Olivia seguía pidiendo información con respecto a su caso y la búsqueda de Kathy Stabler por ser sospechosa de intento de homicidio. No estaba recibiendo mucho, a excepción de lo que Emma le decía porque Alex estaba siendo demasiado prudente y la estaba considerando como una víctima. Que la vieran como víctima la enojaba, pero que la vieran como víctima de esa mujer la tenía perturbada.
Después de que la doctora ingresara en su habitación para llevársela a practicarle nuevos exámenes, regresó demasiado cansada para continuar conversando. De a poco se fue quedando dormida sin poder controlarlo. Se despertó varias horas después y su hija junto a su amiga seguían ahí. Se disculpó por dormir tanto y por su evidente cansancio a pesar de sentir que estaba lo suficientemente descansada.
Quiso continuar la charla pendiente con ellas y se dio por vencida al darse cuenta que por lo menos ese día no conseguiría lo que quería así que empezó a preguntar lo que había hecho las últimas semanas, esperanzada en que le digan algo que haga detonar sus recuerdos. Alex era su única amiga, sólo ella podría decirle la mayoría de las cosas que hizo esas semanas. Luego de varios minutos de intentar sacarle algo a la rubia, se dio cuenta de que no hablaba por Emma así que quiso saber de lo que había hecho ella todo ese tiempo separadas. La vida de su hija en las últimas semanas no era algo que debería obligarse a recordar por lo que consiguió que ambas empezaran a hablar.
—Entonces... ¿cómo te llevas con él? —preguntó Liv en voz baja y mirando sus manos. Su hija estaba hablando de todo lo que había hecho con Alex pero a Elliot lo estaba dejando fuera de sus relatos.
—Es una buena persona —contestó Emma sin dar mayor detalle.
—Eso lo sé, cariño.
—Supongo que bien. Me ha soportado todo este tiempo.
—¿Soportar?
—Supongo que ninguno de los tres lo hemos pasado bien —dijo fijando su mirada en su madre.
Olivia sólo la pudo mirar unos segundos y volvió a bajar la mirada, podía haber olvidado todo, excepto el sentimiento de culpa por separar a su hija de Elliot. Emma se dio cuenta al instante y tomó sus manos.
—Esta bien. Sé que no es tu culpa —le regaló una pequeña sonrisa y un apretón de manos—. Creíste que era lo mejor para todos. Fue lo mejor para todos. Ahora entiendo.
—¿Qué entiendes?
—El viernes en la noche... el viernes antes de... —tomó aire para continuar—. Hablamos sobre ustedes. Me contó como se conocieron y cómo se fue enamorando de ti. También sobre algunos de sus casos, lo bueno que eran trabajando juntos. Conocí por medio de sus recuerdos a una Olivia Benson más audaz, a la que no le importaba otra cosa que no fuera su trabajo, a la que era capaz de dar su vida por él.
Se le agolparon lágrimas en los ojos al recordar su pasado. Ese pasado que creyó dejar atrás cuando decidió que lo mejor era irse. Ese que pretendió enterrar junto al amor que sentía por Elliot. Ese del cual sólo quiso llevarse las pocas cosas buenas que había vivido.
—Habló de sus hijos y ahí lo entendí. Entendí por qué tomaste esas decisiones. Entendí que fue lo mejor que pudiste hacer por ambas. Entendí que esa mujer no nos hubiera dejado vivir la vida feliz que vivimos las dos en Chicago —sus lágrimas corrían libremente por su rostro pero no impedían que siguiera hablando. Había tenido más de una semana para pensar lo que le diría, para intentar que entendiera que no era su culpa como se lo había dicho antes—. EL sábado que ibas a ir te lo iba a decir... Sé que lo amas y sé que él te ama pero te engañó...
—Emma...
—Nunca dejó a su esposa. Nunca íbamos a ser su familia porque él ya tenía una. Una familia a la que no quiso dejar. Por la que se decidió —limpió sus lágrimas con fuerza—. Daba igual si él sabía o no que tu estabas embarazada de mí porque él no nos iba a elegir.
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Sacrificio de Amor
FanficOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...