por un momento y suspiro con anhelo.

-No lo extrañas? - Susurró acercándose a mi mientras yo tragaba el nudo en mi garganta.
-El que...- Hable en voz baja y sentí sus cálidos labios sobre los míos. Los dejó unos segundos ahí y se separó.

-El besarnos por horas en el sofá de tu mansión. - Pasó sus manos por mi cuello y respire hondo. -El tener sexo en la ducha, en la cocina, en la sala...

Reprimí el gemido que amenazo con salir y puse mis manos en sus hombros separándola con suavidad.

-Deberías parar. - Hable tranquila y ella sonrió.
-Por qué? ¿Tienes miedo de rendirte ante mis encantos? O es que extrañas lo nuestro, pero no quieres aceptarlo.

Aparte la mirada.

Auto control.

La voz en mi cabeza me lo repetía una y otra vez.

-No hubo un "lo nuestro" -Empecé seria, pero sin ser grosera, no quería lastimarla, la quería mucho, pero como amiga y primer amor, nada mas. -Me regalaste los mejores días de mi juventud, te di algo sagrado de mí y lo recibiste con confianza y respeto, y es algo que agradezco.

Pase una mano por mi pelo y lo acomode buscando las palabras adecuadas para continuar.

-Fuiste mi primer amor, uno lindo y sincero, pero no puedo verte de otra manera ahora. Lo que sea que hubiéramos tenido tu y yo ya quedó en el pasado Alessia.
-Aún estoy enamorada de ti Vanesa.

Se acercó y puso una mano en mi mejilla.

-No he podido olvidarte, tampoco olvido lo que compartimos juntas, y se que en el fondo de tu corazón sientes lo mismo.

En eso tenia razón, la extrañaba, extrañaba su cuerpo, sus besos, sus gemidos y gritos, sus uñas en mi espalda. Todo y me jode como la mierda.

-Alessia no puedo.
Hable simple.
-Si puedes, y se que tu quieres lo mismo que yo.
Y dicho esto me besó. La puta madre si no soy una imbécil por corresponder el beso.

Moví mis labios con lentitud y con miedo. Ella acaricio mi cuello y las imágenes de Michelle pasaron por mi cabeza como un maldito Flashback.

-Michelle...- Susurré y me separe de golpe. -No no no

Hable frustrada y enojada conmigo misma. ¿Que estoy haciendo? Los brazos de Alessia me abrazaron por el cuello y sentí sus labios en mi mejilla.

-Solo olvídala por un momento y déjate llevar. -Repartió besos por mi mandíbula y paso a mi cuello. - ¿Por qué no entramos, nos relajamos y dejamos que suceda?

Respiré hondo y debatí mentalmente. Mi corazón me gritaba "No" pero mi cuerpo y mente me decían "Si". Sabía que si entraba pasaría, y estaba mal. Luche con todas las fuerzas para negarme, pero mi cuerpo y mi deseo eran más grande que mi corazón y mi amor.

Asentí y me dejé guiar adentro.

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