Emma salió del hospital lo más rápido que su rodilla le permitió. Le dolía muchísimo pero continuó caminando hasta salir de ahí. Sentía cómo sus pulmones luchaban por tener un poco más de aire.
Llegó hasta el auto de su tía y se dejó caer en el piso, a su lado, apoyándose en el y dejando que sus lágrimas descendieran con libertad por sus mejillas. Gritó con furia y golpeó la puerta del auto con el puño cerrado. Su vida era un completo desastre. Un huracán pasó por ahí y ahora sólo se empezaban a derrumbar todas las edificaciones que parecían quedar en pie.
Como en un flashback llegaron a su mente todos los momentos que había tenido con Matt. Todas las risas que él le provocó, lo que sentía cuando tomaba su mano, cuando la besaba, cuando estuvo a punto de...
—¡¿Por qué?! ¿Por qué tiene que ser él mi hermano? —gritó y golpeó suavemente el posterior de su cabeza con el auto. Se sentía impotente, furiosa, destrozada—. Estuve a punto de hacerlo con mi medio hermano.
Quería vomitar del asco que le provocaba todo lo que le pasaba. Quería desaparecer.
Alex ingresó a la sala de espera y al primero que vio fue al ex novio de su sobrina. Sabía que ella no quería verlo después de lo que le había hecho así que iba a sacarlo de ahí.
—¿Qué haces aquí Matt? —preguntó con molestia.
—Alex... —dijo el joven poniéndose de pie de inmediato—. Yo...
—Tú nada. Te vas a ir ahora antes de que Emma te vea —lo interrumpió dando un paso hacia él, claro indicio de que quería intimidarlo.
—Ya me vio —susurró bajando la mirada y una rubia pasó su brazo sobre sus hombros.
—¿Kathleen? —preguntó ella al darse cuenta quién era la mujer a su lado.
Miró a su alrededor y reconoció a todos los hijos de Elliot ahí. Al final, en una esquina de la sala, estaba él, con sus antebrazos sobre sus rodillas y su rostro cubriendo sus manos, inclinado hacia adelante.
Iba a preguntar qué estaba pasando pero volvió a observar a cada uno de ellos. Cuatro Stabler que conocía y faltaba uno pero estaba el ex novio de Emma rodeado protectoramente por uno de ellos.
—No —dijo retrocediendo.
—Nos acabamos de enterar —murmuró Kathleen abrazando con más fuerza a su hermano menor.
—¿Dónde está Emma? —preguntó, y miró hacia Elliot que seguía en la misma posición, como si quisiera escapar de la realidad.
—Salió. No nos dimos cuenta hasta...
—¿Hace cuánto?
—Unos diez minutos —contestó Maureen acercándose—. Lo siento. No pudimos detenerla.
—No lo dejen sólo —miró hacia Elliot haciendo una señal y luego a Matt—. Lo mejor es que lo lleven a casa. Yo me ocuparé de Emma.
La rubia salió corriendo del hospital. Observó hacia todos los lados en busca de Emma preguntándose donde iría. Uno de los guardias del hospital le indicó que una joven morena había salido bastante afligida hace unos minutos y se fue rumbo al estacionamiento.
Ella pensó en su auto y en que le dio sus llaves. Rápidamente se acercó ahí y se arrodilló a su lado al verla sentada en el piso. Emma se aferró a sus brazos sin parar de llorar. Sollozando le contó lo que se había enterado y Alex sólo pudo abrazarla con fuerza y susurrarle que todo estaría mejor.
Kathleen y Richard llevaron a su hermano menor a la casa de la primera. Ninguno podía creer el lío en el que estaba envuelta su familia. Eli y Emma eran sólo unos niños que no merecían sufrir de esa forma. Ahora empezaban a entender el comportamiento rebelde de su hermano en los últimos meses. Todos creyeron que era una etapa o pequeños problemas del primer amor pero lo que él sabía y se había guardado para sí mismo era tan delicado.
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Sacrificio de Amor
FanfictieOlivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de ahí. Su hija adolescente de 14 años no estaba de acuerdo con mudarse pero no podía hacer nada al respecto ya que si quería conservar su placa...