Capítulo 4

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"Hijo de padres divorciados y becado. ¡Sí! Eso es lo que van a decirme en el estúpido colegio ese" se decía el muchacho jugando fuera de su casa con una pelota de basquet. "Solo a ellos se les ocurre enviarme ahí estando divorciados. Soy muy estúpidos en ese colegio y no les importa que sea uno de los mejores del equipo de baloncesto y menos que sea el mejor de mi clase" continuó con su monólogo. —¡Los odio! —gritó lanzando la pelota contra la pared lo más fuerte que pudo. 

—¿A quién odias?

—Me asustaste —respondió el joven dando un respingo—. A nadie.

—¿Es porque no te quisieron cambiar de colegios mis papás?

—Ya no importa.

—¿Tienes problemas en ese colegio? —preguntó cruzándose de brazos y mirando fijamente al joven—. ¿O es por el divorcio? Fue hace un año y hace más de tres que estaban separados.

"Sí pero ahora toda la escuela lo sabe" pensó. —No es nada. No te hagas una película por favor. 

—Eli, cuentas conmigo para lo que sea... Aunque no esté en casa. Vivo cerca y puedes ir cuando quieras a mi casa para hablar.

—Lo sé Kathleen. En serio gracias por preocuparte.

—Vente enano que todos nos esperan para almorzar —informó a su hermano menor y tomó su mano para entrar en la casa.

Los Stabler estaban reunidos en casa de su madre. Aunque sea un sábado al mes se reunía toda la familia para almorzar y pasar un tiempo agradable juntos. 

Maureen iba siempre con su bebé de 3 años, Leo y su esposo. Kathleen también iba con su esposo y Amelia, su hija de 2 años. Los gemelos, Elizabeth y Richard, estaban concentrados en su trabajo y en sus planes no estaban el de formar una familia aunque cada uno tenía su pareja pero preferían ir a la reunión familiar solos. Ellos visitaban más seguido a sus padres y a su hermano menor, Eli. Elliot también estaba ahí. No estaba presente cada sábado en que se reunían desde su separación de Kathy pero iba cuando sus hijos y hasta ella misma se lo pedían. Le gustaba pasar tiempo con sus hijos y que mejor que un sábado familiar para hacerlo. 

Kathy y Elliot habían terminado su matrimonio en buenos términos aunque al principio cuando él puso la demanda de divorcio después de estar tres años separados fue insoportable. Las peleas iniciadas por Kathy no faltaban. Ella estaba segura de que su esposo le había sido infiel y que quería casarse con otra pero él lo único que quería era alejarse de ella en santa paz por el bien de sus hijos. Intentó ser feliz a su lado por muchos años pero hace más de 15 años que no la amaba. Pensó que al convivir nuevamente iban a regresar esos sentimientos por ella pero fue todo lo contrario. Él era infeliz y la hacía infeliz a ella. Su corazón ya no le pertenecía a Kathy. Desde hace más de 15 años le pertenecía solo a una persona, una persona que había apartado de su lado por cobarde, por no asumir que su matrimonio estaba perdido y que podía seguir siendo el padre de sus hijos aún estando divorciado de su esposa.

—¿Ya sabes quién será el nuevo Capitán, papá? —preguntó Kathleen interesada en el trabajo de su padre. Tenía varios años trabajando para la fiscalía y se enteraba de todo en la policía aunque no quisiera.

—No tengo idea. Dodds siempre hace lo que se le viene en gana —respondió un poco enojado por la situación en la unidad.

—Es injusto. Eres el Teniente. Deberías poder quedarte a cargo —intervino Richard.

—Quizás el Capitán nuevo ni siquiera tenga conocimientos de lo que es Víctimas Especiales —aseguró Maureen—. Puede que le tengas que enseñar como funciona todo. Lo lógico era que te quedaras a cargo.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora