—¿Mamá, vas a decirme qué tienes? —preguntó por tercera vez en toda la noche.
—Nada, Emma. Ya repetí mil veces que está todo bien.
—¿Te encontraste con alguien en la cafetería?
—¿Ah? —preguntó sorprendida. "¿Cómo lo hace? Sería un gran detective. Es más suspicaz que ciertos detectives."
—¿Es por el trabajo? ¿No es lo que esperabas?
—Emm, cariño, está todo bien. Deja de hacerte películas en esa cabecita loca —sonrió—. Ahora sigue contándome lo de tus nuevas amigas.
A la joven le había ido increíble en su primer día. Ya había conseguido 2 amigas y al parecer 1 rival. A una de las chicas no le había gustado que llegara la nueva y la pusieran con las de nivel superior.
Alex llamó al departamento para preguntarles a sus chicas favoritas sobre su primer día, tanto en el trabajo como en las clases de gimnasia. Emma estuvo horas al teléfono hablando con ella, contándole con lujo de detalle lo que había pasado en las 3 horas dentro de Chelsea Piers.
—Pásame a tu madre, cariño —pidió Alex.
—Adiós tía. Te amo —se despidió la joven—. No te olvides de decirle a mi madre que no necesito niñera. Con el gps basta.
—También te amo. Yo le diré —rió.
Salió corriendo de la habitación con el teléfono en la mano, buscando a su madre por todo el departamento hasta que la encontró en su estudio. Una habitación algo más pequeña que las otras y que todavía faltaba de decorar. Apenas tenía su escritorio, un mueble detrás de eso donde estaban algunos libros y un cuadro.
—Hola Alex —saludó Olivia y echó entre risas a su hija de su estudio.
—¿Cómo terminó de ir todo?
—Quiero regresarme a Chicago —se sinceró.
—¿Tan mal estuvo?
—Él quería hablar conmigo sobre nosotros —resopló frustrada—. No hay un nosotros. No hubo, no existe y no habrá un nosotros.
—Entonces no hablaron.
—En la estación no. Intentó hablarme pasado el mediodía y le dejé claro que él es el Teniente y yo la Capitana de Víctimas Especiales, no más...
—¿En la estación no? ¿Fuera sí? —inquirió queriendo descifrar las palabras de su amiga.
—Saldré a las 2 de la tarde más o menos por esta semana. Fui a recoger a Emma para llevarla a sus clases.
—De 3 a 6 de la tarde. Sí. Tu hija me lo contó todo ya.
—Fui a una cafetería cerca de la estación y cerca de Chelsea Piers. Justo en la mitad —cerró los ojos y respiró hondo—. Llegó a la cafetería y se sentó en mi mesa. Así, sin más, sin pedir permiso. ¿De todas las cafeterías de la ciudad tenía que llegar a esa?
—El destino.
—Mi destino es un asco.
—¿Hablaron?
—Podría decirse.
Olivia le terminó de contar a su amiga su encuentro con Elliot fuera del trabajo. Estaba confundida y se lo dejó saber. Nunca creyó que se iba a sentir tan mal al tenerlo cerca. Tenía que superar a Elliot Stabler de una vez por todas. Era una idiotez no haberlo superado en 15 años.
La mañana siguiente Olivia estuvo igual de callada y pensativa. Tenía los ojos rojos y grandes ojeras por llorar toda la noche. Hace años no lo hacía pero no pudo evitarlo esa noche. Su hija la escuchó en la noche pero quiso darle su espacio.
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Sacrificio de Amor
FanfictionOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...