Capítulo 81

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Elliot llegó a casa hecho una furia. Quería golpear paredes, patear puertas, romper todo lo que se encontraba a su alcance. Repasó cada palabra que le dijo Kathy y seguía sin poder creer la clase de persona en la que se había convertido. Ella, al igual que él y Olivia, tenían gran parte de culpa de lo que sucedía.

Ingresó en la cocina para servirse un vaso de whisky, intentando mantener su ira controlada. Era muy tarde ya y asumió que Emma ya estaría dormida por lo que estaba haciendo el menor ruido posible.

—¿Estás bien? —escuchó una suave voz a su espalda después de terminar su vaso de whisky de un solo trago—. ¿Pasó algo?

—Emma...creí que dormías —se acercó a ella, tratando de sonreír.

—No tengo sueño. ¿Está todo bien?

—Sí.

—Mientes muy mal —dio media vuelta y empezó a caminar muy lento hacia el sofá—. Te estoy causando problemas por quedarme aquí.

—No es así.

Ella suspiró.

—Estuve en casa de mi ex esposa.

—Le hablaste de mí —adivinó por la expresión en su rostro—, y me odia.

—Emma...

—Llevo casi un mes aquí y he evitado el tema de tu familia y el papel que jugó mamá en tu vida.

—Amé a tu madre... Amo a tu madre —aclaró con toda seguridad.

—Estabas casado —aseguró sin necesidad que él se lo dijera y cerró los ojos con fuerza—. Engañaste a tu esposa con mi mamá. Soy producto de una aventura entre compañeros de trabajo.

—No fue una aventura. Había firmado los papeles de mi divorcio.

—¿Qué pasó entonces?

—Es... complicado.

—Tengo derecho a saber —lo miró fijamente y él asintió.

Elliot le contó toda la historia que hubo entre él y Olivia. Intentó no omitir ningún momento importante entre ellos. Habló desde sus primeros años hasta los últimos cuando empezó a sentir algo diferente por su compañera. Ambos sonreían escuchando sus anécdotas y sus tontas peleas.

Emma lo interrumpía de vez en cuando para hacerle preguntas sobre su relación, sobre el último año más que todo. Necesitaba saber más. Necesitaba ponerse en su lugar y en el de su madre. Necesitaba entender por qué su mamá había tomado la decisión de irse hace 15 años, sin decirle a él que estaba embarazada. 

Desde que él empezó a hablar de sus hijos sintió un hoyo en el estómago. Sintió rabia porque él nunca podría hablar de ella de la misma forma, aunque dijera lo mucho que la amaba. Por un momento sintió ganas de conocerlos, hasta que dijo la edad de cada uno de ellos. Escucho "Eli tiene 15 años" y ató cabos. Supo de inmediato que él había estado con su mamá y su esposa a la vez. Él le había dicho que no fue una aventura y que firmó los papeles de divorcio pero tenía dos hijos de la misma edad, de diferentes mujeres. Se levantó sin decirle una palabra más a Elliot. No quería interrogarlo, no quería saber detalles, no quería escuchar una palabra más luego de eso. Se fue a su habitación mientras él la seguía intentando explicarle bien la situación. 

"Fui una idiota. He estado tanto tiempo aquí, alejada de ella y no le di la oportunidad de explicarse, no pregunté por qué me había alejado de él."

Lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. Estaba más confundida que antes. Había cometido un error. Le había gritado cosas horribles y ahora no sabía cómo arreglarlo. Quería un papá tanto que cuando supo que lo tenía y que ella nunca le dijo de su existencia, se cerró antes cualquier explicación. 

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora