Capítulo 95

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Olivia había pasado toda la mañana con Mike caminando por Central Park. Pasando varios minutos miraba su celular creyendo que se había perdido algún mensaje o llamada de Elliot. Él no se había intentado comunicar con ella en todas esas horas como lo hacía siempre. Se reprochaba cada vez que desbloqueaba su celular con la esperanza de encontrar alguna notificación con su nombre. Cualquier otro día ya hubiese recibido más de dos llamadas en toda la mañana, aunque ella se pusiera irritable y le dijera que no necesitaba que la controlaran.

Suspiró.

"Sí necesito que me llames."

Estaba sentada frente a su amigo en un restaurante cercano a su edificio que le encantaba, a ella y a Emma. Se suponía que intentaba decidir qué almorzar pero sus ojos seguían pendientes del celular.

—¿Por qué simplemente no lo llamas tú? —preguntó con una gran sonrisa—. Nunca creí verte en este lugar, Benson... y sabes a lo que me refiero.

—No sé de qué hablas —contestó con rapidez, dejando a un lado su celular.

—¿No?

—¿Ya decidiste qué pedirás? —volvió a levantar el menú de la mesa.

—Hace una hora.

—No exageres que recién llegamos.

—¿Sabes qué vas a ordenar? —alzó una ceja. La miró fijamente y ella asintió—. Que bueno que el restaurante tenga una aplicación donde puedas ver el menú —bromeó.

—Muy gracioso —rió y lo golpeó con el menú.

Su apetito había aumentado considerablemente las últimas semanas y comía el doble que cuando estaba embarazada de Emma, eso no pasó desapercibido por su amigo que se lo comentó. De un día a otro le pareció mucho más fácil hablar de su embarazo con alguien más, alguien que no estuviera muy al tanto de todos los enredos en los que estaba metida. Deseaba poder abrirse así con los demás pero estaba progresando en hablar sobre su embarazo.

Mike la había visto en un par de casos cuando ella estaba embarazada de Emma así que de lo poco que vio hizo comparaciones. La mayor parte de su conversación se centró en el bebé y no se sintió incómoda con ello. Hablaron también sobre el trabajo de él y las pequeñas vacaciones que decidió tomarse para visitarlas.

—En casa, sana y salva —dijo Mike cuando ingresaron al departamento de Olivia.

—Más te vale o Emma te hubiera matado —sonrió sentándose en el sofá, estaba más cansada de lo que creyó que estaría.

—¿A qué hora vendrá por cierto? ¿Crees que se anime a ir al cine hoy? Podemos ir los tres como en los viejos tiempos.

—Creo que está muy animada para ir al cine hoy —comentó haciéndole un gesto para que se sentara—. Te leyó el pensamiento.

—Tiene planes.

—Exacto. Es una adolescente, ¿qué esperabas?

—Que la hubieras encerrado y lavado el cerebro para hacerle creer que sigue teniendo ocho años —echó a reír.

—No voy a negar que estaba dentro de mi plan a... pero ya ves, no se ejecutó.

Rieron.

Liv tomó aire. Su hija había madurado mucho en todo ese tiempo y aunque nunca dejaría de ser su niña, era consciente que era una adolescente autosuficiente.

Mike se quedó con Olivia un par de horas más y cuando se fue se vio una vez más asfixiada entre cuatro paredes. Pensó en la conversación que había tenido con Alex el día anterior y no le pareció una idea tan descabellada, tuviera o no una relación con Elliot, tendría al bebé y necesitaría un lugar para él o ella. Se puso ropa cómoda y decidió empezar a trabajar en ese lugar. Fue con el administrador del edificio para pedir prestadas unas cajas para empezar a guardar sus libros y también una escalera para los estantes más altos que no alcanzaba.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora