Capítulo 22

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Despertó cerca de las 5 de la mañana después de haber tenido un sueño bastante extraño con su madre, Serena. En éste, se encontraban en un jardín, sentadas en el césped, sólo las dos y ella estaba apoyando su cabeza sobre las piernas de su madre. Sentía tanta paz, tranquilidad y se sentía tan segura también. Serena le pedía que fuera feliz sin importar qué y le terminó cantando algo que Liv no escuchaba hace mucho. Un nudo, llamado nostalgia, se apoderó de ella esa mañana.

Se dio una ducha rápida y se puso a preparar el desayuno. No dejaba de tararear la canción que su madre le había cantado en el sueño hasta que la empezó a cantar también.

"And in my hour of darkness.
She is standing right in front of me.
Speaking words of wisdom, let it be."

Tomó aire y sonrió. ¿Estaba entendiendo el mensaje de su madre?

"Oh, let it be, let it be. Let it be, let it be.
Whisper words of wisdom, let it be."

Emma estaba en el marco de la puerta de la cocina observándola y escuchándola cantar. Hace tanto no la escuchaba cantar. Esa canción era la misma que le cantaba cuando era niña y estaba enferma, la relajaba tanto escucharla cantar.

Se acercó a su madre con una gran sonrisa y continuó cantando lo que iba a continuación.

"And when the broken hearted people
Living in the world agree
There will be an answer, let it be
For though they may be parted
There is still a chance that they will see
There will be an answer, let it be"

Olivia besó la mejilla de su hija y terminaron cantando juntas el coro.

"Oh, let it be, let it be, let it be, let it be
And there will be an answer, let it be "

—Buenos días. Hace tanto que no te escuchaba cantar.

—Buen día, cielo. Veo que recuerdas la canción.

—Claro que la recuerdo, mamá. Dijiste que la abuela te la cantaba.

—Lo hacía —la abrazó fuerte y besó su cabello—. Ve a arreglarte que el desayuno esta casi listo. Yo me pongo mi blusa y estaré lista también.

—Bien —iba saliendo de la cocina y giró para ver de nuevo a su madre—. Deberías cantar más seguido.

Desayunaron con una leve sonrisa en sus labios y en silencio pero entendiendo que ese día era especial de alguna u otra manera.

Olivia dejó a a Emma en la escuela y tuvo la necesidad de ir de nuevo al cementerio. Desde que regresó a la ciudad había ido pocas veces y junto a su hija pero esta vez necesitaba ir sola. Quería una señal a parte de la que su madre le dio en el sueño, la necesitaba con urgencia antes de ver a Elliot en el trabajo. Nunca había sido una mujer que se guiara o creyera de las señales del universo pero esta vez, con todo lo que le pasaba con Elliot, en serio la necesitaba.

Al acercarse a la lápida se llevó una gran sorpresa. Todos los arreglos florales, los 14 arreglos y los 14 globos con helio que estaban en su oficina, estaban ahí, alrededor de la tumba de su madre. Por fin se dio cuenta lo que Elliot hizo con el restante de sus regalos del lunes y martes.

Se arrodilló frente a esta y varias lágrimas recorrieron sus mejillas sin que pudiera evitarlo.

—¿Qué le estás haciendo a mi vida Elliot Stabler? ¿Por qué tienes este poder sobre mí? ¿Por qué no puedo olvidarte? ¿Por qué te sigo amando... a pesar de todo? —miró al cielo y respiró profundo—. Sólo quiero estar aunque sea un poco segura de que no estoy haciendo mal en dejarme llevar por esto que siento. Sólo quiero...

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora