Elliot por supuesto correspondió el beso con la misma intensidad de Liv, tan apasionado, robándose el aire del otro. Olivia se sentó a horcajadas sobre él pero su mente hizo un "clic"
"Si paras te vas a odiar, si paras esto te vas a odiar" se repetía mientras metía las manos dentro de la bata de baño de ella.
—Liv, no debemos... —susurró en mitad de un beso y la alejó un poco de él. "Tenías que estropear todo como siempre, Stabler" se reprochó.
—Lo siento... yo... no... me deje llevar —se quitó de encima de él bastante sonrojada. "Eres una estúpida, Olivia" se dijo.
—Yo quiero...
—¿Qué?
—Me muero por estar contigo otra vez... pero no es el momento —tomó sus manos—. No vine aquí para aprovecharme de la situación, si no para apoyarte, escucharte y hacer cualquier cosa que necesitaras para sentirte bien.
El silencio reinó entre ambos. Él arrepintiéndose por haber para algo que ansiaba desde hace varias semanas, hacer el amor con el amor de su vida, ella se había vuelto tan adictiva para él que en ese momento ni siquiera había cruzado por su mente que ella tenía pareja. Ella mirándolo fijamente, descifrando lo que sus ojos le decían, eso sin duda debía ser amor pero sus miedos y malas experiencias del pasado no la dejaban ser feliz. Decidió otra vez, como cada vez que estaba con él, dejarse llevar por lo que sentía y no por lo que pensaba.
—Abrazarme funciona —sonrió un poco.
—Ven aquí entonces —dijo abriendo sus brazos para que ella volviera a refugiarse en ellos.
Elliot continuó abrazando a Olivia y dejaron el silencio atrás para empezar una charla que la hiciera olvidar la noche espantosa que había tenido. Recordaron casos encubiertos en donde a pesar de que hacían su trabajo se divertían un poco, buenos momentos compartidos en la unidad junto a sus compañeros, hablaron del Capitán y del porqué ella seguía manteniendo su oficina igual a como él la había dejado hace algunos años. Hablaron como amigos pero que tenían una gran historia.
Por un momento él dejó de prestar atención a la charla y empezó a observar a su alrededor. La habitación era bastante sobria. Los veladores a ambos lados que salían del respaldar de la cama eran de madera, al igual que esta. Una foto de Olivia con Emma de bebé estaba sobre uno de ellos. Tenía otro mueble del mismo color frente a la cama y también un televisor bastante grande pegado a la pared sobre el. Dos sillones con una mesita en medio a un lado. Un sillón largo al pie de la cama. Nada extravagante ni colorido, todo era blanco, beige o café, a excepción de dos almohadas sobre la cama. Las dos eran en la parte de adelante color fucsia y la de atrás blanca. Una tenía una "O" grande de color blanca y una frase en la parte trasera "let it be". La otra no la había podido ver pero suponía que tenía algo parecido, una letra adelante porque atrás decía "I love you".
—¿Recuerdas cuando Munch... —Liv se dio cuenta que Elliot estaba distraído, mirando hacia un punto a la nada en su habitación—. Elliot, tierra llamando a Elliot Stabler —añadió moviendo su mano frente a su cara.
—¿Sí? —contestó arrepintiéndose por divagar y volver a pensar en el asunto que le carcomía el cerebro, "Emma siendo su hija".
—¿En qué pensabas? Seguro estas cansado y yo no dejo de hablar —se giró sobre su lado hacia la mesita de noche para tomar su celular y ver la hora—. Son casi las 5 de la mañana. Debes tener sueño.
—No tengo sueño —aseguró y tomó la otra almohada de color fucsia y se dio cuenta de la inicial, tenía una "E".
—Piensas que no va con la decoración —sonrió mostrando la almohada en su poder—. "E" y "O" en las almohadas y frases detrás, idea de Emma por nuestras iniciales. Decía que mi habitación se veía muy apagada y ya que no accedí a pintar una de mis paredes de color rojo o algo llamativo, me regaló estas almohadas.
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Sacrificio de Amor
FanfictionOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...