Quédate

Detalladamente

Michelle
La semana se pasó exageradamente rápido. Esa noche hable con mi madre y le explique lo que sucedió. Me reprendió por haber aceptado demasiada ayuda de una mujer como Alexa Peyton, digamos que mi madre no era muy fan de la empresaria, lo cual me hizo reír y recibir un golpe por parte de ella. Disculpándome seguí contándole y ella cambio un poco su expresión cuando le dije que, gracias a ellas, mi hija y yo estábamos bien. Sí, ellas, porque, aunque no le tomara importancia, la otra mujer también había ayudado.

Y hablando de empresas, hoy tenía la entrevista que Bela logro apartar para mí. Me vestí lo más decente posible para tratar de impresionar a los jefes de mi mejor amiga y salí de mi departamento junto a mi madre quien llevaba a mi hija en brazos.

-Mamá, ¿podrías caminar más rápido? Llegaremos tarde.

-Ves mi amor, tu mamá es una exagerada. - Rodé los ojos y seguí caminando.

Cuando llegamos abajo espere que llegara el taxi. Mi madre tenía el día libre así que insistió en acompañarme, lo cual fue bueno ya que se quedaría con Sofí mientras yo hacia la entrevista.

Cuando llegamos al enorme edificio mi madre lo miro sorprendida.

-Hija, creo que nos equivocamos de dirección. - Se dio la vuelta e iba a subir al auto de nuevo, pero la detuve.

-Mamá, es aquí según lo que Bela me dijo.

-Tal vez se confundió.

-Pues vamos a preguntar.

Respondí simplemente y cruzamos las grandes puertas del edificio. Abrí la boca impresionada al ver el interior del edificio. Lujo, y elegancia. Así describiría su interior. Caminamos a recepción y una mujer de traje elegante nos recibió con una sonrisa.

-Bienvenidas, ¿en qué puedo ayudarlas?

-Umm, yo he venido a hacer la entrevista para secretaria.

-Oh claro, permítame un momento. - La mujer tomo el teléfono y llamo.

-Industrias Ferrer- Leí detrás de la recepcionista y entonces solo un nombre llego a mi cabeza- Vanesa Ferr...

-Sí, espera. ¿Cuál es su nombre? - La mujer interrumpió y respondí de inmediato.

-Michelle Hernández.

-Si... Michelle Hernández... Si... Ok ya te la mando- La mujer dejo el teléfono a un lado y me miro.

-Por el ascensor, último piso, Bela te estará esperando. Buena suerte.

-Gracias - Correspondí su cálida sonrisa y nos fuimos al ascensor.

-Esto es extraño - Mi madre hablo y asentí.

-Lo sé.

El sonido del ascensor aviso que habíamos llegado y salimos.

-Dios...- Mi madre hablo sorprendida y estuve de acuerdo. Si abajo era lujoso, aquí arriba era el doble. Se podía respirar poder y dinero.

Seguimos caminado y nos detuvimos cuando escuchamos un portazo y vimos a una mujer de baja estatura salir de una oficina echando maldiciones a todo el mundo.

-Michelle! - Bela se acercó a nosotras y nos saludó -Hola, ¿estas lista? - Negué y ella me dio un abrazo rápido.

-Todo va a estar bien. Dame un segundo ya vuelvo. - Asentí y la vi entrar a la oficina de la cual había salido la otra mujer. Pasaron unos segundos y la vi salir de nuevo.

-Es tu turno, puedes hacerlo- Mire a mi madre y me sonrió para tranquilizarme, me acerque a mi hija y deje un beso en su frente.

-Dale suerte a mamá- Mi madre habló en voz baja mientras yo caminaba a la oficina sintiendo mis manos sudar.

Tu puedes Michelle, me di ánimo y abrí la puerta, además, ¿qué es lo peor que me puedo encontrar detrás de esas puertas?

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Vanesa

La puerta se abrió revelando a una hermosa mujer de cabello castaño y piel bronceada, con un vestido color claro que llegaba hasta un poco más arriba de sus rodillas. Detalle ese cuerpo empezando por sus perfectas piernas hasta llegar al rostro de la mujer quien no me miraba a mí.

-Michelle - Alexa se levantó y se acercó a la otra mujer quien parecía también feliz de verla.

-Alexa. Que sorpresa.

¿Sorpresa? Sorpresa la mía al ver que Alexa se acercó y dejo un beso en la mejilla de la otra mujer, que por cierto me parecía conocida.

- ¿Cómo estás? ¿Qué haces acá?

-Hola Vanesa como estas? ¡Oh! Yo estoy bien, ¿y tú como estas? - Hable sola y en susurro mientras me daba la vuelta y miraba por la ventana. Por el reflejo puede ver a la mujer y trataba de recordarla. Sé que la había visto en alguna parte...

-Y como está tu bebé?

¡Bingo! Ya recordé. Escenas de semanas atrás llegaron a mi mente y supe que se trataba de la mujer que casi atropello.

-Bien, ella está afuera con mi madre - Ellas siguieron hablando como si fueran mejores amigas y me empezaba a molestar. Me di la vuelta y la enfrente.
-En que puedo ayudarle? Porque no creo que hubiera venido de visita. - Hable de manera arrogante ganándome la atención de ambas mujeres.

-Oh, sí lo siento, he venido para el puesto de secretaria.

-Bien, puede sentarse.

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-Entonces no tiene experiencia alguna - Le quiete los papeles de la mano a Alexa y los revise detallándolos.

-No señora, pero puedo...

-No me sirve alguien sin experiencia, así que gracias por venir.

-Vanesa! - Lexa protestó y la mire seria.

-Esto no es cualquier sitio, es una multinacional y no voy a permitir que una mujer sin experiencia entre en mi empresa.

-De verdad necesito el trabajo -La mujer interrumpió el duelo de miradas entre Alexa y yo y suspire.

-Vamos hermana, solo dale una oportunidad.- Alexa como siempre lograba convencerme.
-Tres días de prueba, si no cumple se va.

-Por favor, necesita más tiempo mira que...

-Tres días Alexa - Hable molesta y mire a la mujer quien parecía temerosa -Y los tres días empiezan hoy. Vaya con la señorita Rodríguez, ella le indicara que hacer.
-Gracias, de verdad muchas gracias, le prometo que no la voy a decepcionar.- Mi corazón dio un vuelco y la mire a los ojos. Mala idea. Pensé al ver ese mar de chocolate mirarme con agradecimiento... Y supe entonces que estaba jodida.
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-No tenías que ser tan perra con ella.- Pare de inmediato de escribir y mire a Alexa.
-Tengo la razón y lo sabes.-No quería agrandar el problema así que hable tranquila.

-Las dos sabemos que no podrá con todo.

-Entonces que se vaya, conseguiré a alguien más.

Respondí encogiéndome de hombros.

-Pero ella necesita el trabajo.

-Cuál es tu puto problema? - Me levante enojada y la enfrente -Es una mujer sin experiencia, no quiero ese tipo de personas en mi empresa. Así que deja de joder y déjame hacer las cosas a mi manera. Es mi empresa y hago lo que quiera en ella.

Me acerqué a ella hasta que estuvimos frente a frente, la vi apretar la mandíbula.

-Pensé que eras diferente. No has cambiado nada.

Me alejé de golpe y apreté los puños.

-No quiero escuchar la mierda que tengas que decir. Ahora vete.

-Igual no tengo nada que decir. Tu actitud habló por ti.

Alexa salió enojada llevándose la puerta. Tomé un poco de whisky y lancé el vaso contra la pared viendo los pedazos de cristal volar por la oficina.

¿Por qué me sentía tan molesta?

¿Era el hecho de que Alexa defendiera a esa mujer? ¿O el hecho de que esa hermosa mujer no me prestara atención a mi sino a ella? ¿O el hecho de que yo estaba siendo una idiota?