Capítulo 79

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Mediodía. Las calles estaban llenas de familias celebrando navidad. Niños y niñas jugando con la nieve. Algunos locales cerrados, otros abiertos, pero todos caminaban con alguien a su lado. El espíritu navideño y la paz se respiraba en el ambiente, hasta en las estaciones de policía... aunque no en todas.

Alex ingresó corriendo a la estación y en el camino fue tropezando con varias personas. No había tenido ni tiempo, ni cabeza para disculparse, sólo quería llegar cuanto antes al piso de Víctimas Especiales. Llevaba horas intentando localizar a Olivia y no conseguía nada. Fue a su casa antes de empezar a llamar a todos para preguntar por ella. Habló con varios de sus vecinos y con el portero del edificio y le aseguraron que no la habían visto desde el día anterior en la mañana. Estaba demasiado preocupada y rogaba por encontrarla en la estación. Hizo unas llamadas a sus amigos para desearles feliz navidad y para preguntar por ella pero sin dar a entender que no la encontraba pero al parecer nadie la había visto.

Llegó a su oficina y no estaba ahí. Encontró su bolso, su laptop, su abrigo, todo en su lugar, excepto ella. Empezó a buscarla por todo el piso, sala por sala y nada.

—¡Por Dios, Liv! Contesta el maldito celular—susurró mientras volvía a marcar su número—. Apagado otra vez. Espero que no hicieras ninguna estupidez como tomar hasta el desmayo o... ¡Sólo aparece!

Respiró profundo y salió de ahí como un rayo, tal y como había entrado.

Emma volvió a adoptar su actitud retraída con él. Después de hablar con su madre, la noche anterior, se había disculpado con él y encerrado en su habitación a llorar. Estuvo a punto de ingresar a su habitación en varios ocasiones pero quería darle su espacio, además, también se sentía mal por todo lo que estaba sucediendo.

En la mañana hizo videollamada con a sus hijas mayores para desearles feliz navidad; a ellas, a sus nietos y a sus yernos; y estuvo hablando más de una hora con cada una. Cuando fue el turno de los gemelos y de Eli se encontró con un gran mural, ninguno de los tres respondió, aunque estaban en línea. Sabía la posición hostil que los gemelos tenían y sólo le tocaba armarse de paciencia. Con Eli era todo muy diferente, se habían alejado mucho más después que le dieran de alta en el hospital tras el disparo del francotirador. Tenía que recuperar a sus hijos y lo que mas anhelaba era que algún día pudiera reunir a todos ellos para compartir tiempo como familia.

Durante ese tiempo en el celular, Emma salió de su habitación con una de sus muletas hacia la cocina para llevarse una taza de café. Él se iba a levantar a ayudarla pero ella le hizo señas para que no lo hiciera, quería valerse por sí misma. Le dolió en el alma ver su carita triste y sus movimientos muy lentos pero no podía hacer más. Iba para su habitación para invitarla a almorzar fuera y así levantarle un poco el ánimo pero un mensaje lo interrumpió y en lugar de invitarla a almorzar le dijo que tenía que salir un momento.

—Hola Alex. Feliz navidad —sonrió, acercándose a su amiga que estaba apoyada en el capó del auto—. ¿Por qué no subiste?

—No quería que Emma nos escuchara —respondió cruzándose de brazos y a él se le borró la sonrisa de su rostro.

—¿Qué pasó?

—Es Olivia. Yo no...

—¿Qué le pasó? —dio un paso más hacia a ella y puso sus manos sobre sus antebrazos.

—Nada... no sé. Entonces tú no sabes nada.

—¿Saber qué, Alex? ¿Le pasó algo?

—Sé que quizás estoy exagerando pero... —tomó aire y masajeó su frente—. Desde hace semanas está muy mal con todo lo que ha pasado. Sé que me dirás que es su culpa pero eso no quita el hecho de que sufre igual o más que ustedes. Cada día la noto más desanimada. He intentado, con pretextos, quedarme en su casa pero no funciona y ahora no me contesta el maldito celular. Está muy delgada y pálida... no es ella, Elliot. Ya no es la Olivia Benson que tú o yo conocemos y...

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora