Capítulo 140

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Era la mañana antes de navidad. El pequeño parlante en la sala de estar emitía una suave música navideña. La nieve se podía apreciar por la ventana. La temperatura había descendido mucho más ese día, mientras que dentro se subía a la calefacción. Todos esperaban siempre una blanca navidad y al parecer esa no sería la excepción. 

A pesar de estar deprimida, Emma decidió que seguiría con las tradiciones que habían tenido por años ella y su mamá. El año anterior ella había rechazado la oportunidad de pasar la navidad con ella y ese sería un nuevo año más sin ella...

Esa mañana le enseñaría a Noelle a preparar galletas de navidad y a hacer una casa de galletas de jengibre. Elliot la ayudó a colocarse el fular portabebe con su pequeña hermana en la cadera para que pudiera ver todos los pasos a seguir. 

­­—Elle, debes prestar mucha atención. Sé que tienes tres meses peroooo yo tenía menos cuando mamá me enseñó por primera vez ­­—miró los grandes ojos azules de su hermana, parecía que en serio le estaba prestando toda la atención del mundo­—. ¿Tienes que ser tan linda? 

Noelle respondió con un ligero balbuceo y una sonrisa. 

­­—A mamá le hubiera encantado enseñarte y ver que estás tan atenta ­­—besó su frente y miró los ingredientes para los dos tipos de galletas que harían­—. Como dato. Amo más las galletas de mantequilla que de jengibre perooo amo hacer casitas de jengibre, al igual que mamá. Ingredientes... ¡Ah! Primero a precalentar el horno. Sé que falta mucho para que lo uses y te ayudaremos mientras tanto. Ahora sí. Estos son los ingredientes...

Elliot se asomó a la cocina y vio a su hija mayor explicar paso por paso cómo preparar las galletas a una bebé. Le había insistido en que Noelle no entendería, que él la ayudaba y ella solo le dijo que su mamá le enseñó en su primera navidad y ella haría lo mismo por su hermana. 

Caminó lentamente hacia la sala de estar, con una mano en sus costillas adoloridas. Vio que su hija dejó un vaso y pastillas para el dolor en la mesa de café. Sonrió ante los cuidados que tenía la adolescente con él y Noelle. Tomó el medicamento y cerró los ojos al escuchar la melodiosa voz de Emma cantando "Santa Claus llegó a la ciudad" en la versión de Mariah Carey. 

Su mente volvió a llevarlo a la sala de espera de Belleveu. 

(...) ­­—¿Saben algo de ella? ­­—preguntó una voz desde la puerta de la sala de espera. Todos se hicieron a un lado para que Elliot y Fin, que había llegado minutos antes, pudieran ver a aquel hombre. 

­­—¿Munch? ¿Qué haces aquí viejo? ­­—inquirió Fin acercándose a él para darle un corto abrazo­—. Creí que no estabas en New York. 

­­—Regresé hace un par de semanas. Elliot... 

­­—Nadie sabe nada. Nadie me puede dar información sobre ella ­­—su voz se quebró ligeramente y cubrió su rostro. 

­­—¿Cómo te enteraste de lo sucedido? 

­­—Necesitaba hablar con Liv sobre algo importante y como no contestaba su celular, llamé a su casa. 

­­—No sabía que estaban en contacto ­­—comentó Elliot sin prestar mucha atención a su viejo compañero. 

­­—Me alegra que ambos estén aquí. Tengo un nombre. Adam Doyle. 

­­—¿Quién es Adam Doyle? 

­­—El hombre que están buscando. (...) 

Nunca olvidaría ese nombre. Ese hombre arruinó su vida y Kathy lo ayudó. No esperaba mucho de su ex, sin embargo, por sus hijos y como estaba su situación en ese momento, pensó que haría lo posible para salir y estar bien, no que le daría a aquel hombre armas para hacerlo sufrir. 

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora