Quédate

Sorpresa?

Cuando salimos mi padre y Mike nos estaban esperando, lo puse al tanto de todo y le dije que iríamos a almorzar, él acepto y dijo que almorzaría con mi Madre. Cuando llegamos abajo ese hombre estaba esperando al otro lado de la calle y apenas nos vio se acercó, pero Mike y sus hombres nos rodearon y no permitieron que se acercaran.

-A donde señora. -Preguntó Simón.
-Al restaurante de siempre. Mike, ve por Michelle al Penthouse y llévala al restaurante.
-Si señora.- Le di una mirada rápida a Robert y levante una ceja con arrogancia, me puse mis lentes oscuros y subí a la camioneta.
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Cuando llegamos un mesero se acercó y nos llevó a la mesa, pedí algo alejado y nos llevó a una zona privada del restaurante.

-Es muy bonito. -Amanda hablo apenas nos sentamos y asentí.
-Lo es, uno de los mejores restaurantes de la zona.
-Ah, y se ve que es caro.
-El dinero no es problema para mi, quiero que pidan lo que deseen y se sientan cómodas.

Ellas aceptaron vacilantes y mesero trajo en menú.

-Desean ordenar ya?
-En un segundo lo haremos, y quisiera hablar con el chef si es posible.
-Claro que si señora Ferrer, en un momento vendrá, vino blanco o vino tinto?
-Vino tinto está bien.
-Enseguida, permiso.

El mesero se fue y mire a Sandra quien sonreía alegre y Amanda seguía observando el lugar.

-Cuando llegaron? - Rompí el silencio que se había formado.
-Esta mañana. - Las mire sorprendida.
-Como estuvo el viaje? Emocionadas?
-Sí, ese avión era enorme y tenía muchas cosas. - Reí y mire a Sandra, para ella era nuevo todo esto, aun no sé cómo habían llegado hasta un país como este.

-Tu no hablas mucho, no es así? Ella preguntó y asentí.-Por qué?
-No lo se. - Respondí simplemente y reímos. El mesero llego con la botella de vino y sirvió las copas, otro mesero llegó y a su lado venía mi novia con Sofí en brazos. Me miró confundida y cargue a Sofí.

-Maa. - Sonreí con ternura.
-Hola princesa. -Deje un beso en su mejilla y tome la mano de Michelle para luego ver a las dos mujeres quienes observaban la interacción con ternura.

-Amanda, Sandra, les presento a Michelle, mi novia y madre de mi hija. Amor, ella es mi tía y mi prima. -La cara de Michelle era épica, abrió ligeramente la boca sorprendida y saludo en trance, sonrió lo mejor que pudo y me dio una mirada de "que mierda es esto". Le sonreí y me acerque para dejar un beso tierno en sus labios.
-Luego te explico.

Nos sentamos y el chef llego en seguida.

-Señorita Ferrer es un placer tenerla aquí, desean algo en especial?
-Sorprendemos Arthur.-Le guiñe y él sonrió satisfecho.
-Y dime... Michelle verdad? - Amanda rompió el silencio y pare a Sofí en mis piernas.
-Así es...
-De dónde eres?
-De México, pero vivo aquí desde los 10 años.
-Eres muy bonita. - Sandra hablo sonrojada y levante una ceja.
-Gracias, tú también eres muy bonita. -Michelle habló con sencillez y la mire, eran esos pequeños gestos los que hacían que me enamorara más de ella.

Tome mi copa de vino y la lleve a mi boca, pero Michelle me la quito con sutileza.

-No puedes beber si estas tomando tu medicina.
-Nena es solo un poco, además olvide tomar la estúpida pastilla.
-Vanesa...- Ella habló sería y suspire. -Sé que hemos hablado de esto muchas veces, pero debes dejar de ser tan terca y empezar a ser responsable con tu salud.
-Pero estoy bien.
-Hace dos días estuviste a punto de tener otro infarto, eso es estar bien? - Bufé y puse mi atención en Sofí.

-No entiendo nada de lo que dicen y me siento extraña. -Con Sandra reímos pero Michelle se mantuvo seria.

-Es la costumbre supongo. -Me encogí de hombros y decidí dejar la copa a un lado. -Disfruten el vino. - Vi una pequeña sonrisa en el rostro de Michelle y luego un beso en mi mejilla.
-Solo me preocupo amor. -Ahora era yo quien rodaba los ojos.
-Lo siento. -Hable y nos miramos sintiendo como alrededor desaparecía todo.

-Te quiero. - Dije antes de que Sofí balbuceara cosas.
-Uta...
-Voy a matar a Alexa. - Michelle negó divertida y pronto el chef llego con la comida.
-Es mi plato especial, espero que lo disfruten.- Y sin más se fue.
-Buen provecho. - Hable para todas y empezamos a comer en medio de risas y una conversación agradable.