Capítulo 90

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Elliot había corrido a ver a sus hijos en la sala de espera. Los saludó y les pidió llevar la conversación que tenían pendiente a la casa de Kathleen. Ni los gemelos, ni la misma Kathleen puso objeción en esa decisión. Emma se había alterado al verlos y él se dio cuenta con la forma en la que se lo dijo en la habitación.

El camino a casa de su hija fue en completo silencio. Todos trataron de no moverse y menos de comentar algo de lo que sucedía. Iban sumidos en sus pensamientos, tratando de imaginar cómo seguirían sus vidas después de lo que estaban viviendo.

—¿Dónde está su madre? —preguntó Elliot una vez estuvieron dentro y cada uno tomó un lugar en la sala de la casa.

—Nosotros no...

—No me vengas con eso, Elizabeth —miró a su hija con una perfecta cara de póker—. No puedo creer que la están ayudando a mis espaldas.

—Es nuestra madre.

—Y está escapando —apretó sus puños y trató de tranquilizar su respiración—. Sé que no tengo que explicarles lo que se viene encima de ustedes por ayudarla.

—Fuimos a decirte ayer —empezó Kathleen.

—¿Hablaste con ella también?

—Ella no —intervino Richard elevando el tono—. Si quieres desquitarte con alguien, empieza por mí.

—Él y yo le dimos dinero —agregó Elizabeth—. Mamá no lo hizo.

—Eso no lo sabemos. Por algo esta huyendo y lo saben.

—Quizás Olivia pueda darnos respuestas —murmuró Maureen, soltando el aire retenido.

—Ella no...

—La están acusando de querer matar a una Capitana de la policía, ¿y tú la dejas en medio de esta cacería sólo porque te estorba en tus planes con tu nueva familia? ¿Qué tal si la terminan matando?

—Elizabeth —dijo la mayor de los Stabler dándole una mirada de muerte a su hermana.

—Es por eso que debería estar aquí dando explicaciones y no huyendo. 

—Si no lo hizo no tiene por qué huir —comentó Kathleen con molestia.

—Quizás sabía que la iban a culpar y que hasta sus propias hijas se iban a poner en su contra.

—Basta. Ya fue suficiente.No quiero que discutan entre ustedes por esto —miró a cada uno de sus hijos con seriedad—. Prometo ayudar a su madre en lo que pueda... pero debe ir por su cuenta a la estación.

—Lo que ayudaría es que Olivia dijera la verdad.

—Elizabeth, Olivia no recuerda nada. No sabe por qué tomó las escaleras ese día y menos qué hacía tu madre en la estación.

—Muy conveniente su pérdida de memoria —murmuró Richard.

—Esto no se trata de ustedes en contra de Liv.

—¿Pero si de nosotros en contra de mamá?

Elliot respiró profundo. Contó hasta diez antes de explotar frente a sus hijos. Cuando se estaba preparando para hablar el timbre lo interrumpió. Kathleen fue a abrir y se encontró con Fin y Carisi en la entrada. Ambos se disculparon con él por tener que seguir el procedimiento y llevarse a Elizabeth y Richard a la estación para declarar. Trató de convencerlos de que hablaran ahí en casa de su hija pero sabía que no era posible. Maureen y Kathleen decidieron acompañar a sus hermanos para que su padre y Eli pudieran charlar.

Eli no había salido para nada de su habitación cuando escuchó que su padre y sus hermanos llegaron. La habitación de invitados de la casa de  Kathleen fue su fortaleza desde el día uno. No podía dejar de pensar en Emma. Veía las fotos que tenía con ella en su celular a cada momento.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora