Capítulo 136

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Elliot y Olivia se las arreglaron muy bien con dos niños pequeños todo el sábado. Liv parecía tener superpoderes que controlaban a ambos. Por lo general con Elliot eran ruidosos y bastante inquietos, con ella eran unos ángeles caídos del cielo. Su dulce voz los tranquilizaba, cosa que nunca pudo hacer él. 

Luego de su visita al acuario y de almorzar pizza, acompañada con una deliciosa ensalada que los niños comieron sin hacer ningún reclamo, fueron a casa para seguir con el día maravilloso con los abuelos porque Liv les había dicho que harían cupcakes y que podrían decorarlos. Emma y Sam se fueron al cine, al día siguiente ella pasaría en Brooklyn para un día de chicas con sus hermanas mayores.

­—¿No quieres tomar una siesta, bebé? ­—preguntó Elliot acercándose detrás de Olivia y cruzando sus manos sobre su barriga. Los niños estaban sentados en el piso, alrededor de la mesa de café con un juego de operando minions que Sam les había regalado.

­—Estoy bien ­—sonrió, girando su cara para besar su mejilla—. ¿No me veo bien?

­—Liv... ­—echó a reír y negó con un movimiento de cabeza.

­—No estoy cansada, lo prometo.

­—Si llegas a estarlo...

Amelia chilló de emoción cuando pudo sacar una pieza con las pinzas sin tocar los bordes. Empezaba a molestarse porque Leo había sacado más piezas y tenía más puntos.

­—Sí. Sí. Tú cubres el fuerte ­—dijo mirando a los niños, aún no podía creer que dentro de poco ella tendría una nueva pequeña corriendo a su alrededor.

­—¿Pasa algo, Liv?

­—¿Realización?

­—¿Realización? ­—repitió parándose frente a ella, quería leer su expresión. ¿Felicidad? ¿Pánico? Su voz había sido temblorosa y sus ojos se habían llenado de lágrimas a punto de ser derramadas—. ¿Liv?

­—Realización. Plenitud interior. Siento una gran satisfacción por lo que hemos logrado —sacudió la cabeza y respiró hondo.

­—Fue un largo camino para llegar aquí y estoy agradecido con Dios y la vida por traerte de nuevo a mi lado.

­—A veces me parece que es un sueño del que pronto despertaré.

­—Es real, es lo más real que he tenido en mi vida.

­—Lo sé y soy la mujer más feliz sobre la faz de la Tierra.

Se abrazaron hasta que escucharon un grito de victoria y un chillido seguido de quejas sobre alguien haciendo trampa. Olivia intervino con rapidez. Esta vez los niños gritaron de emoción ya que empezarían a preparar los cupcakes y eso era lo que más los emocionaba. Corrieron a lavarse las manos como ella les había indicado y la pelea había quedado en el olvido.

­—¿Cómo lo haces?

­—¿Hacer qué?

­—¡Eso! Se olvidan de lo que estaban haciendo cuando hablas.

­—Claro que no, Ell ­—rió y caminó a la cocina a sacar los ingredientes para su postre.

­—Sí. Los hechizas con tu mirada o tu voz o... 

­—¿Los hechizo? ¿Como una hada madrina con una varita mágica o una bruja con sombrero y escoba?

­—Es más como un superpoder... Una sexy superheroína ­—sonrió y la ayudó a bajar un bowl del estante superior.

­—¿Una sexy superheroína con un traje de látex o cuero? —susurró cerca de su oído con una voz muy baja.

­—Liv... Debes dejar de hacer eso ­—gimió.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora