Capítulo 71

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Olivia había dormido en casa de Alex y permanecido en su cama todo el sábado, sin ánimos de nada, ni siquiera quería comer. La rubia había ido por Emma a casa de su amiga después de la fiesta ya que Liv seguía sin levantarse de cama. Cuando la joven vio a su tía se preocupó un poco pero luego ella la calmó diciendo que su madre sólo tenía resfriado y que era mejor dejarla descansar. Para que Olivia no tuviera que lidiar sola con Emma, Alex les pidió que se quedaran en su casa el fin de semana así la joven no se aburriría y su amiga podía descansar.

Para Liv el fin de semana había pasado tan lento, no se había despegado de su celular esperanzada a tener alguna llamada de Elliot, aunque sabía que estaba siendo estúpida al esperar algo de él cuando no se merecía nada. El lunes había llegado de nuevo y tenía que poner todo de sí para que su hija no se preocupara aún más por su rostro pálido y porque estaba comiendo muy poco. Seguía planeando la conversación que tendría con Emma, ya había decidido cuándo se lo diría, el sábado sería el día. Quedaban muchos días por delante pero no podía hacerlo diferente ya que su hija tenía una competencia y no quería arruinarla. Le envió un mensaje a Elliot pidiendo plazo y diciendo cuándo lo diría y por qué lo haría ese día, él sólo respondió con un cortante "Ok". Para su suerte, él no regresaría a trabajar así que no tenía que soportar su mirada de desprecio, todavía.

—Liv —la llamaron luego de escuchar tres golpes en la puerta de su oficina—, ¿te encuentras bien?

—Sí Fin, estoy... bien —contestó sin querer mirarlo, había hecho todo lo posible por cubrir sus ojeras pero sabía que si alguien la miraba detenidamente se daría cuenta de ellas—. Sólo estuve enferma el fin de semana.

—¿Segura? —preguntó con cautela, sin querer incomodarla.

—Sí, gracias por preocuparte.

—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, cuando sea y a la hora que sea.

—Lo sé y estoy tan agradecida de tenerte en mi vida —sonrió con sinceridad, adoraba a Fin y en ese momento se fijó cuánto lo había extrañado—. ¿Tienes algo para mí?

—Sí. Tenemos al hombre. Amanda y Carissi fueron por él.

—¿Todo listo para que la víctima lo identifique?

—Una vez que él esté aquí, lo haremos.

—Bien. Tú y yo lo interrogaremos.

Por años el trabajo fue su vida, cada historia hizo propia y cada víctima que salía adelante era un recordatorio que tenía que seguir en ello. Los últimos quince años sintió que le faltaba eso, fue un vacío que poco a poco fue llenando y ahora que lo había recuperado mientras estuviera ahí viviría para poder darle un cierre a cada una de las víctimas. Su vida era una tormenta pero tenía que centrarse en el trabajo...

Las primeras clases en el colegio, Emma estuvo muy distraída y más de una vez los profesores le llamaron la atención lo cual no era muy normal en ella. Charlie la había estado observando y su mirada siempre iba hacia Matt el cual no le estaba prestando atención. Él había llegado muy tarde a clases y ninguno de los dos se había hablado, sin contar que no fue a su fiesta de cumpleaños.

—Emma —sintió una mano sobre su hombro.

—¿Ya terminó la clase? —preguntó, ni siquiera se había dado cuenta de ello ya que había estado toda la clase pensando qué le pasaba a Matt.

—Sí, ya terminó.

—¿Qué dijo el profesor?

—Que esperaba que todos tuviéramos las notas con las peticiones que tenía para el ensayo que tenemos que entregar la otra semana.

Sacrificio de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora