Capítulo 100

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Elliot fue el primero en despertar la mañana siguiente. Su rostro se iluminó con una gran sonrisa al ver a Liv acurrucada a su lado. Sus piernas entrelazadas y su cabeza sobre su pecho. Habían pasado gran parte de la noche conversando sobre la infancia de Emma, y los hijos y nietos de él.

Antes de quedarse dormida le dijo que usaría un nuevo cupón. Pidió su desayuno favorito en la cama, con sus personas favoritas, así que estaba complacido por despertar primero y muy temprano a pesar de no haber dormido muchas horas. Muy lento y silencioso salió de la cama, reemplazándose con una almohada para no despertarla. Se dirigió a la cocina y un olor a café recién preparado invadió sus sentidos.

—Dime que no has desayunado aún —suplicó Elliot acercándose a la cocina. Besó a Emma en la frente y tomó la taza de café que ella le ofrecía—. Gracias.

—Buenos días a ti también, papá —sonrió y miró hacia el sofá—. Veo que dormiste muy, muy bien.

—Buen día, cariño. ¿Dejarás de hacer comentarios inteligentes algún día?

—Nop —echó a reír y bebió su café—. ¿Hablaron?

—Hablo con tu madre siempre —contestó moviéndose por la cocina para sacar los ingredientes que usaría para el desayuno de Olivia—. ¿Desayunaste?

—¿De cosas importantes? —recalcó—. No he desayunado todavía. Primero es el café.

—Bien. Vamos a llevarle a tu mamá el desayuno a la cama —hizo un recuento de los ingredientes y comenzó a hacer la masa de pancakes—. ¿Cosas importantes?

Ella resopló y él volteó.

—Seré directa. ¿Bien?

—¿Desde cuándo pides permiso para hacerlo? —ladeó su cabeza con una sonrisa.

—¿Te irás? ¿Te dijo que no quiere que te vayas?

—¿Ella te dijo que no quiere que me vaya?

—¿Por qué contestas una pregunta con otra? —puso sus ojos en blanco y echó su cabeza hacia atrás—. ¿Vas a irte? Le pregunté y dijo que no habían hablado de eso pero claramente no quiere que te vayas... y yo tampoco.

—Emma... —suspiró y su mirada hizo que su corazón se derritiera. Quería quedarse tanto como ella quería que él se quede.

—Te irás a vivir con él —susurró bajando la mirada, conocía ese tono de voz. Sabía que tarde o temprano se iría con Eli. Ya lo había pensado y era lo más justo, la loca de su madre no estaba y no era correcto que siguiera en casa de su hermana cuando tenía a su papá—. Entiendo. Lo siento. Olvida lo que dije. Es lo que debes hacer.

—No me alejaré de ustedes.

"No será igual... Se terminó la familia feliz, Emma, acéptalo."

—Cariño, seguiré estando para ustedes —tomó su manos y las acercó a sus labios.

—Sé que harás lo que puedas.

—Encontraremos la forma de hacerlo funcionar.

—Nosotras estaremos bien —murmuró alejando sus manos de él. Se puso de pie y miró al pasillo que daba a las habitaciones—. Tengo que... Tengo que ir a cuidar que la cachorrita no dañe algo —se disculpó y comenzó a caminar hacia allí—. Lamento no poder ayudar. Me avisas —hizo un gesto hacia el bowl con mezcla de pancakes y apresuró el paso.

"Ojalá pudiéramos vivir juntos. Ojalá Eli y Emma no se hubieran conocido."

Golpeó el mesón de la cocina y cerró los puños con fuerza, conteniendo su frustración.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora