Capítulo 24

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Olivia llegó tarde otra vez por Emma pero para nada la encontró enojada, todo lo contrario, tenía una gran sonrisa instalada en su rostro. Se subió al auto, le dio un beso y empezó a hablar sobre los planes de su madre de esa noche. 

Todo el camino a casa su hija habló sobre la cena de esa noche. Ella iba en silencio, pensando la situación en la que estaba. Se repetía una y otra vez las palabras de Elliot. ¿Sería capaz de subir a su departamento por ella? No quería que hiciera eso. Se preguntaba si tendría que decirle la verdad a Elliot y a Emma en algún momento. Sabía que lo tenía que hacer o quizás no. ¿La perdonarían? ¿La odiarían? Le asustaba tanto esas preguntas. Preguntas que podían tener miles de respuestas y ninguna favorable para ella. 

—¡Mamá! —la llamó Emma por quinta vez. Desde que habían llegado a casa se había sentado en el sofá.

—Dime, cariño —respondió una vez su hija se paró en frente de ella con ambas manos sobre su cintura.

—Te preguntaba a qué hora te empezarás a arreglar.

—No iré.

—¡¿Qué?! ¿Por qué no?  —preguntó curiosa sentándose en la mesa de centro de la sala—. ¿Es feo?

Olivia rió.

—Esa risa es de una negativa, lo sé. Si no es feo y te gusta...

—Emma...

—Mande —le mostró sus perfectos dientes—. Creo que tenemos confianza. ¿Qué hay de malo que te guste?

—Soy tu madre.

—Muy hermosa, joven, inteligente, perfecta, tierna, simpática, con buen sentido del humor, cuando quieres claro está —murmuró—, interesante, culta, ¿ya dije joven? 

—Tengo 45 años.

—¿Quieres dejar de decir eso? Aún no los tienes. En unos meses los cumples —tomó aire—. Volviendo al punto. Si hay tantos pro para que alguien te guste ¿por qué no salir con él?

—¿Has estado hablando con tu tía? —preguntó entrecerrando sus ojos al verla. Alex le había dicho lo mismo en el auto.

—Es tierno y me gusta para ti.

"¿Por qué no me traga la Tierra?" se preguntó.

Estuvieron conversando unos minutos más hasta que Emma la convenció de tomar un baño mientras ella se preparaba un sándwich y cenaba. Le había aclarado que al siguiente día se encargaría de preguntarle todo lo que había pasado en su cena ya que dormiría temprano para estar en perfecto estado para la competencia. 

Olivia se metió a la tina luego de haberla preparado con sus sales favoritas que la relajaban. Cerró los ojos y como tantas veces desde que había regresado a New York recordó el pasado. Ese pasado que ahora estaba más presente que nunca.

(...) "No puedo dejar de sentir todo esto cuando lo tengo cerca, cuando me mira o cuando se preocupa tanto por mi" se decía mientras alternaba su mirada entre Elliot y su computadora para que él no se diera cuenta. "No puedo sentir esto por él. Está casado... bueno prácticamente está divorciado. No, no, no. Es una locura, Olivia" concluyó.

—¿Qué sucede? —preguntó al levantar la mirada y darse cuenta de sus ojos sobre él.

—Nada —respondió nerviosa.

Entrecerró sus ojos al verla y alzó una de sus cejas.

—Terminé el papeleo. Nos vemos mañana —dijo y tomó sus cosas para salir de la estación antes de que dijera alguna tontería.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora