Capítulo 19

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—Me voy —tomó su bolso al ver la hora, tenía que ir por Emma—. Y espero que mañana tengas mi oficina limpia. Tal y como la dejé el sábado, ¿ok?

—Me encantas. Siempre supe que tenías esa capacidad para ordenar.

—¡Adiós!

—¡Descansa, Liv!

Salió a toda prisa de la unidad por si a él se le ocurría seguirla. Desde el "me encantas" había dejado de respirar. Se metió en el ascensor, pegó su frente a una de las paredes de este y soltó el aire que retuvo.

"Te quiere volver loca. Sí, Olivia, no hay otra explicación. El imbécil al que por estúpida sigues amando, te quiere volver loca." pensó.

Emma ya la estaba esperando fuera de Chelsea Piers junto con sus otras compañeras de equipo. Todas estaban agotadas y ella más que las otras porque sus profesores eran muchísimo más pesados. Las otras chicas casi que vivían para la gimnasia. Sus padres las tenían con tutores y estudiando en casa.

—Llego, me bañó y sigo con mis tareas —resopló Emma después de saludar a su madre.

—Me quedaré para hacerte compañía si te sirve de algo.

—Me gustaría mucho —sonrió—, pero debes dormir para ir a trabajar. No me gustaría que no descanses y salgas a hacer trabajo de campo. No estarías alerta. Te puede pasar algo y...

—¡Hey! ¿De dónde salieron tantos pensamientos negativos?

—Eres policía.

—Sabes que no me arriesgo —la miró muy seria y segura—. Emma, desde que naciste aprendí a no hacerlo.

—Me dejarías sola —bajó la mirada.

—No podría, así que deja de pensarlo. Mejor cuéntame cómo van tus prácticas.

—¡Geniales! ¡Por fin me salió la rutina que quería en la barra asimétrica!

Llegaron a casa y Olivia preparó la cena para las dos. Cenaron muy rápido y ella recogió los platos para que Emma continuara con sus tareas. Después se sentó en el sofá de la sala con un libro para hacerle compañía ya que su hija se había instalado en la mesa de centro con todos sus libros y cuadernos.

—Emma, tu amigo, Eli, ¿es sólo tu amigo, no?

—¿Qué es esa pregunta? —echó a reír—. Claro que es sólo mi amigo. Ando con Matt y no con Eli. Aún no se conocen.

—No estudian en el mismo colegio.

—No, pero también estudia en un colegio católico que odia.

—¿También? —alzó una ceja y se cruzó de brazos.

—No hablo de mí. Claro que no, Capitana —rió bajito—, lo digo por Matt. Él no quería estar en ese colegio.

—¿Ahora sí?

—Ahora sí. Tienen muchas cosas en común con Eli —sonrió y dejó a un lado sus cuadernos un momento—. Viven en Queens, sus padres están separados, tienen hermanas que viven en Manhattan, juegan baloncesto y me tienen a mí en sus vidas, claro que con distintos roles.

—¿Cuál es su apellido?

—¿Vas a investigarlo? —se cruzó de brazos.

—Emma.

—¿Qué importa? Ya lo conocerás el sábado pero no lo interrogues. Ya sabes que en su tiempo libre ayuda a su tía en la cafetería.

Olivia no pudo quitarse la idea de que el amigo de su hija podría ser el hijo de Elliot y por lo tanto su hermano. Sentía una opresión en el pecho que no estaba segura de poder aguantar hasta el sábado. Creía que reconocería a los hijos de Elliot en otras partes, todos sus hijos tenían su mirada y rogaba porque ese joven, amigo de su hija no la tuviera.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora