Felicidades mamá

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La música del club era alta y bastante buena, la gente parecía animada y las rondas de alcohol iban y venían. 

Eran las diez de la noche y las dos ya estábamos algo borrachas.

-Como te ha ido en España?
Tomó de su whisky de un golpe e hizo una mueca graciosa.
-Ya te imaginarás. Con Matías jodiendo en todo momento era difícil hacer las cosas.
-Ya veo, cerraste el negocio con éxito?
-Así es. Las finanzas se mantuvieron estables.
-Qué bueno.

-Y tú, como van los negocios.

Si no hablábamos de negocios, lo hacíamos de mujeres, y créanme, nosotras dos, borrachas, ¿hablando de mujeres? No gracias.

-Mañana hay junta general, estará gente importante y mi padre también irá, tengo que estudiar muy bien para dejarlos impresionados mañana.
-Uh, y aquí vas a aprender mucho no?

Sonreí y me encogí de hombros.

-Necesitaba esto hermana, un momento tu y yo, a solas, lejos de los últimos acontecimientos sabes, quería despejar mi mente.
-Te noto preocupada, a que se debe?

Termine mi whisky y llame al mesero para pedir otra ronda.

-La noticia de que voy a ser mamá me dejo algo impactada.

Hable con media sonrisa.

-De manera positiva o negativa?
-No lo sé Alexa. Por una parte, es genial, me siento feliz, digo, voy a ser mamá por primera vez, podré seguir su embarazo de cerca, voy a poder conocer a mi hijo recién nacido, podre cargarlo cuando sea una cosita diminuta, podre hacer tantas cosas que nunca había hecho, porque amo a mis hijos, pero con ellos no tuve esas cosas y es... No sé cómo explicar, es algo que hace que mi corazón lata un poco más rápido.

Alexa asintió.

-Y lo malo?
-No hay nada de malo, o bueno no lo sé.
-Hombre, explícate.
-Qué pasa si no soy buena madre? ¿Qué pasa si no se cambiar un pañal? Michelle ya tiene experiencia, y yo? Yo sólo sé de negocios y empresas, de maternidad no es una mierda.

Suspire y acomode mi cabello.

-Haber. -Alexa empezó con tono de voz serio. -Nadie nace aprendido en la vida sí? Nadie es perfecto hermana, todo se va aprendido a medida que va creciendo y va madurando, tal vez no vayas a ser el tipo de mamá preocupada día y noche por su hijo, tal vez no serás experta en cambiar pañales o preparar biberones, te entiendo, pero sabes algo? Tu puedes ser la mamá divertida, que juega con ellos, que hace travesuras con ellos y eso, ¿me entiendes? Y sé que en el fondo de ese frío corazón, hay una niña en busca atención, hay una niña dentro de ti Vanesa, esa niña que no pudo salir cuando eras más joven, entonces, tienes que sacar tu lado más infantil para cuando tu hijo nazca, y ahí, vas a crear una nueva versión de ti, ya no vas a hacer la madre primeriza tonta, ahí te darás cuenta de que en verdad eres capaz de darle amor como se merece, solo debes tener paciencia, eso es algo natural, tienes que dejar que fluya hermana, déjalo venir.

Eso ultimo sonó como cuando estamos fumando y bueno, me causó un poco de gracia. Pero sus palabras golpearon muy dentro de mí, y odio aceptarlo, pero la muy idiota tiene razón.

-Nunca pensaste en ser psicóloga?

Ella soltó una carcajada y negó.

-No gracias, así estoy bien.

Asentí y nos quedamos mirando.

-Mejor?
Preguntó y me encogí de hombros.

-Mucho mejor, gracias.
-Siendo así, entonces. -Levantó su copa y me miró. -Permíteme brindar por la futura mamá, salud hermana, y de corazón te deseo lo mejor.
-Gracias, salud.

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