Capítulo 82

1.8K 154 44
                                    

Emma había pasado gran parte de la mañana arreglando sus maletas para irse de casa de Elliot. Sólo había salido unos minutos para hacer café y llevarse una taza a la habitación, aprovechando que no escuchaba ruidos fuera. Sabía que tenía que disculparse primero con su madre y dejar que le explicara todo, arreglar su relación. Tenía la esperanza que ella le dijera que podía regresar a su casa, a su lado. Elliot la había tratado muy bien pero no era ella y nunca podrían recuperar el tiempo perdido. Él tenía otros hijos, otra familia y ni ella, ni su madre pertenecían a su mundo.

Estaba un poco más tranquila que la noche anterior y solo estaba contando las horas para ver a su mamá. Quería abrazarla y decirle lo mucho que la había echado de menos. Hacerle saber que estaba agradecida por sacarla adelante sola, durante quince años. Inventó conversaciones en las que se disculpaba por ser una idiota y hasta se puso a buscar en su celular departamentos en Chicago. Quizás podría convencerla de regresar. Convencerla de olvidarse de todo lo que había pasado en los 10 últimos meses.

—Emma —dos golpes la hicieron sobresaltar ya que estaba sumida en sus pensamientos. Vio la hora y sonrió.

"Estaba tan distraída que no escuché el timbre." 

Respiró profundo. Se paró lentamente, le estaba molestando la férula mucho más en esos días y seguía sin acostumbrarse a no poder moverse con la rapidez de siempre.

—Emm...

—Estoy caminando hacia la puerta —intentó ir un poco más rápido—. Estúpido ligamento roto —murmuró bajo.

—¿Estás...

—Sí. Estoy bien —dijo al abrir la puerta. Examinó a Elliot de pies a cabeza y sintió un hoyo en el estómago al ver su cara de tristeza y ojeras bien marcadas—. Buenos días.

—No has desayunado —sonrió un poco y levantó un plato de pancakes que tenía en su mano—, creí que...

—Tomé una taza de café hace unas horas.

—Entiendo.

—Puedo comer algunos de esos —aseguró antes de que se fuera. Dio media vuelta y caminó de nuevo a su cama—. Gracias —agregó devolviéndole una media sonrisa cuando él puso el plato sobre una almohada que puso en sus piernas—. Está muy ricas... 

—Te vas —susurró, mirando fijo a sus maletas. 

—Tía Alex dijo que sabías que ella vendría hoy. Debe estar aquí en unos minutos.

—¿Es por lo que te conté ayer? Emma, te juro que...

—No tienes que jurarme nada. Sólo... —inhaló profundo—. Sólo quiero regresar a casa. Si ella me quiere ahí.

—Liv te ama... Igual que yo.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos hasta que ella decidió decirle lo que en realidad quería hacer.

—Estoy agradecida por el tiempo y la paciencia que me dedicaste... pero no me puedo quedar.

—Esta bien. Sabía que regresarías con tu madre. Iré a visitarte a menudo —tomó sus manos y ella bajó su mirada. Él sabía que algo se había roto entre ellos. Todo lo que avanzó su relación en esas semanas, desapareció—. Sé que tengo que hablar con ella. Llegaremos a un acuerdo para no afectarte. Te prometo...

—Lo pensé y... le pediré que regresemos a Chicago.

—¿Qué? Emm, no.

—Será lo mejor para todos. Tu ex esposa nos odia y no quiero que tengas problemas...

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora