Sacrificio de Amor

Capítulo 44

—Olivia esto es para tener un beneficio mutuo —pasó su mano por su mejilla y ella se congeló, jamás pensó que estaría en una situación como esa—. Tú quieres seguir ascendiendo, lo sé...

—Así no —contestó a media voz e hizo un intento en vano por sacárselo de encima.

—Nos divertiremos y lo difrutarás, Olivia.

En forma violenta y sorpresiva se abalanzó sobre ella, cubriéndole el cuerpo con sus brazos, la intentó besar. Ella giró el rostro y lo empujó pero seguía ejerciendo toda su fuerza sobre ella y no pudo alejarlo. Dodds tomó sus mejillas fuertemente y la besó.

Elliot seguía en la estación. Por horas estuvo metido de cabeza e intentando encontrar más pistas para el caso que llevaba. Su cabeza había empezado a doler por lo que se fue a las cunas a descansar, eran casi la 1 de la madrugada y en pocas horas debían llegar sus compañeros para continuar con la investigación. Estaba quedándose dormido cuando escuchó voces que lo alertaron. Salió de las cunas para ver de donde provenían o si era producto de su imaginación.

Olivia intentaba sacarse a Dodds de encima pero él al parecer era más fuerte o ella estaba bloqueada y no estaba utilizando toda su fuerza. Al ver que ella se resistía Dodds la abofeteó y lanzó todo lo que había en su escritorio al suelo. Elliot por fin escuchó con claridad de donde venía el ruido cuando calló todo al piso y corrió hasta la oficina de Olivia, escuchando su voz más claramente.

—¡No! ¡Basta! —gritó Liv poniendo sus manos entre su cuerpo y el de Dodds, él la había lanzado sobre el escritorio.

—Déjate llevar, Olivia —susurró cerca de su oído y besó su cuello.

—¡¿Qué demonios...?!

Elliot ingresó a la oficina hecho una furia, no sabía quién estaba sobre Olivia pero de lo que si estaba seguro era de que iba a matar a ese hombre que le estaba haciendo daño. Tomó al hombre de la leva y con fuerza lo lanzó al piso.

—¿Estás bien? —le preguntó a Liv en tono suave.

Ella sólo asintió. No podía emitir palabra alguna. Sentía como su cuerpo estaba temblando y seguía sin poder creer lo que estaba pasando.

—¿Dodds? —dijo dándose cuenta de quién era el que intentaba abusar de Olivia. Este se estaba poniendo de pie y lo arrinconó contra la pared—. ¡Maldito imbécil!

Antes de que Olivia pudiera reaccionar, Elliot estaba golpeándolo con toda su fuerza y rabia. Ella intentó separarlo de él pero estaba fuera de sí, su ira estaba ganando y la nariz de Dodds estaba sangrando, estaba segura que se la había roto.

—Elliot, suéltalo por favor —pidió rompiendo en llanto, la situación la había superado.

—Liv...

—No quiero que te metas en problemas por mi culpa —murmuró dándole el tiempo suficiente para que Dodds se recompusiera y pudiera irse.

Él tomó aire y asintió.

—Te vuelves a acercar a ella y te mueres. No me importa qué cargo tengas —le advirtió con rencor.

—Esto no se va a quedar así —lo amenazó limpiándose la sangre de su nariz.

Olivia puso una mano sobre el brazo de Elliot para que se controlara y no lo golpeara de nuevo.

—¡Vete ahora!

El jefe adjunto de la policía salió dando un portazo.

Olivia se sentó en el sofá que había en su oficina y puso sus manos sobre su rostro. Continuó llorando, sólo quería estar lo suficientemente calmada para poder manejar hasta su casa y olvidar esa noche. Estaba tan avergonzada y se sentía tan culpable por todo lo que había pasado.