Capítulo 23

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—Liv, afirmaste algo antes de tiempo y te equivocaste —respondió mirando hacia el auto de su amiga.

—¿De qué hablas? —preguntó confundida.

—Elliot no se cansó de sus regalos extravagantes —la tomó por los hombros y la hizo girar para que viera lo que estaba encima del capó de su auto.

—¿Quiere que empiece a visitar un terapeuta? ¿Por qué me hace esto?

Elliot había dejado un ramo inmenso de flores rojas, globos con helio y un oso de peluche mediano.

—Elliot está loco —murmuró llevándose una mano a su frente.

—Algo me dice que de amor por ti —sonrió.

—¿Vas a seguir? —le puso los ojos en blanco y respiró profundo—. Se está comportando como un adolescente.

Se acercó a su auto y tomó un sobre que estaba a un lado de todos los regalos. Lo abrió y dentro había una carta y un talonario de cupones, 15 cupones. El primero de ellos era de una cena romántica, el segundo un atardecer juntos, el tercero ir al cine, otro un abrazo, una dosis de besos, etc. Quince maneras distintas de decirle que iba a seguir a su lado. Le dio una rápida leída a la carta y ahí le explicaba el mecanismo del talonario. No pudo evitar que una sonrisa se apoderara de su rostro. 

"Estás completamente desquiciado." pensó y suspiró. —¿Qué hago con esto? —le preguntó a Alex señalando las flores, el peluche y los globos—. Ya es tarde para dejarlo en la oficina y para nada voy a subirlos tampoco.

—Que se yo, Liv. Es tu sorpresa —rió—. Pongámoslo en el auto.

Ella asintió y pusieron todo en el asiento trasero. En el camino le contaba que en la carta aparte de explicar como funcionarían los cupones le pedía que usara el primero de ellos esa misma noche, le proponía una cena romántica.

Se estacionó frente al edificio en donde trabajaba Alex ya que había quedado en pasarla a dejar antes de ir por su hija.

—Llévate las cosas.

—¿Ahora enloqueciste tú? —preguntó y soltó una carcajada.

—Alex, no puedo ir por Emma con todo eso en el asiento trasero del auto.

—Si que puedes al igual que vas a ir a cenar con él esta noche —aseguró y sonrió, en su cabeza tenía todo planeado para que ella aceptara. A pesar de las confusiones que según tenía Olivia, ella estaba segura que se amaban y los ayudaría a estar juntos si era posible—. Iré esta noche a tu casa y junto a Emma te ayudaremos a arreglar. A ella le encantará la idea, ya lo verás.

—¿Estás escuchando la locura que estás diciendo?

—No es ninguna locura —sonrió y se bajó del auto—. Gracias por traerme —se asomó por la ventana del auto—. Estoy en tu casa a las 8.

—No voy a ir a ningún lado —aseguró.

—¡A las 8! —se alejó del auto.

—¡No iré! ¡Alex! ¡Llévate el peluche al menos! ¡O las flores! —resopló y miró el reloj. "¡Maldición! Ya es tarde, Emma ya debió salir del colegio" se dijo—. ¡Alexandra! ¡Que sepas que no estás siendo una buena amiga!

Alex ingresó al edificio riendo. Definitivamente estaba dispuesta a ayudarlos y Emma sería de gran ayuda. Le preocupaba un poco cómo reaccionarían Elliot y su sobrina cuando supieran la verdad pero eso lo solucionarían ellos luego, en familia.

Olivia fue enojada todo el camino al colegio de Emma. Seguía sin poder creer la insistencia de Elliot con los regalos extravagantes. Se repetía que no cenaría con él porque no iba a organizar su vida. Casi ha dado por hecho tantas cosas entre ellos y ella simplemente no sabía cómo combinar todo lo que sentía con lo que pensaba siendo sensata.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora